Diez años sin el maestro Mario Escudero

Mario Escudero

Mario Escudero

Texto nuevo e investigación: Estela Zatania
Agradecimientos: Gerardo Núñez, Guillermo Salazar, Brook Zern, Jerry Lobdill, Paul Magnussen y Ginés Pedrosa

El 19 de noviembre, 2004, hace diez años, falleció el guitarrista Mario Escudero (Alicante, 1928-USA, 2004).

 Para homenajear al maestro alicantino, Deflamenco publicó este reportaje especial.  Desde entonces, el nombre de Escudero ha vuelto a circular con mayor relevancia debido al centenario de Carmen Amaya, cuñada de Mario, el centenario de otro guitarrista legendario, Agustín Castellón «Sabicas», y la reciente desaparición de Paco de Lucía al que todos los aficionados tenemos tan presente.  Tres personajes que por diversos motivos fueron importantes en la vida y carrera de Mario Escudero.


“Yo le quito la música y él me quita las chicas”. Así resumía Sabicas, en tono jocoso, la estrecha relación que durante años le unió con Mario Escudero.

El guitarrista Mario Escudero, que tampoco era andaluz, vivió como alumno del gran Ramón Montoya el momento de la creación de la guitarra flamenca, a la que aportó, junto a sus flamenquísimos rasgueaos y la consistencia de su pulgar, una preparación técnica inusual para su época. Coincidió en Nueva York con el legendario Sabicas, quien se convirtió en su protector, y con el que llegaría andando el tiempo a grabar dos discos.

El carisma y la brillantez de Sabicas, a quien Escudero admiraba enormemente, eclipsaron la figura del guitarrista alicantino. La sombra de Sabicas, unida a algunos problemas familiares, hicieron de Mario Escudero un artista huraño, apartado de la escena internacional. Hoy se trata sin duda de una de las figuras a la que deberían mirar con atención los nuevos guitarristas.

Gerardo Nuñez para Deflamenco

 


Entrevista histórica: 

“Con Mario Escudero – Con la Bienal de Fondo”

Francisco de la Brecha [Francisco Vallecillo] 
Publicada en Sevilla Flamenca No.8 [1984?]

“Quiero que me conozcan los aficionados
españoles, con Andalucía a la cabeza”

 

MARIO ESCUDERO, nació en Alicante en 1928 y de niño fue llevado a Madrid donde residió la mayoría de su juventud. Fue presentado por Maurice Chevalier a la edad de 9 años. Luego Vicente Escudero lo presentó en el Teatro Español en 1944 junto con Ramón Montoya en un programa de Flamenco puro que incluía a Jacinto Almadén. Durante mucho tiempo estudió con Ramón Montoya y Niño Ricardo. Empezó su vida de «juergas» y «Óperas Flamencas» viajando por todo España acompañando a artistas flamencos como Tomas Pavón, La Niña de los Peines, José Cepero, Antonio Mairena, Mojama, el Sevillano, Canalejas, Pepe de la Matrona, Pericón de Cádiz y un sinfín más de cantaores buenos de su época. También ha grabado discos a dúo con Sabicas.

Antes de cumplir 25 anos ya había viajado como primer guitarrista con Vicente Escudero, Carmen Amaya y Rosario y Antonio. Después de su viaje con Vicente Escudero por USA encontró una gran afición a la guitarra flamenca en aquel país y decidió emanciparse de compañías y tratar de establecer la guitarra flamenca como instrumento solista en las salas de concierto.

En 1956 empezó su carrera de concertista tras largos estudios musicales en Nueva York, Buenos Aires, Montevideo y Los Ángeles, continuando los estudios que había empezado con Daniel Fortea en Madrid. Dio su primer concierto en Carnegie Hall y fue un éxito total. Desde este primer éxito ha grabado mas de 30 Long Plays, ha hecho numerosos fondos de películas en Hollywood que incluyen: «Café Cantante» con Imperio Argentina, «Brindis a Manolete» y «Jalisco Canta en Sevilla» con Carmen Sevilla y Jorge Negrete, y sigue dando conciertos de guitarra flamenca por todo el mundo. En este momento acaba de triunfar en Nueva York otra vez en Town Hall.

Hasta aquí una muy sucinta biografía de Mario Escudero, con quien hemos departido largamente, oyendo sus opiniones, refrescando añejos recuerdos y explorando su profundo sentido artístico. Nada difícil este ultimo cuando Mario es hombre abierto, expresivo y sincero, incluso valiente en sus juicios aún cuando aparece siempre como un gran tímido. De nuestra dilatada charla en una mañana abrileña hemos entresacado aquellos temas de conversación que más pueden interesar a los lectores de Sevilla Flamenca en relación con la personalidad del maestro de la guitarra flamenca.


Photos by Kazuko Hillyer

 

* * * * *

Mario, queremos seguir tu trayectoria de artista a través de los principales personajes que has acompañado en tu dilatada y brillante carrera. Te recordamos hace muchos anos en Madrid, tú entonces un chiquillo y ya con fama de tocaor revolucionario, por aquellos territorios flamencos que comprendían las plazas de Santa Ana y del Ángel, cerca de aquella legendaria universidad que se llamó Villa Rosa, en los confines de las calles del Príncipe, de Echegaray, de la Victoria… Una tarde nos presentó un inolvidable maestro del baile gitano: Francisco Ruiz, conocido artísticamente como Paco Laberinto. Tú ibas acompañado de El Príncipe Gitano, a la sazón aspirante a matador de toros, nada menos. Remontándonos a aquella época, hablemos de Vicente Escudero, ¿no crees que su fama no se acomodó a la realidad de su baile en el que existieron carencias acusadas?

El tiempo y el buen recuerdo de Vicente me impiden pronunciarme abiertamente por el camino que tú inicias. Sí, sinceramente, quizás no estás demasiado lejos de la verdad. Pero tuvo una línea acusada y muy personal y fue un enamorado del baile y de los gitanos. Vicente Escudero fue el primer bailaor por Seguiriyas. Yo empecé llamándole siempre Señor Escudero y el me corrigió con vehemencia. 'No, yo no soy el Señor Escudero: yo soy el Tío Vicente.' Y Tío Vicente acabé por llamarle…

¿Tu opinión de Carmen?

¿Qué puedo decirte de Carmen Amaya que no esté dicho ya? Fue el genio vivo mas grande del baile, la llama inextinguible, representó la grandeza de la inspiración, porque nunca bailó una pieza dos veces igual. Sus éxitos fueron apoteósicos y no tuvieron fronteras. Bailó para Toscanini y para Roosevelt.

 

“La evolución del toque de las tres A: 

agresivo, acelerado, arrogante”

 

Tocaste junto con Ramón [Montoya] y [Niño] Ricardo. ¿Hasta qué punto fueron raíces del toque flamenco los dos Maestros? ¿Cabe una comparación entre ellos?

Ramón fue un gran innovador de la guitarra flamenca. Ricardo, que siguió en esa misma línea, llegó luego. Con Ramón hay que hablar también del jerezano Javier Molina, otro innovador. Y con Ricardo hay que recordar, en otra línea, pero siempre innovador, a Manolo el de Huelva. El estilo personalísimo y tan claramente andaluz, si así lo puedo decir, de Ricardo fue muy significativo. También el del huelvano. Pero Ramón y Javier fueron los pioneros en la innovación y perfección del toque. Todos aportaron mucho al gran proceso de búsqueda de nuevas formas y a la evolución de la guitarra: la evolución del toque al que yo llamo de las tres A: agresivo, acelerado, arrogante.

 

Has acompañado a cantaores tan excelsos como Pastora, su hermano Tomás, Antonio Mairena, Juanito Mojama. ¿Quién fue más significante para ti en la hora de acompañarlo?

Todos. Hacer una comparación entre estos colosos representaría una postura de vanidad por mi parte. No cabe elección en cuanto que esta represente una preferencia. Pero el recuerdo mas hondo lo tengo de Tía Pastora [Pavón]: dulce y no empalagosa, pasarán mil años y no habrá aparecido una cantaora como ella…

Ahora viene tu compadre, El Niño de Las Habicas, Agustín Castellón. ¿Crees que ha influido en tu forma de tocar?

!Por supuesto! Ha influido mucho en mí, y la guitarra en general le debe infinidad de aportaciones y de nuevas ideas a este genial gitano navarro.

¿Crees que hay sitio en España para ese toque de concierto flamenco, para esa guitarra vestida de etiqueta, a cuyo auge has contribuido tú mismo?

No tengo ninguna duda. Esa guitarra de concierto, cualquiera que sea el traje que la vista, es hoy representación de una música única en el mundo y en ese mismo mundo admirada con entusiasmo. ¿Como no va a tener sitio en España? Lo que sí es cierto es que fuera de España se la valora más y es seguida por multitudes. Pero también a que se va instaurando cada día con mas fuerza, con mayor razón cuando es un arte genuinamente español, como el instrumento que lo ejecuta.

 

“La guitarra en general le debe infinidad de 

aportaciones y de nuevas ideas a Sabicas”

Estuviste en Nueva York el mes de febrero y ahora en abril vuelves de nuevo para una serie de conciertos en varios estados de la unión. ¿Es que no piensas establecerte definitivamente en Sevilla?

!Claro que si! Lo que sucede es que a veces el hombre propone y las circunstancias disponen. Realmente tengo compromisos que me reclaman, y he de atenderlos. Pero mi decisión de residenciarme en Sevilla es definitiva. Quiero que me conozcan los aficionados españoles, con Andalucía a la cabeza. Posiblemente impartiré algunas enseñanzas y, en definitiva, quiero vivir, estar y actuar en España, porque la tierra de uno, la querencia, tira mucho…

Nuestro común amigo Brook Zern ha escrito en «The New York Times» del 3 de febrero que tú eres no solamente un virtuoso de la guitarra, sino también uno de los tocaores que ha extendido mas significativamente el estilo de la música flamenca, y quien influyó en el más popular de los guitarristas jóvenes, Paco de Lucía, que incluyó tu composición «Ímpetu» en su primer álbum. ¿Cuál es tu opinión sobre el fabuloso Paco de Lucia?

Para mí es un artista muy completo, con una enorme personalidad, que supo seguir mejor que nadie la línea de Ricardo y que ha sabido crear un aire personal inigualable, fabuloso: de muchos imitado, pero de nadie igualado.

Nuestro agradecimiento a Brook Zern por la transcipción y traducción de esta entrevista

 

Actualización 2004:

Mario Escudero actualmente reside en Florida, USA, donde según nos cuentan sigue tocando la guitarra a diario.

En 1983 fue a España con Sabicas como invitados de honor en el Festival de Córdoba de Paco Peña donde Mario dio el taller de guitarra.

Andando el tiempo Escudero volvió a Sevilla y participó en el jurado del prestigioso Giraldillo del Toque del 1984. Aquel mismo año inauguró una academia de guitarra en Triana y tocó como solista en el Gazpacho Andaluz de Morón de la Frontera.

En 1986 el Ministerio de Cultura lo invitó a dar un recital en la tercera Cumbre Flamenca de Madrid, y el año siguiente la Cátedra de Flamencología de Jerez lo honró con su galardón para logros destacados en el flamenco.

Hacia finales de la década de los ochentas, Mario llenó teatros con sus numerosos recitales en Europa y los Estados Unidos.

El guitarrista Gerardo Núñez ha anunciado que su próxima grabación que está a punto de salir incluirá la composición de Escudero, “Ímpetu” que fue grabada con anterioridad por Paco de Lucía en los años sesenta.


 

Reseña histórica de recital
TODO EL PÚBLICO DE PIE PARA MARIO ESCUDERO EN AUSTIN, TEXAS

26 enero, 1979
Jerry Lobdill

Anoche Mario Escudero ganó los corazones de su público en el Hogg Auditorium de Houston. El anuncio de que “Recuerdos de la Alhambra” de Tárrega y “Malagueña” de Lecuona serían sustituidos por temas flamencos provocó la decepción generalizada, pero cuando Escudero salió al escenario y empezó a tocar, todo fue perdonado rápidamente. Desde el primer instante la música de este gran guitarrista mantenía al respetable embelesado. Cuando finalizó el programa, hasta el más ascéptico y conservador estaba lanzando ‘oles’. Exigieron dos bises y le premiaron con una ovación de pie.

Sin lugar a dudas, Escudero es un maestro de la guitarra, un genio. Aunque sea principalmente un guitarrista de flamenco, sus inquietudes no se limitan al flamenco. Estudió guitarra clásica con Daniel Fortea, alumno de Tárrega, y colaboró con F. M. Torroba en “Fantasía Flamenca” que estrenó con la Orquesta Sinfónica Americana en Carnegie Hall en noviembre de 1976. También ha tocado el “Concierto de Aranjuez” de Rodrigo que los guitarristas de clásico consideran bastante difícil, pero que se adapta perfectamente a la técnica del flamenco.

Su actuación aquí claramente llamó la atención de los miembros de la Sociedad de Guitarristas de Austin, la mayoría de cuyos miembros nunca habían visto a un guitarrista flamenco de primera categoría. Tocó con una fuerza impresionante, velocidad y perfección técnica, y cuando fuera apropiado también demostró su capacidad de matización tocando dulce y suavemente.

El programa fue dividido en dos partes. Escudero empezó la primera con una granaína tecnicamente difícil. Al finalizar esta pieza los aplausos le pusieron de pie para saludar con una sonrisa agradecida que estableció la tónica de la velada. Cada una de las diez composiciones de la primera parte mereció aplausos estruendosos. El tema final antes del descanso fue un asombroso zapateado en el cual Escudero hizo eco de los pies de un bailaor imaginario, golpeando ritmos complicados en la tapa de la guitarra con sus uñas, a la vez que seguía acompañándose con el rasgueo. Esto impresionó al público de tal manera que exigieron dos largos saludos antes del descanso.

La segunda parte abrió con “Almoradi”, una farruca de Manuel Serrapi (Niño Ricardo), uno de los maestros de Escudero, y después, ocho temas orginales de Mario incluyendo la hermosa rondeña “Homenaje a Montoya” dedicada a su otro mentor, Ramón Montoya. Impresionó al público con “Abril en Sevilla” evocando todo el esplendor de la Semana Santa en Sevilla, con trompeta y redoble de tambores incluidos, terminando el programa con su famosa guajira “Para Amina”.

Para el primer bis Escudero tocó “Recuerdos de la Alhambra” de Tárrega, haciendo las delicias del público. En un segundo bis tocó unas típicas sevillanas. Después de saludar nuevamente y abandonar el escenario, los aplausos ensordecedores le obligaron a regresar para recibir la ovación de todos en pie de un público extraordinariamente entusiasmado. ¡La ciudad de Austin lo adoraba, de eso no cabe la menor duda!

Agradecimientos a Jerry Lobdill por haber facilitado esta reseña
además de las fotografías de Hillyer y el programa del concierto

 


 

Artículo Vanguardia (12 agosto 1989)

 


Ver programa, parte 1parte 2

sábado 23 febrero 1963, Dallas

NOTAS AL PROGRAMA por MARIO ESCUDERO
Dallas, Texas, USA.  23 febrero, 1963

 

Debido a la popularidad creciente en todo el mundo de la guitarra flamenca como instrumento solista, ha sido necesario establecer una nueva escuela para esta faceta relativamente nueva del género flamenco.

La guitarra flamenca como instrumento de recital, no había existido como tal hasta años recientes.  Al investigar el tema, vemos que hasta la época de Ramón Montoya (1880-1949) no se abrió la puerta a un nuevo horizonte artístico en el cual la guitarra se establecería como instrumento solista de flamenco.  Hasta aquel momento, los guitarristas flamencos se limitaron al acompañamiento del cante y baile.  Horizontes nuevos sin límites se habían abierto.  Ya que la guitarra flamenca nunca antes había existido como instrumento de concertista, entramos en una nueva fase, y ha sido necesario establecer una escuela en condiciones para el total dominio del instrumento.

En el programa de hoy, está tomando forma una nueva fase que nunca antes había sido presentado en concierto.  Este novedoso concepto es Flamenco Evolucionario, y para mí, representa la verdadera forma que debería tomar un solo de guitarra de este género.  Cada pieza conserva la cadencia andaluza y el compás requerido de cada estilo, y queda enriquecida por el uso de armonías y modulaciones contemporáneas que mantienen el arco melódico, dándole coherencia.

Después de veintiséis años como guitarrista flamenco profesional, tanto como solista como acompañante de las figuras más grandes del arte flamenco, y al cabo de una investigación exhaustiva, y el intercambio de impresiones con muchos intérpretes de este instrumento, estoy aportando esta nueva fase que creo que será positiva para el dominio completo y evolución de la guitarra flamenca, y lo estoy logrando sin perjudicar la autenticidad y pureza de las formas andaluzas.

*  *  *  *  *

En la primera parte del programa, Escudero presentará el flamenco tradicional.

En la segunda parte del programa, Escudero adapta las formas tradicionales del flamenco, y emplea un concepto contemporáneo progresivo con la inclusión de armonías nuevas; eleva la dignidad del flamenco al arte interpretativo de solista en el mundo de la música grande.

 


 

Discografía selecta reunida por Paul Magnussen:

 

 

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