Silvia Cruz Lapeña
Los espectáculos del festival barcelonés vistos a través de quienes siempre acompañan, siempre en segundo plano, a cantaores, intérpretes y bailaores.
Casi nadie los nombra y apenas se les ve, pero son parte imprescindible del espectáculo jondo: son palmeros, jaleadores y percusionistas. Si hubiera que definir el Ciutat Flamenco 2017 a partir de sus perfiles, diríamos que este festival es muy variado, pues arranca con el compás modernísimo de Pablo Martín Jones en “Caída del cielo” y termina con el sabor rumbero de Francisco Batista “Rambo”. Y entre el uno y el otro, un arco estilístico de lo más completo.
“Acompañar a Rocío Molina es un reto”, dice Martín Jones que pone la percusión a “Caída del cielo”, una base con la que da relieve a esa forma tan particular que tiene la malagueña de aunar las raíces del flamenco con su veloz cabeza. “Yo siempre fui fan de su baile y un día, mientras compraba fruta, me llamó para que trabajáramos juntos. Fue una epifanía”, explica quien es hijo de cantaor y bailaora. La percusión de Martín se basa en la batería y en cualquier instrumento, musical o no, con el que acompañar el baile de la malagueña. Su eclecticismo se ve también fuera de esa colaboración: buena muestra es lo que hace en el Museo Reina Sofía donde dirige unas visitas guiadas para alumnos de primaria con una bailarina de contemporáneo.
Sobre la creadora del espectáculo que traen al Ciutat Flamenco tiene claro qué destaca además de su creatividad y su privilegiada cabeza: “Su capacidad de trabajo, no te podrías creer hasta donde alcanza”. Esa dualidad entre el origen y el futuro que tan bien fragua Molina queda patente en el otro artista que le da compás: José Manuel “El Oruco”. El bailaor define su currículum diciendo el primer y el último nombre de los bailaores a los que ha acompañado: Farruco y Molina. Entre el uno y la otra habita toda una galaxia jonda. “Mi objetivo es conectar el mundo que ella crea con el espectador. Lo que pretendo es que se sienta libre y cómoda para ejecutar lo que ella necesite”, dice resumiendo su trabajo con la bailaora, filosofía que aplica con cualquiera de los artistas que acompaña y consigo mismo. “No puedo decirte dos bailaores ni dos cantaores… es como decirle a un niño que elija sólo dos chucherías”, dice riendo, pero cuando se le interroga por sus preferencias sale el nombre que todos citan cuando se habla de palmas y jaleos. “La pareja que hacían mi tío Bobote y El Eléctrico”.
Bailaores que hacen palmas
Bobote, como El Oruco, también era bailaor. La figura del que danza metido a hacer compás es habitual. En este espectáculo, también adoptará ese papel Miguel Donaire en “Auto-Sufi-Ciencia”, espectáculo en el que Pedro Burruezo pondrá en comunicación el flamenco con la música sufí. Otro caso de bailaora metida a palmera ocasional es el de Isabel Marsol. Irá acompañando a Ruselito, joven promesa de la guitarra barcelonesa a quien jaleará por alegrías y bulerías en el espectáculo gratuito que tendrá lugar en el hall del Mercat de les Flors el domingo 21 de mayo a las 17,30 horas. “Mi papel está en segundo plano, lo que hago es darle tiempo, compás, base. Es algo que me gusta mucho y creo que está poco valorado en el flamenco”, dice esta bailaora de Barcelona que empieza ahora a dedicarse al flamenco a tiempo completo. Cita a El Piraña como uno de los percusionistas que más le gusta y cree que todos los flamencos, sea cual sea su disciplina, deberían empezar aprendiendo a jalear.
El otro show que tendrá lugar en el hall del Mercat es el de José Manuel Álvarez, bailaor de la Ciudad Condal que ha trabajado con Marco Flores, Pepa Gamboa o Juan Carlos Lérida y que presenta “D-Structures”, una pieza de media hora en la que le acompaña el percusionista Lucas Balbo. Balbo es un joven argentino que empezó en el flamenco por culpa de su hermana Bárbara, bailaora. “Yo tocaba la batería en un grupo de rock. También había hecho música afroamericana, candombe…” Ahora hace diez años que se dedica a lo jondo, y ha trabajado ya con gente como La Farruca, Karime Amaya o Pol Vaquero. “Yo intento adaptarme a lo que necesita el otro, para mí es un trabajo de acompañar, de ir un paso por delante a la hora de interpretar la energía del bailaor”. Así define este hombre su trabajo, que prefiere el estilo enérgico de percusionistas como El Piraña, José Carrasco o Ané Carrasco.
Del jazz a los más rifados: Los Mellis
Hay más percusionistas de la tierra en este Ciutat Flamenco: David Domínguez es otro de los nombres más destacados del panorama. En este festival se le podrá ver por partida doble: con Pepe Motos en “Kódigo flamenco” y en “Flamencat”, el show para niños que tendrá lugar en el Palau de la Música Catalana el domingo 21. “Yo no sé ni cómo empecé en esto porque en mi casa nadie se dedica a la música”, dice alguien que comenzó su carrera musical tocando la guitarra en su localidad natal, Santa Perpètua de Mogoda. Allí trabajaba haciendo otras cosas y estudiando, hasta que llegó un punto en que no era compatible trabajar con los bolos que le iban saliendo, cada vez más. “Entonces empecé a colaborar con el Taller de Músics, donde me siento muy vinculado y hasta hoy. ¡Ahora no sabría hacer otra cosa!”. Domínguez dice que «flipa» acompañando a Duquende, pero se siente muy a gusto también con Montse Cortés, El Paquete, actuando con la Big Band flamenca de Perico Sambeat o en su último trabajo en el Teatro Romea, donde actúa en «Federico García», una biografía sonora y visual dirigida por Pepe Tosar.
Otra batería poderosa, la de Jesús Gimeno, que viene con la música folk valenciana de Josep Aparicio “Apa”, que trae a Barcelona “Flamencianes”. Acostumbrado al flamenco por haber acompañado a Isabel Julve y ser uno de los fundadores del grupo Jerez Texas, Gimeno es un músico de jazz que se formó en Barcelona en los años ochenta y ha girado por los principales escenarios españoles demostrando que puede casi con cualquier música, también la jonda.
El par que completa el latido del Ciutat Flamenco son Los Mellis, que como muy bien indicaba Sara Arguijo en una entrevista publicada en esta revista, son con casi total seguridad los palmeros más rifados del mundo jondo. En esta ocasión, vienen a darle calor a Dani de Morón en su concierto del 26 de mayo en el Auditori, en el que también cantarán Duquende, Jesús Méndez y Antonio Reyes y que se vislumbra como uno de los platos fuertes del festival.