ISBN 978-84-96210-65-3 * 356 págs.
El presente libro es la realización de la necesidad interior de la autora de revisar, seleccionar, corregir y compilar los materiales literarios generados entre los años 2003 y 2007, que se conviertieron en el producto artístico-académico de su investigación: Arte y técnica del Baile Flamenco.
PRÓLOGO DE MANUEL RÍOS RUIZ
UNA ENTRAÑADA PASION FLAMENCA
Manuel RÍOS RUIZ
DECIA Jean Cocteau que lo flamenco es algo más que cante y baile, porque es una concepción dialectal del mundo. Y nuestro don Antonio Machado, nos advirtió: ?Nuestro punto de arranque, si alguna vez nos decidimos a filosofar, está en el folklore de nuestra tierra?? De ahí que por ambas y convergentes consideraciones, resulta que una poeta hispanoamericana de la calidad de Laura Moss, haya escrito la presente obra sobre el flamenco, porque ha entendido y sentido su grandeza y profundidad espiritual y humana, arrebatada anímica y corporalmente por su estética y riqueza expresiva. Y lo hace desde una entrañada pasión por la música autóctona más importante de Occidente.
Recordemos que otras voces poéticas de allende los mares han cantado al flamenco, entre ellas las de Rubén Darío, Julio Alvarez de Villaluenga, Roy Bartholomew, Noel Estrada Roldán, Baldomero Fernández Moreno, Carlos Pellicer, Alfonso Reyes,
Carlos María de Vallejo,,, Pero ninguna ha resuelto su canto al flamenco con la intensidad y penetración que Laura Moss le aplica, le injerta a una temática que requiere un enamoramiento verdaderamente fundado de sus valores y de sus variados matices.
Y su oda al flamenco ya está aquí, en nuestras manos y ante nuestros ojos. Es lo que se dice una suerte, y hay que alegrarse. Pues el flamenco, un arte tan andaluz y a la par tan universalizado, cuenta desde ahora, gracias a la capacidad exaltativa e investigadora de Laura Moss, con un tratado que lo ha asumido desde dentro, que es glosa y reflexión al unísono, para ilustrar al curioso lector tanto de sus causas como de los objetivos sensoriales de su función, mediante sus versos y sus prosas. A partir de ahora, por obra y gracia de estos textos, el flamenco será en sus motivaciones y expresiones más comprensible para muchos, incluso para bastantes de sus adeptos, porque entre otras consideraciones, tienen la virtud de revelar de forma explícita y requintada, sensaciones que todos los cabales han vivido, pero sobre las que no todos han reparado debidamente, adentrándose en la inefable ?razón incorpórea?, que dijo Antonio Mairena.
Y como ofrenda primera de su pasión flamenca, Laura Moss afirma en un verso capital:
El flamenco se nutre de la vida.
Es una aseveración sumamente cierta, puesto que el arte flamenco posee una raíz anímica de honda sentimentalidad en su manifestación, que deviene de un atavismo muy arraigado, de un sentido solemne y clarividente de la soledad, que lo distingue de todas
las formas folklóricas musicales y líricas, porque surge de la vivencia y se convierte en vivencia misma al ser expresado. Y Laura Moss admirada e inmersa en el flamenco, concluye frente a la oración de cada cante:
La voz de cuerpo entero.
Efectivamente, la voz sola de los cantes básicos, en su crudeza y crujido, en su modulación intuitiva, como nacida de la entraña más que de la garganta, es algo tan espeluznante como hermoso, una música ingénita que aparece configurada desde lo más ancestral de la naturaleza humana. De ahí que bien crea:
El duende nace del alma.
Así lo sabe Laura Moss, porque como bien se ha escrito, desde el punto de vista de la experiencia individual, no hay un nudo expresivo más totalizador y originario que el formado por el cante flamenco, extraído de lo ingénito para convertirlo en individual, pues descansa en la frontera de lo humano con la espiritualidad del intérprete, y la sensación o conmoción llamada duende, inexplicable con palabras, que trasmite el cantaor en momentos que podríamos denominar sublimes, es un enigmático mensaje desde el alma del cantaor para el alma del receptor de su arte. Y a Laura Moss le surgen a borbotones elogios y metáforas a la voz cantaora, emocionada por sus distintas desgarraduras o sutilezas.
Laura Moss percibe las entelequias sensoriales del flamenco desde muy significativos ángulos y visiones:
En los espacios
un modo de sentir el aire,
una forma de sentir el amor,
un cobijo para supervivir bailando.
Y es el baile flamenco el feliz cautiverio de Laura Moss. Verbigracia:
Bailar por siguiriya con el alma,
aún cuando el cuerpo esté silente,
sentir cada verso de Poeta
clavarse en el pecho y en el vientre.
El baile sobre la copla, es para Laura Moss una venturanza sensitiva y sobre cogedora:
En ese perderse del Baile de uno mismo
está lo vivido y su memoria,
el cielo imaginado, los floreos,
caricias que nos tiemblan por dentro.
Es tanto el entrañamiento de Laura Moss con el baile flamenco, con lo jondo, que para dar razón de su ayuntamiento con el arte andaluz, determina su convicción con cuatro lapidarias palabras:
una afirmación del ser.
Naturalmente. Y enseguida la guitarra flamenca aparece en los textos de laura Moss, como no podía
ser de otra manera. Ya nos explicó Luis Rosales que ?la guitarra suena como naciendo, tiene un sonido
que por dentro es de agua y por fuera es de hoja; un sonido cuya capacidad de suscitación emocional crece continuamente mientras se escucha?. Y Laura Moss es una enamorada de la guitarra flamenca, como queda patente es los siguientes versos, dirigidos al tocaor:
Ella sólo se arrima a tu cuerpo con dulzura,
se deja llevar y se consuela al consolarte.
Y en el devenir de su obra, Laura Moss va intercalando homenajes a los artistas admirados del cante, el baile y el toque, entre ellos La Niña de los Peines, Melchor de Marchena, Niño Ricardo, Fernanda de Utrera, El Torta, Manuel Moneo, Manuela Carrasco, Antonio Gades, Vicente Amigo? y muy singular el dedicado a Manolo Sanlúcar, alabando su obra ?Tauromagia?. También inserta crónicas de espectáculos presenciados, reflexiones en torno a sus vivencias y aspectos concretos del flamenco, incluso glosas de paisajes ?su deslumbramiento del Sur es elocuente- y de amores, mas odas a poetas, especialmente las correspondientes a Federico García Lorca, a quien canta en el primer poema del volumen, por considerarle su primer mentor flamenco.
Sumamente interesantes y lúcidas son también sus exaltaciones de los estilos, así como sus comentarios
en torno a teatro y flamenco, puesto que como mujer de teatro en la plena extensión de la palabra, analiza
y desvela cuestiones de auténtica entidad al respecto. Algo verdaderamente valioso, porque su libro además de ser la ponderación de un arte único, es sin lugar a dudas un tratado flamenco peculiar, con sentido académico desde la investigación, puesta al servicio de la formación, de ahí que su trabajo en conjunto sea tan exaltativo y divulgador como práctico para todo interesado en el arte flamenco.
Y en un momento crucial para el arte flamenco, los primeros años cincuenta, Anselmo González Climent se planteó las siguientes preguntas. ?¿Qué decir del trasmundo intelectual y afectivo que vive en máxima tensión dentro de jipío, de la copla, del punteo galano y viril de la guitarra? ¿Qué tipos de intereses humanos ocupan la atención del desgarro flamenco? ¿Qué valor de objetividad y de sentido vital ofrecen? ¿Qué cauces estilísticos eligen estas motivaciones? ¿En qué grado hay personalidad creadora, y en cuál una sumisión tradicionalista? ¿Qué papel desempeña el concepto y la sensación de angustia de la raíz de lo jondo??
Pues bien, después de una etapa de revalorización del flamenco, iniciada inmediatamente, tras divulgarse los anteriores interrogantes, cuando muchos flamencólogos han aportado sus respuestas a ellos, aparece Laura Moss, poeta, actriz, cantante
de tangos y bailaora, personalidad de la cultura, en definitiva, para clarificar a su manera tantas dudas.
Lo hace desde el estudio, la vivencia y la práctica de lo flamenco. En su texto ?Nunca es tarde? leemos:
Siento que nunca es tarde para encontrase con el flamenco, muchas veces me lo pregunto, muchas veces me parece una bendita locura encontrarlo, a estas alturas, en mi camino. Así, sin más, a cada paso, a cada instante, en mi corazón, sin tregua, sin tregua ninguna, engarzado en mí como una piedra preciosa prendido en mi silencio.
Entrañable.
Y como tú bien dices, Nunca llegaré al fondo, me basta con sentir su brisa.
Sí, a pesar de tanta complejidad musical, de tanta entidad sensorial, de tantísima teoría flamencológica, realmente para gozar del arte flamenco lo esencial es sencillamente sentirlo, percibir su mensaje de amor, de vida y de muerte, como de toda legítima poesía. Laura Moss inmersa en el flamenco, a través de una entrañada pasión, es su cantora, cantaora, fiel, su lúcida amante, que no solamente lo ensalza, sino que lo ejecuta llevada del instinto. Y confiesa:
Aprender Baile Flamenco
es vivir comprometido
en la gloria y el abismo;
este baile de carácter
nos involucra completos.
Una conclusión que responde a la plena certeza que Laura Moss tiene acerca del entendimiento del flamenco, para ella es un
amante indomable
porque
Todo es trascendente
para mí en el Flamenco.
De ahí que asegure:
En definitiva:
los cantes
me dan luz, me dan bravura
y un soplo de sal antigua
para volar con su historia.
Causa indudable de que ?Flamenco por dentro?, sea un libro que viene a ocupar un lugar especial en la bibliografía del género. Enhorabuena.
[Referencia: 8567]