“D. Ramón Montoya es considerado como la fuente del toque flamenco, dentro de la historia de la guitarra flamenca hay que hablar de un antes y un después, podemos decir sin temor a exagerar, que todo el universo de la guitarra flamenca gira en tomo a él”. Blas vega.
Eso es precisamente lo que viene a corroborar en el libro Agustín Carbonell “El Bola”. Un profundo análisis sobre la figura de Montoya, respecto a su vida, su trayectoria artística y su aportación al flamenco.
Un compendio que aporta hasta entonces, partes inéditas sobre el maestro, gracias a material de gran valor como crónicas de prensa, entrevistas, más de 50 fotos, carteles, etc.
Ahora ven luz, gracias a la nieta de Montoya, (Rosita Montoya) que ha colaborado con el músico madrileño cediéndole este material…
El autor a contando también con los testimonios de los maestros: Manolo Sanlúcar, Víctor Monge “Serranito”, Faustino Núñez, (musicólogo) y Jose Manuel Gamboa (escritor y flamencologo).
El libro se complementa con un cd, con toques de don Ramon tocando solo y también acompañando al cante. Una selección de solos de guitarra hecha por Agustin a partir de discos de vinilos para ser remasterizados. Una guía básica con las mejores aportaciones suyas. Ademas toques del maestro interpretados por Agustin, y también acompañando al cante, con la voz del gran cantaor Jeromo Segura. Algunas piezas rescatadas como la partitura, ¨Farruca Gitana, y cantes, como Granaina, y Taranta, que acompaña don Ramon Montoya a Pepe Marchena, en la película de 1936 ¨Paloma de mis Amores¨.
D. Ramón Montoya, antes de morir ya enfermo le dijo a su gran amigo el cantaor Jacinto Almadén, mira «tengo tantas cosas en mi cabeza por hacer todavía, que cuando salga de esta voy a formar una revolución» el sabio maestro, no se había dado cuenta que ya había transformado el flamenco…
Su gran legado y escuela les sirvió de base y espejo a grandes guitarristas ente los mas grandes ‘Sábicas’ y Paco de Lucia. Formando los tres la cadena divina como los mas grandes solistas en la historia de la guitarra flamenca.
En el 2012, dentro de la programación “Los Veranos de la Villa”, en los Jardines de Sabatini del Palacio Real de Madrid vio luz mi particular homenaje a don Ramón Montoya, que con todo mi respeto y cariño le hice a este genio del Flamenco.
Desde hace algún tiempo ya me rondaba en la cabeza, y sinceramente no fue nada fácil… El maestro tenia una técnica de una precisión impecable a parte de una expresión, sonido y sentimiento muy difícil de imitar, por no decir casi imposible.
El era como muchos flamencos de aquella época un gran improvisador, algo que tenia que entender o ya entendía… Improvisaban sobre estructuras ya hechas por el, o por otros. Falsetas de guitarra creadas bien para el toque para cantar o como solistas. Dicho mas sencillo, eran Jazzman del flamenco, y eso es el Flamenco. Cosa que se esta perdiendo casi totalmente…
Fue por ello que tuve que investigar su vida y su obra… Por lo cual me llevo a conocer profundamente su aportación al Flamenco, además su vida personal y artística. Su sobrina nieta, Rosita Montoya, muy querida y por el cariño que me tiene, desde hace tanto tiempo que tuve el placer de conocerla en San Francisco, allá por el año 1986, cuando yo estaba con “Flamenco Puro” aquel espectáculo grandioso… Por el motivo del homenaje le pedí algo de material suyo para empaparme de el, además de poder tener acceso alguna foto original para mi proyecto.
Automáticamente, me ofrecido un material de enorme valor, para mi sorpresa… Su material de prensa, fotos, diplomas, carteles y un álbum de prensa original propio del artista.
Unas partituras que nunca fueron estrenadas. “Farruca Gitana” para baile. Eso fue la conclusión para hacerlo mas en su profundidad. Rosita me dijo : “Agustín adelante y eres el primer guitarrista que se acuerda de el de esta manera, el único” Gracias Rosita. En dicho homenaje, tuve el inmenso placer de estrenarla bailando nada mas y nada menos que con otra doña de la danza, Lola Greco.
Nació el maestro en Madrid, en calle Ronda de Toledo, criado en el barrio de Lavapies. Como el dijo en una entrevista en Buenos Aires : “Yo soy madrileño castizo por los cuatro costados.” Y en su barrio murió en julio de 1949 en la calle de la Cabeza. También decía que era un andaluz madrileño, siempre enamorado de Andalucía. Ahora sale mi libro y el cd, con el material que conservo, cual fue mi fuente principal, en donde había mucho inédito….
Ahora por fin sabremos mucho mas del maestro para nuestra memoria…
D. Ramón Montoya, que fue de lo mas sabio, bondadoso y grande del flamenco, puede estar bien satisfecho de haber conseguido lo que por su carácter humano, lucha, y talento siempre quiso. Dignificar la guitarra flamenca y a los suyos. Y al flamenco si cabe.. Los reconocimientos que mantiene este arte al día de hoy son logros, que el esculpió como primer guitarrista en romper esa barrera de lo que, en su día, era un arte de tabernas y de cafés cantantes, que navegaba entre dos mares; el inculto y analfabeto y por otro, la lírica y la poesía sabia del pueblo.
Su triunfo en plena guerra civil, y además en Paris, donde en la época estaban los críticos mas considerados y reservados de la música del mundo, tras su grabación en microsurco en (tamaño grande) en el mejor sello de música clásica del mundo entonces, a modo elitista pasaría su éxito a un gran relieve internacional. Al terreno de la música culta…
D. Ramón Montoya, como muchísimos artistas de la época, poetas, pintores, escritores, músicos, ya intuían que este arte era el diamante bruto, mas puro del arte de Español. Nacido de la verdad del pueblo, del mestizaje, de las gentes. Como en su día dijo el poeta, Antonio Machado, “Nadie es mas sabio que el propio pueblo.”.
Agustín Carbonell Serrano. Guitarrista Flamenco
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