79 págs. 210×145 mm
Allí están nombrados los elementos que componen el arte: el baile, «misterio y milagro»; la guitarra, que él te dirá que es «agua que llora», o que «suena a plazoleta con cipreses»; los cantes y sus variantes (gracias sean dadas al azar que juntó, para maravillarnos, las palabras; «soleá alfarera»).
Alegrémnos de que el poeta siga siendo aquí elautor de la Didáctica del Cante Jondo, e intente dar a cada palo una nueva definición, no sé si más metafísica que lírica. Yo le agradezco especialmente el que, además, nos haya ofrecido para cada familia de cantes una legtra que él ha s¡considerado como más representativa. !No se pierdan esa estrofa de taranta, ese tercio de soleá, esos desasosegantes versos para siguirilla!
de la introducción