Raíz flamenca es, además de un perfecto repaso por la obra que Enrique de Melchor dejó para Fonomusic, seleccionada por él mismo y reverdecida por una remasterización eficaz, la cara más actual del concertista, quien nos presenta sus nuevas creaciones en las cuatro piezas que abren el álbum: Pa? que tú bailes, Plaza Ducal, El Arenal, Raíz Flamenca; una guitarra de primera con genuina raíz flamenca.
Raíz Flamenca
2005
La plaza Ducal de Marchena es el capital patrimonio civil del Conjunto Histórico-Artístico que guarda dicho municipio sevillano; el musical se lo reparten el Niño de Marchena, renovador que fue del cante, y los ?Melchores?. Estos pusieron en el arte flamenco del siglo XX bandera de grandeza tocaora. Hijo del más destacado en tan señalada dinastía flamenca, Melchor de Marchena, es nuestro Enrique de Melchor. Trenza hoy Enrique su Raíz flamenca por seguiriyas, con el compás añejo de los recuerdos caseros y las armonías que asimiló durante su temprano andar en solitario. Y rememora aquella Plaza Ducal con una bulería sobre la característica escordatura de la rondeña de concierto, donde hace resonar de modo diferente una de las más afortunadas falsetas de paterna procedencia.
Fue Enrique de Melchor el primer concertista de la casta, consagrado por un impecable y distintivo sonido; lo que todos buscan y pocos alcanzan. Demostradas sus condiciones de tocaor puntero, de acompañante sobresaliente, hizo los pinitos concertísticos junto a Paco de Lucía. Ahora recuerda esos Viejos tiempos, en un mano a mano con el cabal Príncipe de Asturias. Suena por fandangos y se extrae del disco Arco de las rosas (1998). Cuando Enrique debutó en solitario, allá por 1977, en pleno auge de la guitarra solista en España, el padre de Paco se encargó de bautizar las piezas que conformaron su primer elepé; Perla fina le puso a las colombianas que Enrique interpretaba, y que acaba de retomar para que Guadiana las cante y Pa que tú bailes. En El Arenal danza la guitarra por alegrías con el bajo de Antonio Ramos. Ya metidos en faena nos espera esa contagiosa Danza de los gitanos, cabalgando la sonanta sobre la palabra inolvidable de Paco Rabal y el melódico canto de Amancio Prada. Buenos compañeros de viaje, sí señor. Y prosigue la fiesta con la bulería Jacaranda, en una tonalidad más característica del estilo e infrecuente desarrollo musical de alta escuela.
Continuamos andadura, en la buena compaña de Enrique, repasando la chispeante rumba Cuchichí, que es de las que se pegan al oído. Si ella dio título al disco de 1992, un año antes merecieron tal distinción los tangos La noche y el día, donde José Mercé le daba la réplica cantaora a Enrique con su metal de primera. Callejón del aire se extrae del antedicho álbum de 1991, bulería airosa donde resopla la flauta de Juan Parrilla animada por la voz de Marta Heredia; broncínea parentela de Enrique. Lugar aparte merece el recuerdo para esos Tres amigos, único ejemplo registrado en disco de aquel fugaz encuentro de eminencias de la bajañí que Oripandó dio en llamarse: Enrique de Melchor, Tomatito y el llorado Manzanita. Tras la rumba histórica, La Dehesa, el cierre por jaleos/bulerías sobre los acordes del taranto a los que tanto partido siempre ha sabido sacarle nuestro protagonista.
Raíz flamenca es, en resumidas cuentas, además de un perfecto repaso por la obra que Enrique de Melchor dejó para Fonomusic, seleccionada por él mismo y reverdecida por una remasterización eficaz, la cara más actual del concertista, quien nos presenta sus nuevas creaciones en las cuatro piezas que abren el álbum; una guitarra de primera con genuina raíz flamenca.
José Manuel Gamboa
[Referencia: ]