Temas:
1.Canción del Mar
2.Manchada de Amor
3.Me lo merezco
4.En un Latío
5.Amarrao en el Malecón
6.Aquellas pequeñas cosas
7.Vive y sueña tu Libertad
8.Alegrías pa mi Niña
9.Desde el Alma
10.Puerta Abierta.
El agua como esencia, como espejo, como algo inasible que deja un rastro húmedo sobre la piel. Agua como alimento, como lugar común donde las sensibilidades ribereñas, porteñas, encuentran el placer de su tacto relajante, curativo. Espejos del agua, riberas en la que mirarse, rios, lagos, estanques, mares, océanos… espejos que jamás devuelven la misma imagen. Canciones que suenan diferentes gracias a eso inexplicable que hace del flamenco una expresión única y caleidoscópica, críptica y universal, hermosa y amarga.
Ginesa Ortega se vuelve a atrever a ir unos pasos más allá. No puede estar quieta, ni quiere. La conocimos al lado de Joan Albert Amargós (y de Salvador Niebla, y de Diego Cortés, y de Sergi Riera) en aquel proyecto llamado Iberia, luego con La Fura dels Baus, compartiendo experimentos y actitudes renovadas con Juan Manuel Cañizares (NOUM), también la oímos (y sentimos) con los Gringos cantando una canción de siega desenterrada de tierras leridanas. Nos lanzaba un conjuro desde un tema pop de Marc Parrot. Nos ha estremecido cantando El Amor Brujo de Falla al lado de Josep Pons y de las mejores orquestas sinfónicas.
Y Ginesa nos ha seguido emocionando desde esa voz gitana que, por derecho, rompe y rasga, acaricia y acuna, por tangos o por bulerías, por salsa y por rumba, por soleà o por blues. Una voz que viste una personalidad inquieta, arriesgada, gitana, capaz de cantar desde la emoción perlas musicales como el «I’m a fool to want you» de Billie Holliday, o revisitar a Fito Páez en «Desde el Alma» con la sola compañia de un piano, o hacer del reggae algo muy personal, casi propio. Ginesa ilumina la «Cançao do Mar» de Dulce Pontes llenándola de sal y brea y demuestra que Serrat está lleno de flamenco en «Aquellas pequeñas cosas», una versió que resucita la emoción latente que sólo tienen las grandes canciones.
Y Ginesa canta por alegrías a su niña que se peina por los espejos del agua , y canta por tangos y por bulerías. Canta mejor que nunca y se encuentra una artista hecha y derecha con más claridad que nunca. En «Por los espejos del agua» nos encontramos a una Ginesa flamenca y contemporánea. Hallamos en toda su transparencia a una artista comprometida con su tiempo y con el futuro. Una mujer que señala hacia adelante con sentido y sensibilidad, con tiento, con una sensatez poco habitual en éstos (turbulentos) tiempos que corren.
«Por los espejos del agua» es un gran disco. Porque está lleno de música y de emoción. Porque su transparencia flamenca desborda sinceridad y porque se aleja de cualquier tentación comercial.
Atraviesen el espejo, es de agua, la sensación es muy gratificante: puro placer.
Jordi Turtós
Periodista musical.
Créditos:
colaboran Leo Maya, Toni Xuclá, Montoyita, El Piripi …