De siempre, los guitarristas han sido los adalides del arte flamenco, y sigue siendo así en el comienzo del siglo XXI. ¿Podría alguien imaginar qué sería del flamenco actual sin la pléyade de guitarristas que lo han alumbrado?: Desde Paco de Lucía hasta Vicente Amigo, han sido los tocaores quienes han cambiado el rumbo por el que camina el género. Así el guitarrista se nos muestrea corno un adelantado del flamenco nuevo o de vanguardia: Músico por vocación y oficio, el guitarrista actual adquiere una formación académica imprescindible para entender y aprovechar las estructuras armónicas y rítmicas de las músicas brasileñas, del jazz o de la clásica; para poder dialogar con las percusiones y obtener un sonido propio… Aunque todo ello quedaría en nada sin un conocimiento profundo del arte flamenco.
Por ello, cada día resulta más difícil lograr aportaciones significativas en el mundo de la guitarra flamenca. Pero en Carlos Piñana se conjugan todas estas virtudes: Está al corriente de lo que se hace hoy en el arte flamenco y su entorno. Posee una sabiduría innegable de las músicas y técnicas de la guitarra. Posee un sonido propio. Y además posee una sabiduría vivencial del flamenco. En su currículum, el Bordón Minero del Festival del Cante de las Minas, el Premio del Certamen de la Guitarra de Córdoba y un segundo premio en la Bienal de Sevilla, además de un innumerable reguero de actuaciones por todo el mundo, solo, acampanando a su hermano Curro o con su grupo integrado en un
espectáculo de baile flamenco.
En esta grabación, la tercera ya de su carrera, Carlos Piñana ha conjugado su sentimiento flamenco (Que ya mostrara en su primer disco, «El cuidado de la esencia»); las influencias caribeñas y balcánicas que mostró por primera vez en su segundo album («Cal?líbiri»); la búsqueda de un concepto original de guitarra, con el apoyo del productor del álbum Norberto Torres; y el equilibrio y sensibilidad que tiene su toque…
En el disco han colaborado un buen montón de amigos: Carles Benavent, Curro Piñana, Jorge Pardo, Eva Durán …y entre todos han logrado una obra personal, original, de indudable rajo flamenco aunque, a la vez, situada en la vanguardia de la guitarra flamenca. Encontramos en él toques de profundo sabor jondo, como la taranta dedicada a su abuelo (Antonio Piñana) o la Evocación de rondeña en homenaje a Ramón Montoya. Brillantes versiones de bulería («Mediterránea») y rumba («Déjate llevar»). Unas hermosas alegrías cantadas con especial brillantez por Curro Piñana («Mar de sueños»), quien también nos deja un colofón emocionante a un divertimento de guitarra con unas letrillas que cantaron los grandes de principio de siglo («Llega la calma»). Una balada con violín y cello («Tarde de inspiración») en la línea que marcara en su anterior disco en colaboración con músicos albaneses, y unos tangos con la voz de Eva Durán («Nace una rosa»), completan el álbum.
Un álbum que nos muestra un Carlos Piñana llamado a mantenerse en primera línea de los guitarristas fiamencos de comienzos del siglo XXI.
Créditos:
Jorge Pardo: saxo.
Carlos Benavent: bajo.
Eva Durán y Curro Piñana: cante.
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