NIÑO JOSELE, UNA GUITARRA FLAMENCA EN LOS
CUATRO PUNTOS CARDINALES
Pedro Calvo
La guitarra tira del flamenco. Niño Josele (Juan José Heredia Heredia, Almería, 1974) : buena planta, mejor sabor. En este segundo disco como solista, fragmentos al imán de su sonanta, acuden artistas de muchos quilates y colores: Enrique Morente, Andrés Calamaro y la Orquesta Nacional de Barbés. La guitarra reina en medio de este puñadito de príncipes. Cuajado en el arte acompañar, el almeriense Niño Josele es capaz de conectar con esas furias del maestro jondo de Granada, el rockero por rumba de Argentina y la modernidad en trance «gnawa» de la emigración en París. A la guitarra flamenca, como a la del blues, le vienen bien los amigos: aguas hermanas en las que enjugar el júbilo o la pena.
Las andanzas de Josele al lado de El Cigala le han llevado por un montón de rincones en los últimos tiempos, siendo la parada más notable el disco grabado en vivo en madrileño Teatro Real. Ahora es el tiempo de mostrar que la guitarra flamenca, desde el centro de su indestructible tradición e historia, puede abrir su diapasón. Hay un empuje de libertad cercana en todas las piezas que interpreta Niño Josele. El disco arranca por tangos, bujería al golpe y tanguillos: flamenco por derecho y festero, con los encastados cantes de Guadiana y José «Malaguita». Y en el cuarto tema, la catarsis de Enrique Morente por soleá y bulería. La voz libre y pletórica del Morente más apegado a los quereres del flamenco sin más adjetivos que el de su excelencia: «Las cosas de amores». La guitarra de Josele mima a ese Morente galácticamente granadino. Y esa guitarra viajera, en el quinto viaje, se lía la manta a la cabeza en el romance de la mala fortuna que ha compuesto por rumbas Calamaro. «Ranchada de los Paraguayos» tiene una sorprendente guasa maleva, rara estampa a lo Jorge Luis Borges. La guitarra emerje sola en los fandangos «Llanto de Sal». La Orquesta Nacional de Barbés desembarca con «Zawiya», donde el mestizaje sale en procesión llevando el paso de la rítmica gnawa. Sobre el trono van las voces de Aziz Sahmaoui y José «Malaguita». La buleria lenta «Miel, Canela y Yebagüena» se inspira en la melodía de «Beautiful Love», composicón del exquisito clásico nortemericano Jerome Kern. En el cierre, la bujería «Granada», donde las palmas de Los Pyratas y la percusión de Israel Porrina «Piraña» desnudan a la guapa sonanta de Josele. Amantes de la guitarra, arrímense: Niño Josele enciende la candela de un flamenco que alumbra los cuatro puntos cardinales.
1. Marea negra (tangos)
2. Estirpe (bulerias al golpe)
3. Los habitantes del mundo perdido (tanguillo)
4. Las cosas de amores (solea y bulería)
5. Ranchada de los paraguayos (rumba)
6. Llanto de sal (tangos)
7. Zawiya (Gnawi)
8. Miel, canela y yerbagüena (bulería lenta)
9. Granada (buleria)
Créditos:
Enrique Morente, Andrés Calamaro y la Orquesta Nacional de Barbés
[Referencia: 9026]