Por vez primera aparecen recogidas en formato digital algunas de las más interesantes y raras grabaciones de estos dos grandes artistas que marcaron con su obra el posterior desarrollo del cante. Pertenecientes a la época del nacimiento de la discografía flamenca, algunas de estas piezas fueron registradas originariamente entre 1905 y 1910 en discos de una sola cara, y todas ellas alcanzan el estatus de míticas.
Tanto Garrido de Jerez como Fernando el Herrero desarrollaron la mayor parte de su carrera en cafés cantantes y en reuniones y fiestas privadas propias de un tiempo en que el flamenco no estaba plenamente integrado en los grandes espacios audiovisuales. Es por ello por lo que ambos artistas, si bien no rebasaron la línea de la popularidad, gozaron de gran prestigio y respeto en el ámbito del cante. En efecto, tanto uno como otro lograron reflejar el sabor y la expresión del cante decimonónico en un momento de evolución estilística, preparando el camino que perfeccionarían los grandes maestros del cante del siglo XX como La Niña de los Peines o Antonio Chacón.
Estas grabaciones muestran a El Garrido como un notable cantaor de malagueñas atarantadas, pero fue por su claridad cantaora, denominada cante hablado, y por su especial dominio del tango -entre otros muchos estilos- por lo que resultó más reconocido a lo largo de sus giras artísticas y numerosas actuaciones en los colmaos sevillanos. Además, se le considera probablemente como el primer cantaor que grabó lo que una década más tarde se conocería como bulerías. En cuanto a El Herrero, discípulo de Antonio Silva el Portugués, inició su carrera en Sevilla, trasladándose a Madrid ante la excelente acogida que le deparó el público del Café de la Marina, llegando a convertirse en habitual del Café de Fornos primero, y luego del famoso colmao Los Gabrieles. En 1936 formó parte del jurado del ambicioso concurso del cante celebrado en Madrid. Alabado entre otros por Fernando el de Triana, Fernando el Herrero sobresalió por unas personalísimas interpretaciones de siguiriyas y malagueñas y otros `cantes «machos» olvidados por todos.
Así pues, este CD atesora, con una magnífica calidad sonora, piezas rarísimas y de capital importancia pertenecientes a unos discos que, con su existencia, ayudaron a salvar muchos estilos y formas expresivas de cantar que hoy han quedado como referencias históricas.