1.Eyacule(Mártires del compás)
2.Yo nací(Kiko Veneno)
3.Vacilón(Manzanita)
4.Del sur(Vargas Blues Band)
5.Dos aceras(Los recortaos)
6.Sureña (Manteca)
7.Corrido de las monjas(José de los Reyes)
8. Alameda´s Blues (Smash)
9.No me tengas compasión (La Nitra)
10. Blues de la Frontera (Pata Negra)
11. Blues de la Bahía (La Macanita)
12.Mojama Blues (Nono García)
13.Qué va a ser de mi (Currichi)
14. Bluslerías der Gallego (Karakatamba)
15. Raimundo (Tino di Gerardo).
Desde el origen de las especies siempre se ha dicho que el flamenco es el blues del gitano o que el blues es el flamenco del negro. Estilos, por ejemplo, como la bulería o la soleá han sido paradigmas de tal invocación. Pues bien, ante tantas opiniones y tratados sobre el asunto, tantos dimes y diretes, tantos pros y tantos contras, este disco se compromete, por primera vez en una recopilación, a recrear desde músicos de inercia flamenca esa atmósfera que expele el blues.
El flamenco es como nuestro blues (Miles Davis).
Las heridas antiguas de ambos géneros han navegado en paralelo hasta la desembocadura geográfica y sociológica de los deltas del Guadalquivir y del Mississipi. No sabemos a ciencia cierta en donde está la confluencia fluvial de Robert Johnson y Manuel Torre, en qué punto exacto del camino se cruzó el grito de La Niña de los Peines y Bessie Smith. Camino concurrido por nómadas y esclavos desde una periferia exótica arribando a una tierra prometida. Cantos de plantación o tonás gitanas como espoletas que encendieron la mecha de este arte tribal. Deltas fértiles para la trashumancia y la recolección. Bodas flamencas. Blues para un funeral.
El pueblo negro-norteamericano y gitano-andaluz comparten entonación. Es el contrapunto rítmico y la reiteración. Es la intensidad dramática de la desesperanza, la vehemencia y el dolor. Silencios y tensiones, alargamientos y susurros. El flamenco es un eco a compás, quebrado al aire, el blues es una descarga triste y liberadora. También la voz rota es compartida, el jipío universal del negro y el gitano. La inspiración del intérprete. Es la intuición y la elipsis la que llama al duende, al feeling, ese alma transparente y huidiza sin genealogía conocida Es un sentir en el tiempo y en el espacio, un albur incomprensible, la hipérbole no escrita entre blue notes y falsetas.
Este álbum pretende consignar algunos fantásticos intentos por caminar en esta dirección. Son flamencos de espíritu que, de forma natural, se han mostrado permeables al sonido negro-americano. En ‘Entre dos deltas’ podemos encontrar una parte de esa experimentación que ha sido capaz de construir un edificio que resiste firme el temporal sonoro del blues.
Aquí están presentes exploradores hippies como Smash y herederos poseídos por el fantasma de John Lee Hooker como los hermanos Amador -Raimundo y Rafael- con su Pata Negra, Kiko Veneno y Luis Cobo ‘Manglis’, con Manteca. Todos ellos, músicos atrapados por esa hermandad telúrica. También los hay que han experimentado esta química en algún momento de su carrera como el caso de Javier Vargas, guitarrista de blues excepcional en conspiración con el guitarrista flamenco Rafael Riqueni; La Macanita, de Jerez a Nueva Orleans en blues por alegrías; Nono García destilando la esencia del bourbon y la manzanilla hasta el prodigio sonoro o Manzanita, visionario y arquitecto de los más jugosos cruces de caminos. Pero hay más, los heterodoxos Mártires del Compás en clave afro-flamenco-blues, el percusionista Tino di Geraldo construyendo un enérgico blues-rock desde las leyes flamencas. También acuden al encuentro, discípulos aventajados como Karakatamba y Los Recortaos mostrando sus habilidades a la concurrencia. Y
por último los más flamencos, aunque no se corresponda con la realidad, porque flamencos y mucho son todos. Por un lado, La Nitra, cantaora aún por explotar, y por otro, Currichi, rumbero gitano en su lado más jondo. Ya sólo nos queda José de los Reyes El Negro, el John Hurt flamenco según sus biógrafos y el que mejor atesora el misterio primitivo que impregna la jondura blues de este disco. De eso se trata, de afinar el oído y sumergirse en esta neblina curativa e imaginaria. Y que sepan los que hasta aquí han llegado que el blues y el flamenco sólo se pueden trazar en el arte de lo invisible, en la confabulación del sentimiento, en el dramático escalofrío que provoca en el público y en la cabalidad de sus leyes antiguas. ¿Bourbon o manzanilla?, señores, invita la casa.
Créditos:
Mártires del compás – Kiko veneno, Manzanita – Vargas blues band – Los recortaos – manteca – José de los Reyes, Smash, La Nitra, Pata negra, la Macanita, Nono García, Currichi, Karakatamba, tino di geraldo
[Referencia: 10844]