LUCÍA ÁLVAREZ ‘LA PIÑONA’ LLEGA AL FESTIVAL DE JEREZ CON ‘ABRIL’, UNA OBRA DONDE RINDE HOMENAJE A LA POESÍA Y EL ESPÍRITU LIBRE DE JUAN MANUEL FLORES
La propuesta, con dirección artística de Pedro G. Romero y dirección musical de Alfredo Lagos, se podrá ver el 19 de febrero en el Museo Atalaya y propone un íntimo y emotivo viaje por el universo del desconocido letrista de Lole y Manuel
Entrevista en directo ‘Flamenco Twicth’ – 15 febrero 2022
Los famosos versos de La tierra baldía de T. S. Eliot que definen al mes de abril como el más cruel, el que “mezcla recuerdos y anhelos” y “despierta inertes raíces con lluvias primaverales”, le sirven a Lucía Álvarez ‘La Piñona’ para explicar el universo poético de Juan Manuel Flores, el poeta sevillano, letrista de Lole y Manuel, al que rinde homenaje en el espectáculo que traerá el próximo sábado 19 de febrero al Museo de la Atalaya (13 horas), dentro del ciclo ‘Muy Personal’ del 26 Festival Flamenco de Jerez.
La obra para la que se ha rodeado de dos de los artistas más reclamados en la escena flamenca –Pedro G. Romero, en la dirección artística, y Alfredo Lagos en la dirección musical-, además de un reconocido elenco con Pepe de Pura al cante, Perico Navarro a la batería, Pepe Fernández al piano y el trío de voces femeninas de Irene Román, Soraya Mencid y Alicia Navarro en los coros, pretende mostrar no solo la poética del letrista de Lole y Manuel, sino también la manera que el poeta tenía de estar en el mundo, con su peculiar modo de entender la vida y en una época crucial en el flamenco y el arte donde se comenzaba a degustar el principio de la libertad y de un cambio definitivo en la sociedad.
Fotografías Claudia Ruiz Caro / La Bienal
En concreto, la idea surgió cuando la artista se topa con la antología de Flores “gracias a Marianna Mierú, una joven italiana que estudiaba baile flamenco en Sevilla y realizó su tesis doctoral sobre la vida y la obra de este desconocido autor”, cuenta ella misma. Lo que no sabía entonces Lucía ‘La Piñona’, una de las bailaoras más personales y sugerentes de su generación, es que ese encuentro le permitiría descubrir su propia biografía. Es decir, más allá de reivindicar los versos de quien José Miguel Évora definió como el poeta de la luz, La Piñona propone un viaje íntimo y personal hacia “su mundo interior”, ahondando en ese “campo de minas” o “ramo de gladiolos que oculta un explosivo”, como define Pedro G. Romero su poética, y dándole movimiento a esa fragilidad y esa espiritualidad que le conecta con su propia historia. “En Juan Manuel Flores he encontrado la vía para reconciliarme con la vida y muerte de mi madre (también en abril) y con capítulos de la vida de mi padre y toda la vorágine que ha sido y es ser hija de ellos. Pero sin resentimiento, con amor y comprensión”, desvela.
Para su llegada al Festival de Jerez, tras su estreno en la pasada edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla donde fue recibida con gran expectación entre la crítica y el público, La Piñona ha querido replantear el espectáculo, con una estructura y concepto completamente nuevos, y una estética más limpia que le permite sumergirse aún más en la profundidad de la poética del sevillano. De hecho, ha revisado la obra tanto en lo escénico, adaptándola también a las particularidades del Museo Atalaya, como en el vestuario y el programa, donde ha reducido también algunas piezas y limado el guion.
Además, Abril es también una declaración de amor de la artista a la música de Lole y Manuel y toda ese periodo que coincide con el principio del nuevo flamenco, “cuando los músicos como Pink Floyd o Jimi Hendrix empezaban a influenciar a los músicos flamencos”, explica. Así, de una forma casi intuitiva, Lucía Álvarez adivina “el fondo trágico y peripatético que respiraban los versos y las canciones de Flores”, dice Pedro G. Romero. Aunque a esta conexión inicial le sigue un minucioso trabajo de lectura, investigación y creación.
En definitiva, este Abril supone un importante paso en la carrera profesional de la artista, creadora de obras como Un granito de arena o La vida, la carne y la tierra o Emovere (con la que obtuvo una candidatura en los Premios Max como mejor intérprete femenina de danza y dos nominaciones a los Premios Lorca) y que cuenta ya con una consolidada trayectoria en la que ha recorrido los principales festivales y escenarios flamencos de todo el mundo y colaborado con las algunas de las principales figuras de lo jondo como Manuel Liñán, Esperanza Fernández, Arcángel o Miguel Ángel Cortés.