La cuarta edición del Miradas Flamenkas de Vallecas comenzó con José El Francés recordando el disco “Las calles de San Blas”, en la segunda jornada se produjo el estreno del espectáculo protagonizado por el guitarrista Yerai Cortés. Este cronista ya vivió los excitantes años noventa cuando se hablaba de que “el flamenco había cambiado más en veinte años que en toda su historia”. Quizá exageramos un poco, pero fue por una buena causa.
Casi nadie recuerda aquellas batallas, los supervivientes preferimos sumergirnos en esta SEGUNDA EDAD DE ORO DEL NUEVO FLAMENCO con artistas de la talla de Yerai al que puedes escuchar en solitario y siempre suena a nuevo y a flamenco viejo. En escena aparece como salido de una película de estética cursi con una chaqueta azul celeste rodeado de seis mujeres vestidas de blanco iluminadas por un foco cenital, lo cual nos provoca emociones nuevas con aires grecolatinos. Piensen en las sacerdotisas del Partenón o en el coro de un teatro romano. Comienzan con algo folklórico emparentado con los verdiales que, a ratos, parece el “Groove” de moda. La luz cambia al lado y Yerai toca lento, tan lento que parece ciencia ficción flamenca después de 50 anos dominados por la sombra y la velocidad de Paco de Lucía.
Es la noche del estreno, el guitarrista afina el instrumento y cuando parece que quiere empezar de una manera, se arrepiente y cambia de registro. Un día Rocío Molina me contó que a Yerai no le gusta ensayar, gracias a eso pudimos gozar con la pareja vestida de morao al compás de los petazetas que mascaba la bailaora.
ENSAYAR Y AFINAR
Puede que la idea para levantar este show naciera por culpa de C Tangana que en su gira hispano-latinoamericana “Sin cantar, ni afinar” se llevó a un puñao de flamencos para demostrar que hay un lado pop en el flamenco. Quizás Yerai ha cambiado de costumbres y ahora le gusta escuchar al coro bien ensayado, lo cierto es que se reserva un espacio para que suene su guitarra que ensena desde todas las posiciones con falsetas que parecen minimalistas jaleadas por el coro y por un sector del público donde abundan las gitanas jóvenes que llenan el auditorio de oles. No se forma el guirigay de voces y gritos que provocaba Camarón porque el personal está atento al arte y no se quieren perder ni una miaja.
Sonó el “Anda jaleo” que ha cantado medio mundo de Lorca pa acá, incluidos incluidas las brigadas internacionales, John Coltrane, Pedro Iturralde o Mariola Membrives y me pareció que también cantaba otra tonada de la época. Y llegaron momentos de inspiración y locura con Yerai tocando de espaldas. Miles Davis lo hizo en los setenta y le acusaron de falta de respeto, el trompetista respondió:
-¡Qué quieren? ¿Que, además, sonría?
Sonaron unos tangos extraterrestres y los que le pusimos las sonrisas fuimos nosotros
FICHA ARTÍSTICA. GUITARRA CORAL CENTRO CULTURAL PILAR MIRO
Yerai Cortés (guitarra), María Reyes, Salomé Ramírez, Elena Ollero, Triana Manuel, Nerea Domínguez y Macarena Campos (palmeras)
Vídeo & fotografías: @Manjavacas.flamenco
Debe estar conectado para enviar un comentario.