Texto: Gonzalo Montaño.
Fotos: Teatro Quintero.
Resumen: Yelsi Heredia y Lebrija Son. Teatro Quintero Sevilla
Yelsi Heredia y Lebrija Son
Teatro Quintero (Sevilla) 6 mayo 2010 |
Ficha Artística: Contrabajo: Yelsi Heredia; Guitarra: Ricardo Moreno; Batería: Nano Peña; Percusión:Poti; Coros: Carmen Romero, Luís“Chimenea”, Juan Diego Valencia. Artistas Invitados: Dorantes, Tomás de Perrate, Alba Molina, Ramón Porrina.
El contrabajista Cubano busca las raíces del flamenco en Lebrija para crear una mezcla entre el compás lebrijano y el Son cubano. Una miscelánea de músicas pero sobre todo de músicos que dieron forma a cantes ancestrales revisados de forma moderna: Compás, aire y tumbao para cantes de raíces. A esto precisamente jugaron Yelsi Heredia y Lebrija Son, a dar una nueva vuelta de tuerca a lo gitano flamenco y Cubano, pero sobre todo me dio la impresión que la idea consistió en divertirse, en usar los recursos que estos músicos tienen para poner de relieve el lenguaje común que comparten: La música. Aunque no se puede decir que fuera un recital flamenco lo que oímos anoche, si que asistimos a cantes típicos flamencos : Una Siguiriya, Una Soleá, Cantiñas de Pinini, Tangos del Piyayo, Bulerías, Tanguillos… En fin un repertorio flamenco pero ambientado en un entorno Cubano, Jazz, gitano y con muchas referencias a Brasil. El punto fuerte de la noche era sin duda la instrumentación con el contrabajo de Yelsi Heredia al frente dirigiendo la película. Es curioso el concepto flamenco que este músico ha sumado al sonido de su contrabajo cubano, con referencias a Diego del Gastor o Moraito en las Bulerías y un marcado acento rítmico “al golpe” propio de las comarcas Lebrija-Utrera. La guitarra de Ricardo Moreno fue otro de los referentes de la noche marcando bellas armonías revestidas con melodías de uno y otro lado del océano. Pero si una cosa tuvo este concierto fue ritmo, hábilmente sostenido por la batería de Nano Peña y el cajón de Poti. Ambos entendieron el concepto claramente para aguantar el peso de la banda y elevarlo en los momentos en que la música lo pedía. Las colaboraciones pusieron un punto de calidad que hizo de la velada algo especial. El piano de Dorantes resulta siempre acertado “dorando” todo lo que toca, su acompañamiento por Soleá magnífico. La voz de Tomás de Perrate supo renovar lo viejo sin que perdiera esencia como hizo con las Cantiñas de Pinini o los Tangos del Piyayo, que sonaron a viejas en su voz pero con un matiz muy actual. Alba Molina estuvo más Molina que nunca y recordó a su padre con esa voz rota y quejumbrosa que ambos sacan cantando por Bulerías. También la percusión de Ramón Porrina uno de los nombres propios de la percusión gitana y artífices del cajón flamenco. En general asistimos a una descarga de música con raíces en muchos puntos del planeta, a una ensalada musical con muchos ingredientes y bien aliñada que podremos disfrutar en el disco que saldrá de la grabación de este directo. |