Plaza de
Toros, Morón de la Frontera (Sevilla), sábado
2 de agosto, 2003. 23.00h
Cante: Luis el Zambo, Manuel Moneo,
Macarena Moneo Guitarra: Paco del Gastor, Alfonso Clavijo Baile: Antonio Canales y su grupo con los cantaores
David Sánchez y Rafael de Utrera, guitarristas El Viejín y Daniel Méndez
y el baile de Juan de Juan.
La ola de calor que llevaba una semana apretando no amainaba,
y mil abanicos revoloteando a las once pasadas de la noche
cuando el trigésimo séptimo Gazpacho andaluz
dio comienzo, parecían una bandada de palomas en medio
de la plaza de toros de Morón de la Frontera. Paco
del Gastor, el patriarca del toque de Morón que no
había tocado en el Gazpacho en siete años, abre
con solo de guitarra. Después de una larga carrera
tocando para las máximas figuras del flamenco, Paco
lleva varios años dedicándose a la enseñanza
de guitarra, un retiro algo precipitado en vista de su magnífica
actuación en el festival. En el solo de guitarra, soleá
con una larga sección de bulería, quiso rendir
homenaje a su tío desaparecido, el tocaor Diego del
Gastor, pero no acababa de dominar su instrumento en esta
ocasión, o quizás llevara demasiado tiempo sin
recordar aquellas falsetas a cuerda pelá que caracterizan
el toque de Morón. Su momento de gloria vendría
más tarde.
Los
aficionados locales, el cantaor Paco Camacho con el tocaor
Alfonso Clavijo, alcanzaron y mantuvieron un nivel excelente
por malagueña con final abandolao, por soleá,
tientos y granaína, actuación que fue rematada
con valentía con los cantes a palo seco de Camacho.
Entonces tocaba el turno al cuadro de artistas de Jerez,
lo mejorcito de Jerez, en la persona de Luis el Zambo, Manuel
Moneo y su hija Macarena Moneo. Pero no les tocaría
ningún fenómeno de los que tanto abundan en
Jerez, sino el mismo Paco del Gastor, y muy lejos de ser un
matrimonio de conveniencia hecho al instante para ahorrar
presupuesto, resultó ser una unión artística
de ensueño.
Luis el Zambo y Paco del Gastor
Paco siempre ha sido el camaleón…lo mismo te toca
por Paco de Lucía, que por Sabicas, que por Habichuela
o Marote, y siempre bien, porque Paco del Gastor es, por encima
de todo, maestro de la verdad en el toque. En esta ocasión
se transforma en jerezano para torear el soberbio cante de
Luis el Zambo. Bulería por soleá, una preciosa
malagueña, por soleá con esa asombrosa capacidad
que tiene el cantaor de decir los cantes de manera completamente
sincera y con sabiduría innata. Paco, mucho más
que «a la altura», le sigue, le lleva, le adorna
cuando sea necesario, y aguarda en segundo plano cuando el
cante lo exige. Los jerezanos claramente a gusto, Paco sonriente,
qué hermosa estampa. Más de lo mismo con el
veterano Manuel Moneo. Bulería por soleá con
esos sonidos tan jerezanos de la Moreno y del Gloria, por
siguiriya, valiente y rancio. Macarena Moneo, guapa festera,
«¡viva Jerez y Morón de la Frontera!»,
la cosa no puede estar más cuajadita, Paco del Gastor
al rojo vivo y el público extático.
Macarena Moneo y Manuel Moneo
Después de un largo descanso se homenajea al recientemente
fallecido Paco Ayala, fundador del festival del Gazpacho,
y se prepara el escenario para la actuación de Antonio
Canales y su grupo con la obra Bailaor. Dicen que es obra
porque es lo que se lleva hoy en día, pero es baile
baile, y además, de primerísima. En la plantilla
habitual de Canales figuran tres moronenses – Juan de Juan
en el baile, el cantaor David Sánchez y el tocaor Daniel
Méndez – así que el público viene dispuesto
a colaborar. La noche anterior en el festival de Las Aguzaderas
del pueblo cercano de El Coronil, Canales estaba algo distraído,
y como ocurre a veces con los genios, por muchos paseos que
diera por la pista, no daba con la clave. En la plaza de toros
de Morón la encontró y no la soltó. Este
año el bailaor de fama internacional está haciendo
los festivales de verano y demostrando que tiene fundamento,
porque en los pueblos de Andalucía no engañas
a nadie con artimañas seudoflamencas. Y en Morón
menos, con productos de la tierra como son Juana Amaya o el
mismo Juan de Juan. El Viejín a la guitarra y Rafael
de Utrera al cante redondean el flamenquísimo elenco
sin ninguna presencia femenina. Presentación por bulerías
seguida de un solo del cante airoso por fiesta del joven David
Sánchez. Juan de Juan se encarga de un baile por alegrías,
se sienten comentarios de admiración de algunas jovencitas
del público, y el muchacho está francamente
a punto de caramelo. Va sentándose en el baile, dominando
ese exceso de energía y encontrando su propia personalidad.
Juan de Juan y Antonio Canales
Sale nuevamente el figurón. Canales por soleá
con las cuerdas de las guitarras transportadas para un hermoso
aire rondeño, un modernismo altamente digerible. El
bailaor fuerte y convincente en los pellizcos, ese hombro
apenas metidito en el preciso momento vale por cuarenta piruetas…el
arte es sutileza y el vehículo es el compás.
Dedica la bulería final a Juana Amaya que se encuentra
entre el público, y la hija de ésta de unos
diez años ofrece su pataíta apuntando las mismas
maneras que la madre y haciendo un final que literalmente
enloquece al público a las cuatro y media de la mañana
cuando se da por finalizado el festival del Gazpacho.