A la memoria de Francisca Méndez Garrido “La
Paquera”
Cante: Luis “el Zambo”, Miguel Flores “Capullo”,
Vicente Soto, Juan Moneo “El Torta”.
Guitarra: Antonio Jero, Diego de Morao.
Baile: Joaquín Grilo.
Cuadro Flamenco “Jerez por Bulerías”: Jesús
Méndez, Sara Salado, “El Torrán”,
Sandra Rincón, Paco Peña “El Gasolina”,
Eva de Rubichi, Roció Fernández Parrilla, Guitarra:
Pedro Pimental, Manuel Jero.
Mientras que la Bienal de Flamenco de Sevilla respiraba
hondo y prácticamente descansaba la noche del 11 de
septiembre después de sus diez días primeros
de penas y glorias, la marcha flamenca no aflojó en
Jerez de la Frontera donde el japening anual de la Fiesta
de la Bulería tuvo lugar la noche del sábado
11 de septiembre.
Ocho mil personas, algunos dicen que nueve – podemos quedar
en “mogollón” y punto – llenaron la plaza
de toros de Jerez – grupos de jóvenes aficionados,
parejas mayores, familias con sus neveras, algún que
otro turista despistado – un microcosmos flamenco que confirmó
la absoluta relevancia del flamenco tradicional en general,
y de Jerez en particular.
La urgencia de la juventud abrió la noche con sus
cantes, pataítas y compás, destacándose
Jesús Méndez de la noble casa de la Paquera
en un cuadro excesivamente largo que parecía destinado
a hacer música de fondo para aquellos que seguían
llegando una hora después del comienzo del festival
(algunos no asimilan la nueva moda de la puntualidad en estos
eventos).
Luis “el Zambo”, quizás porque iba a cantar
un repertorio “serio”, fue injustamente relegado
a telonero después del cuadro. Sin efectismo, ni alardes,
ni discursos dio un recital digno de una reunión íntima
de unos cuantos aficionados a pesar de la bulla que lo rodeaba.
Taranto, malagueña, soleá, siguiriya, fandangos
y bulerías, todo un reto que Luis asumió con
su sinceridad de siempre, qué buen ejemplo para la
juventud del grito pelao. Le acompañó aquel
que desayuna guitarras, Antonio Carrasco.
El mismo tocaor le sirvió a Miguel Flores para construir
“el show del Capullo”. Dos días antes en
Triana fue pez fuera del agua y no acabó de dibujar
su personalidad, pero aquí en su pueblo hay una relación
simbiótica con el público, una potente retroalimentación
que el Capullo sabe aprovechar al máximo. El repertorio
corto y festero de siempre, soleá por bulería,
bulerías populacheras, tangos con su “lucha por
la libertad”, más bulerías con letras
originales, que si Alejandro Sanz, más tangos y por
fiesta para terminar.
“…por siguiriyas, porque
estamos en Jerez de la Frontera y aquí se escucha cante”.
Después de un largo descanso el eventazo vuelve a
ponerse en marcha con el bailaor Joaquín Grilo acompañado
de violín, contrabajo, batería, guitarras, voces
y muchas pretensiones poco aptas para un festival de esta
naturaleza. Quiere ser Canales pero le falta esa inestabilidad
psíquica, abusa de la postura “muñequito
de trapo” que por otra parte le sale bordá, y
sólo en el fin de fiesta baja a tierra para bailar
con naturalidad y demostrar de qué es capaz.
Vicente Soto con Diego de Morao a la guitarra entrega su
producto a un público cada vez más eufórico
y menos callado. A pesar de la marcha, después de alegrías
y soleá por bulería, anuncia Vicente que va
a cantar un poquito por siguiriyas “porque estamos en
Jerez de la Frontera y aquí se escucha cante”.
El cantaor no levanta vello pero tiene voz, compás
y conocimientos. Tangos dedicados a la Paquera, y bulerías
“a mi manera” con bastante cuplé y momentos
de desafinación, posiblemente debido a una defectuosa
amplificación.
La aparición de Juan Moneo “El Torta”
provoca el entusiasmo del público que canta su nombre
como una sola voz. La fama del carismático cantaor
va más allá de su capacidad artística
y es calificable como culto de personalidad. El Torta es un
cantaor excelente pero irregular (“excelente / irregular”
se da mucho en el flamenco porque es un arte donde el riesgo
puede dar espléndidos frutos o conducir a fracasos
mayores). La bohemia personificada, genio inocente y un sello
inconfundible. Dedica su actuación a la Paquera y a
Ana Parrilla. Taranto, malagueña, tangos dedicados
a Luis de la Pica, tango-rumba y bulerías, pero cierta
distracción impidió que llegara a su mejor nivel,
e igual que Vicente, sufrió un ataque de desafinación.
El obligatorio fin de fiesta, algo caótico pero sin
sorpresas, conduce a la pataíta final cuando son las
tres y media.
Enlaces relacionados
Entrevista
Capullo
Luis
el Zambo, entrevista
Reseña
XXXVI Fiesta de la Buleria (Jerez-2003)
Reseña XXXV
Fiesta de la Buleria (Jerez-2002)
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