XXVIII edición del Festival Nacional de Arte Flamenco Valdepeñas 'Ciudad del Vino' . María José Perez, Marina Heredia, David Palomar

XXVIII edición del
Festival Nacional de Arte Flamenco
Valdepeñas “Ciudad del Vino”

4 de septiembre 2008 – Valdepeñas (Ciudad Real)

 


Texto y fotos: Sonia Cobos Muela

El 4 de septiembre pudimos presenciar en el espectacular y abarrotado teatro-auditorio de Valdepeñas la XXVIII edición del Festival Nacional de Arte Flamenco Valdepeñas “Ciudad del Vino” que, como ocurre todos los años, nos hizo disfrutar a lo grande de lo mejor y más variado de nuestro arte. De triunfo absoluto podemos catalogar la apuesta decidida  y firme de la Asociación Cultural Flamenca Virgen de la Cabeza por la juventud y renovación del flamenco, presentando un cartel de máxima calidad en el que brillaban por su ausencia los repetitivos nombres de figuras que parecen enquistados ya durante muchos años en los festivales de nuestra geografía.  

No es mi costumbre hacer mención a los presentadores, pero no puedo dejar pasar por alto el conocimiento, la sensibilidad y la sabiduría con que Juan Ortega presenta este tipo de eventos.

Mª José Pérez fue la encargada de romper el hielo, aunque más que romperlo lo hizo picadillo. Sin duda alguna  – mucho debe cambiar Mª José para que no ocurra – nos encontramos ante una de las artistas que dominará el panorama flamenco durante los próximos años. Comenzó la joven meciendo, que no cantando, la granaina para rematar con la media que le valiese el premio en el Concurso Nacional de Córdoba. Poca gente he conocido que a su precoz edad, por no decir a ninguna, dominase este cante de tal manera. Continuó Mª José por cantiñas, taranto de su tierra y taranta, siguiriyas con un poderío descomunal y bulerías rematadas con los fandangos de Vallejo. Por supuesto, la almeriense tuvo que hacer un bis. Del maestro Carrión poco podemos decir ya, salvo que hace lo que quiere y cuando quiere.

David Palomar ha llegado a la parte delantera del escenario como ese aire  fresco del mes de septiembre. Es un cantaor singular, diferente, añejo y moderno a la vez, con unas ideas en la cabeza más que interesantes y con unas ganas tremendas de dar mucha guerra en este mundo. Tanta que puede llegar a ser el Alejandro Magno del flamenco. Comenzó “El Palomar” cantando romances de “Alonso del Cepillo” y “El Negro del Puerto” y el pregón de los caramelos Macandé que podemos escuchar en su “Trimilenaria” – ‘peazo’ de disco-, para seguir con siguiriya , alegrías en las que incluyó unas letras de romeras, ¡qué manera de cantar por Cai!, soleares y bulerías de Jerez  rematadas por ese recitado impresionante en el que recuerda a su añorada Paquera.  ¡Fantástico el gaditano!  David no es que domine el compás, es que él es el compás. Como diría un amigo: “Como se nota que ha estado diez años en la escuela para llegar a la universidad”. Increíble también el acompañamiento de Rafael Rodríguez, tan peculiar que sólo suena a sí mismo.

Una mujer con una estampa en el escenario como la de Marina Heredia solamente puede cantar con un saber estar, una experiencia, una clase y una intuición como la  que ella  tiene. Marina va unos pasos por delante de sus dos compañeros, pero como les ocurre a ellos, tiene mucha carrera por delante. La granadina, acompañada por la jerezana guitarra de “Bolita” y por coros comenzó cantando alegrías con esa voz redonda y poderosa, para continuar por soleares, malagueña de Garrayito y fandangos de Granada, bulerías en las que nos dejó algún braceo propio de su paisana La Yerbabuena y esos tangos con los que termina todos sus recitales. Sin duda alguna Marina Heredia  demostró  por qué es una  primera figura de los cantaores de su generación.

El broche de oro a una noche mágica lo puso el fin de fiesta de todos los artistas – no siempre los mismos están tan dispuestos a este tipo de despedidas como en esta ocasión –  en las que  pudimos disfrutar de otros minutos de oro con intervenciones tan dispares como la de Antonio Carrión al cante o Bolita al baile. Se les notaba a gusto, contentos, con ganas de disfrutar y haciendo disfrutar. Intuyo que la organización del evento tiene mucho que ver con todo esto.

 

 


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