La noche anterior a la selección de los finalistas
de la vigésimo segunda edición del Certamen
Internacional de Guitarra Flamenca de Concierto, la peña
organizadora, Los Cernícalos, en Jerez de la Frontera,
fue el íntimo escenario donde pudimos gozar de un mini
recital del maestro jerezano Gerardo Núñez,
recientemente galardonado con el sexto Premio Demófilo
correspondiente al acontecimiento flamenco más destacado
del año, que en este caso fue el concierto del guitarrista
dentro de la Bienal de Flamenco de Sevilla.
Gerardo Núñez
¿Cómo un solista de guitarra con su caja de
madera barnizada y seis cuerdas tensadas logra tan extravagante
premio venciendo a cantaores, bailaores, cuerpos enteros de
baile y obras dignas de Hollywood con presupuestos a la par?
La noche de jueves, 9 de diciembre, Gerardo Núñez
respondió elocuentemente a esa pregunta, guitarra en
mano, con un dominio técnico extraordinario, un sentido
musical y compositivo sin igual hoy en día, y el aplomo
y entereza de un hombre que sabe exactamente lo que quiere
hacer con su instrumento y cómo hacerlo. Sorprendente
entre otras cosas el ataque de su trémolo, una técnica
normalmente reservada para los momentos dulzones y delicados,
pero que Gerardo aplica con toda la fuerza de tres o cuatro
pulgares sincronizados.
Un hombre que sabe exactamente
lo que quiere hacer con su instrumento y cómo hacerlo
No obstante la ecuación “Gerardo ha tocado para
grandes cantaores + es el mayor genio de la guitarra actualmente
= flamenco” sigue sin computar. Una farruca resulta
ser un tema libre, sin concesiones apenas al tradicional tono
menor que diferencia esta forma del resto del repertorio flamenco,
pero con guiño final en forma de la “escalera”
picada de una farruca ‘estándar’. Por lo
demás, el habitual apoyo del contrabajo de Pablo Martín
y la percusión de Cepillo nos ubicó plenamente
en terreno jazzístico con temas de sus diversas grabaciones
sabiendo a bulerías en momentos puntuales – el
flamenco se le ha quedado pequeño a este genio. Para
el fin de fiesta, una bulería tradicional con el Niño
Jero, Juan Diego y Jesús Méndez de palmeros
confirmó que sigue siendo el flamenco lo que más
emociona a un grupo de buenos aficionados.
Serranito habla con el ganador
Antonio Rey
A la mañana siguiente, de los doce semifinalistas
anteriormente seleccionados, fueron escogidos los 6 finalistas,
tres cordobeses, Gabriel Expósito, Eduardo Trassierra
y Severiano Jiménez, dos jerezanos, Antonio Rey y Santiago
Lara, y Jesús Guerrero de San Fernando a optar por
los seis premios en metálico de entre 500 y 6.000 euros.
Para garantizar el justo reparto del reconocimiento y de los
euros, se convocó un jurado de guitarristas destacados:
Victor Monge ‘Serranito’, Gerardo Núñez,
Manolo Franco, Oscar Herrero y Pepe Justicia.
Seis monstruitos comiéndose
la guitarra, masticándola a gusto
El concurso está dedicado a los profesores de guitarra,
y los tres premios más importantes llevan los nombres
de Javier Molina, Rafael del Águila y Sebastián
Núñez, pero Pepe Marín el presentador
nos recuerda a otro gran maestro, Manuel Fernández
Molina “Parrilla de Jerez” que se encuentra ingresado
actualmente. Leemos en el programa que el propósito
del concurso es el de “fomentar la música flamenca
de concierto y promocionar al mismo tiempo a los jóvenes
guitarristas”, y efectivamente, vemos a seis extraordinarios
guitarristas, a cuál mejor, ningún ganador claro.
Cuadro de Excepción
La larga noche comienza con un cuadro de once jóvenes
locales del grupo Semilla Flamenca de Ana María López,
y entonces empieza el maratón de 18 solos de guitarra,
tres por concursante, a elegir entre tres categorías.
El altísimo nivel técnico de la guitarra flamenca
hoy en día no deja de sorprender, son seis monstruitos
comiéndose la guitarra, masticándola a gusto,
sacando los acordes de moda, picando como máquinas
y empleando las afinaciones alternativas popularizadas por
Gerardo Núñez. Pero se echa de menos un feeling
flamenco y un compás accesible para que los veteranos
no tengamos que irnos preguntando “¿qué
fue eso que ha tocado?”.
Otro cuadro local, “Jerez por Bandera”, rellena
tres cuartos de hora mientras el jurado realice sus deliberaciones,
y al final tenemos ganador: el premio Javier Molina dotado
con 6.000 euros fue para el jerezano Antonio Rey que había
interpretado taranta, soleá y bulerías, por
su toque inspirado y creativo que también le había
valido el Bordón Minero del Festival de La Unión
en 2003. Segundo premio fue para Eduardo Trassierra, tercero,
Santiago Lara, cuarto Severiano Flores, quinto, Gabriel Expósito
y sexto, Jesús Guerrero.
Así acabó este certamen que en años
anteriores avaló las carreras de futuras figuras como
Moraíto, Niño de Pura, Rafael Riqueni, José
Luis Rodríguez, Juan Carlos Romero, Juan Manuel Cañizares
o el Niño Miguel entre muchos otros. Celebrado por
primera vez hace 33 años, sufriendo después
una larga interrupción, se está estableciendo
como cita obligada para los amantes de la guitarra flamenca.
Un CD y DVD que editará el Centro Andaluz de Flamenco
recogerá los dieciocho toques interpretados en la final.
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