Baile: Farruquito, Farruco, Barullo, Pilar la Faraona,
la Farruca. Cante: El Canastero, Pepe de Pura, María
Vizárraga, José Anillo, Mara Rey. Guitarra:
Román Vicenti, El Perla.
Texto: Estela Zatania
La mañana de sábado, penúltimo
día del Festival de Nimes, Israel Galván ofreció
su “master class” en el teatro de Nimes, y a las
seis y media de la tarde Ricardo Pachón dio una conferencia
en francés, “Las fronteras del flamenco”,
ilustrada con la voz de Tomás de Perrate con Diego
Carrasco a la guitarra.
A última hora el número de las actuaciones
del grupo de Farruquito tuvo que ser ampliado a tres debido
a la demanda. En el hotel la presencia jerezana cedió
protagonismo a la familia de Farruco el viejo: dos hijas y
tres nietos suyos habían llegado al sur de Francia
con cinco cantaores y dos guitarristas para compartir y exhibir
su visión particular del flamenco, una visión
con sello propio que no defrauda nunca.
Cuando aprendes a escribir te dicen que la clave del éxito
está en profundizar en los temas que uno conoce íntimamente.
En la música y en el baile flamenco en concreto no
tiene por qué ser de otro modo. Si otros han buscado
nueva inspiración en las tradiciones de culturas ajenas
mezclándolas con elementos flamencos, la llamada “fusión”,
esta familia ha confiado en su propia herencia y cultiva un
producto altamente personal basado en el flamenco más
clásico. Las formas del flamenco de toda la vida vuelven
a mostrar su sorprendente capacidad cada vez que la familia
Farruco ocupa un escenario.
Imágenes del ensayo. Foto: Estela Zatania
Una puesta en escena psíquica
que caracteriza la marca de la casa de los Farrucos.
Ya conquistaron el público francés en ocasiones
anteriores y la anticipación era palpable en el teatro
de Nimes la noche de sábado 28 de enero. A las veintiuna
horas con diez minutos las luces del teatro se atenuaban,
el enorme brazo de la cámara que grabaría el
acontecimiento en DVD realizó un último repaso
del patio y sonaron los primeros acordes por siguiriya. El
misterioso sonido que resulta de las cuerdas transportadas
ambienta la tensa expectación del público. Los
dos hermanos se apoderan del escenario y de nuestra atención
más absoluta. Bailan un energético y agresivo
paso a dos basado en la precisión técnica y
el pellizco. Los hemos visto muchas veces entonces es inevitable
buscar la evolución de cada uno. Farruco, el hermano
menor, está más a la altura del mayor, más
sentado y maduro. Ha tenido el buen gusto de eliminar algunos
movimientos frívolos que antes lucía, mientras
que Farruquito, el mayor, ha matizado su proyección
oscura para estar más a la par con el hermano pequeño,
es decir, están más uniformados. Es posible
que el hecho de bailar juntos como imagen de espejo resta
seriedad – nos gusta más pensar que cada uno
de la familia tiene su propio nosequé.
Los gritos de admiración del público se mezclan
con las protestas de aquellos que tienen su visión
obstruida por el brazo de la cámara y momentáneamente
no se escucha la música. Hay movimientos nuevos que
delatan muchas horas de estudio y un sincero interés
en hacerlo cada vez mejor. La gente enloquece con cada pellizco
de los dos jóvenes en este baile de presentación
que posiblemente sea el más fuerte de todo el espectáculo.
De pronto recuerdo un reportaje antiguo donde el abuelo Farruco
está instruyendo a su nieto Farruquito de unos ocho
años en el baile. “¡Tienes que bailar enfadado!”
Y aquí tenemos el resultado de ese consejo años
después…ambos bailaores parecen a punto de estallar
de alguna misteriosa fuerza interior e incontenible. Es una
puesta en escena psíquica que caracteriza la marca
de la casa de los Farrucos.
El cantaor Pepe de Pura arranca por bulerías y llega
Pilar la Faraona, tía de Farruquito, para “Bulerías
de la gorda”, después el joven primo Barullo
demuestra que la línea sigue intacta en su baile. Vestido
de traje blanco, camisa de amplias rayas y foulard azul baila
por alegrías con momentos de sorprendente sutileza.
Hay más luz, menos enfado y movimientos totalmente
suyos. Es posible que la saga todavía no haya visto
sus momentos más grandes.
A punto de estallar de alguna
misteriosa fuerza interior e incontenible
Una larga bulería de Farruquito con las dos cantaoras,
María Vizárraga y María Rey, turnándose,
alcanza algunos momentos muy buenos…en cierto modo Farruquito
emplea el mismo sistema que Israel Galván de breves
pinceladas de baile unidos por largos intervalos de cante
y guitarra. La guajira de Farruco incorpora a la tía
Pilar vestida de amarillo despampanante y un abanico de plumas…no
es fácil ir tan lejos manteniendo la credibilidad pero
queda divertido y bien. Los dos bailan por tangos.
Fin de fiesta con El Carpeta. Foto: Stéphane Barbier.
El baile fuerte de Farruquito es por soleá siguiendo
el formato de ráfagas de movimiento separadas por largos
descansos cuando crece la tensión. Llega la Farruca,
madre de Farruquito para bailar ella sola y para el gran final
aparecen los tres varones como disparados de un cañón,
el público grita incontrolablemente, llega Pilar de
raso rojo y sólo el sorprendente baile del pequeño
Carpeta puede superar lo acontecido a lo largo de las casi
dos horas que ha durado el espectáculo.
Domingo, Farruquito da una clase magistral por la mañana
en el teatro y el espectáculo vuelve a ofrecerse por
la tarde en dos funciones con todo el papel vendido. Una semana
muy flamenca en Nimes llega a su espectacular fin.