Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
HABÍA UNA VEZ FLAMENCO
Pastora Galván “Pastora”
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PASTORA GALVÁN «PASTORA» – Video Baile: Pastora Galván. Guitarra: Ramón Amador. Cante: Cristián Guerrero, José Valencia. Palmas, compás: Bobote. Idea, coreografía y dirección musical: Israel Galván. En cierta época anterior no muy lejana, si tú querías montar una obra (antes, “espectáculo”) de flamenco, lo primero era meterte en un estudio, con o sin guitarrista (los cantaores irían el penúltimo día de los ensayos sólo para realizar posibles retoques), y diariamente pasabas muchas horas delante del espejo hasta que todos los números (antes, “bailes”) estuvieran coreografiados (antes, “montados”). En el nuevo milenio las cosas han cambiado. Búscate a un guionista, búscate a uno o más coreógrafos, director escénico, etc. La cuestión que cuelga en el aire, y que seguramente no tiene respuesta fácil, es si los cambios han sido beneficiosos, y en caso afirmativo, ¿para qué o quién? En la rueda de prensa el día anterior a la representación de “Pastora” en el Teatro Villamarta, Pastora Galván destacó varias veces que Israel le había coreografiado toda la obra. No es para menos. Cuando tu hermano es el bailaor y bailarín más revolucionario y original del panorama actual, es lógico que dependas de su sabiduría y visión. Además, en el año 2006, Pastora Galván alcanzó la consagración artística con la obra “La Francesa”, una perfecta joya del flamenco teatral supervisada por su creativo hermano. Nos gana el corazón colectivo con el primer número. Vestida de marujilla trianera con delantal, bailando sobre una alfombra cutre, caracteriza cómo bailaban los trianeros cuando la Cava de los Gitanos era una realidad y una forma de vida. Exagera mucho, sí, pero es lógico que una mujer joven que no ha vivido el ambiente de los patios de vecinos de entonces, vea aquello como una imagen destilada; el baile provocativo de caderas p’alante (por decirlo delicadamente) o de minusválido (no hay manera de decirlo delicadamente) es lo que más relacionamos con los viejos de Triana, pero también había sutileza, buen humor, buen cante y mucho compás, elementos que no faltan en este espectáculo. El cantaor José Valencia, ya una institución en todas las principales compañías de baile, aporta sus aires lebrijanos y voz flamenca. La guitarra de Ramón Amador, imprescindible. El poco conocido, pero interesante joven cantaor Cristián Guerrero, canta marianas para el baile por tangos de Pastora, que también se mueve al sonido de pregones sin compás ni guitarra, un experimento todavía sin cuajarse. Un baile por siquiriyas con el inexplicable injerto del fandango del Gloria, vuelve inmediatamente a siguiriyas. También figuran sevillanas, tocadas a guitarra con y sin voz, bailadas con Bobote, malagueña del Mellizo con abandolao, taranta, alegrías con Pastora en bata de cola roja con la intervención surrealista de Bobote, más tangos… Y hacia el final, un catálogo casi completo de movimientos galvánicos, juegos de silla incluidas, que es cuando el aficionado empieza a mirar el reloj, y los amantes del buen teatro empiezan a aplaudir con más energía. Es la segunda vez que la obra que Pastora Galván ofreció anoche en el Teatro Villamarta se representa en el Festival de Jerez. En el 2009 vimos una pre-versión, casi idéntica a la de anoche en su estructura, reparto y planteamiento; también vimos la versión actualizada en el Festival de Nimes en el 2010. Y el mismo pensamiento cuelga en el aire desde el primer día: ojalá la magnífica Pastora Galván buscara su propio camino y no dependiera tanto del hermano. Le sobran formación y preparación, tiene nombre propio y es una señora bailaora. |