Texto: Estela Zatania
Fotos: Ana Palma
EL TRIUNFO DEL BUEN GUSTO
¡Viva Jerez!
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MANUELA CARPIO “Manuela con el alma” Baile: Manuela Carpio. Cante: Luis Moneo, Londro, Carmen Grilo, Luis Zambo (artista invitado). Guitarra: Juan Diego. Palmas: Mariano Heredia. La bailaora jerezana Manuela Carpio, de las familias más flamencas de esta ciudad flamenca, es un secreto a gritos. Auténtica, vital, entusiasmada, enamorada de la vida. No tiene web oficial ni DVD ni coreógrafo. Organiza su carrera sin las herramientas habituales que hoy en día se consideran imprescindibles para “triunfar”. Será porque ya, al nivel que ella busca y cultiva, ha triunfado. Es una bailaora instintiva y temperamental, con un buen gusto flamenco innato que ha ido absorbiendo del aire que le ha rodeado desde niña. Jerez tiene un par de figuras del baile, pero no tiene “escuela”. Entonces, Manuela es única, no es posible encasillarla, a la vez que este nuevo trabajo, “Manuela con el alma”, sigue ciertas formas escenográficas establecidas, desde la socorrida mesa de madera con los cantaores sentados alrededor, hasta el dilatado fin de fiesta por bulerías. Allí no hay nada que descubrir. La frescura está en el baile de la Carpio, que como ocurre con la gente grande, hace que cada actuación sea la primera, por mucho que se repita. Después de las imágenes proyectadas de la bailaora, desde pequeña hasta la actualidad, y un imposiblemente largo bache posterior (la puesta en escena tiene algunos puntos técnicos sin pulir), sale Manuela cantando y bailando por fiesta en la mejor tradición de los festeros antiguos. Los cantaores Luis Zambo, artista invitado, Londro, Luis Moneo y Carmen Grilo ofrecen una ronda de tonás como prólogo al baile de siguiriyas que interpreta Manuela a continuación, poderosa y decidida ella, tanto aquí como en la soleá que también interpreta. Tiene algunas ideas rítmicas francamente novedosas y siempre interesantes gracias al trasfondo de conocimientos que impide que cometa imprudencias con tal de hacer algo “diferente”. Dos cantes en solitario del Zambo con Juan Diego al acompañamiento, quizás excesivo para un espectáculo de baile, a pesar de la innegable calidad del cante de Luis. Todo acaba inevitablemente con el fin de fiesta donde el grupo muestra su solidaridad y compromiso con la línea más natural y sustanciosa del flamenco jerezano. “¡VIVA JEREZ” – Video Artistas invitados: Antonio el Pipa, La Macanita, Jesús Méndez. Colaboración especial: Juan Parra. Con la participación de Ana Ma. López, Macarena Ramírez. Cante: Londro, David Carpio, Pescaílla. Guitarra: Manuel Valencia, Manuel Parrilla, Javier Ibáñez. Si la noche anterior pudimos contemplar la faceta puramente cantaora de Jerez, la noche del sábado en el Teatro Villamarta fue una continuación de la jerezanía que esta ciudad practica tan obsesivamente. Presentada anteriormente en este festival hace cuatro años, y lejos de resultar repetitivo, “¡Viva Jerez!” es una delicia que bien se merece esta recuperación; no corren tiempos para el montaje de espectáculos de un solo uso, y cuando son buenos, más todavía se agradece su reposición. Dividido teatralmente en siete escenas, la primera ofrece la bella imagen de catorce “campesinos” andaluces para evocar la época de las gañanías, tan ligada a la historia de Jerez, y reivindicar la importancia de la faceta no gitana del flamenco con cantes de trilla o abandolaos. Las transiciones son limpias gracias a la mano firme del veterano director Francisco López. Macanita canta nanas, ella solita debajo de una bombilla colgando. Llega el gran Antonio el Pipa y suena las guitarras por soleá. Macanita le canta como ella sabe, el papel que habitualmente desempeñaba la tía Juana. Es otra dinámica, pero funciona a la perfección gracias al empaque de los recursos humanos: dos grandes artistas desplegando su arte, el triunfo del flamenco por encima de cualquier vanguardismo, por encima incluso de los mismos artistas. La voz de Macanita, qué cosa más flamencamente hermosa, como un chorro de agua fresca sobre guijarros relucientes. Y el Pipa, grandísimo bailaor, caiga quien caiga. Cuidado vestuario y bella iluminación para este dilatado espectáculo, recortado a “sólo” dos horas (sin intermedio) desde su estreno. Imposible citar todos los números, pero destacable el baile sincero y sin estridencias del veterano Juan Parra, seguido de Ana María López, dos profesores de baile muy queridos en Jerez. El Pescaílla pone el buen humor a compás de tanguillo o bulerías. Destacable el cante de Jesús Méndez, y sobresaliente el baile del la joven Macarena Ramírez, alumna aventajada del Pipa con aires de Rocío Molina, ahora hecha mujer, y candidata (a mi juicio) para el premio al Artista Revelación de este festival. Macanita evoca a Paquera…la escena del aeropuerto y los artistas en tránsito…los chascarrillos del Pescaílla…el Pipa por alegrías…la simbólica vieja… Jerez por un tubo, pero no de cualquier manera, sino ordenadamente para representar la espontaneidad que ilumina y dimensiona el flamenco en su estado natural. |