Resumen: XVI Bienal de Flamenco. Sin Muros! Una voz en alto. Dorantes / 'Corral del Carbon' Antonio Campos
XVI BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA
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Especial XVI Bienal de Flamenco 2010. Toda la información. Programación, reseñas, fotos… “SIN MUROS! Una voz en alto ” DORANTES Texto: Estela Zatania Piano: Dorantes. Bandoneón: Marcelo Mercadante. Guitarra acústica: Ricardo Moreno. Violín: Faisal Kourrich. Contrabajo: Yelsy Heredia. Voz y coros: Rafael de Utrera. Palmas y coro: Hermanos Saavedra “Los Mellis”. Percusión: Tete Peña. Artistas invitados: Esperanza Fernández, El Pele, Pedro Peña, Renaud García. Colaboración especial: Pedro Ma. Peña, guitarra. Música original: Dorantes. Asistir a un recital de piano presentado como “flamenco”, es siempre un acto de fe para el aficionado, cosa que supongo que eres si estás leyendo estas palabras. Las habituales señas de compás, cante, falsetas clásicas, etc., apenas están presentes, o cuesta identificarlas, y el sonido rotundo del piano pisa fuerte comparado con el de las seis cuerdas de una guitarra, haciendo que domine y protagonice en todo momento. Habiendo asumido esos inconvenientes, siempre es un placer disfrutar de la música de David Peña “Dorantes”, incluso cuando no acabe de satisfacer el hambre permanente de flamenco que padecemos los seguidores del género. En su obra “Sin muros”, el pretexto de un mundo sin fronteras se traduce cómodamente a “fusión”, esa palabra mágica que habilita toda clase de experimentos musicales, algunos más afortunados que otros. Entonces, en el programa de mano, al lado del nombre de cada uno de los músicos, figura su habitual ubicación: Argentina, Marruecos, Francia, Cuba, y cómo no, Lebrija, pueblo flamenco por antonomasia, y hogar de la familia Peña, la de Dorantes. La inclusión de importantes voces tenía que ser la guinda que daría brillo y sabor a algunas de las composiciones originales del pianista, pero dos importantes bajas de última hora debido a motivos personales forzosos, las de José Mercé y Juan Peña “Lebrijano”, éste, familia cercana del mismo Dorantes, fue un golpe duro. La intervención del Lebrijano en “4 leguas de amor” se cubrió con una versión instrumental del mismo, mientras que la planeada actuación de José Mercé, fue manejada por Rafael de Utrera. Otros temas en compás de tres por cuatro, insinúan bulerías y los palmeros los respaldan como tal, aunque sin la energía que pone la voz cantaora, y con largos solos de percusión o contrabajo, el olor a flamencura queda distante. La voz de Esperanza Fernández queda plana para granaína, un cante que requiere un tipo de matización que la cantaora no suele emplear. En cambio, la cálida sabia voz de Pedro Peña, padre de Dorantes, con su otro hijo, Pedro Mª Peña a la guitarra por soleá, colocó la pieza jonda en su lugar inequívocamente. Esperanza por guajiras vuelve a cumplir sin más, pero Rafael de Utrera nos despertó a todos con la brillantez de su registro por alegrías. Vienen incorporándose más músicos…bandoneón, contrabajo, violín, Pedro Peña vuelve a anclarnos en tierra con el decir natural y conmovedor de sus siguiriyas. Se agradecen bellas proyecciones en el telón de fondo (Javier Rubio se cita como diseñador de las mismas), y cuando llega El Pele, el cordobés pone el punto más flamenco, abre el grifo de lo jondo de par en par y ya ni piano ni guitarra ni fusiones, sólo estás consciente del hormigueo del vello que responde al sonido de su inconfundible voz. “CORRAL DEL CARBÓN ” ANTONIO CAMPOS Texto: Estela Zatania El joven cantaor granadino Antonio Campos no tiene esas ansias de tantos otros de su generación de pegar el pelotazo como sea. Quiere practicar su arte, ser escuchado, vivir de lo que hace y gozar del respeto de los compañeros y aficionados. En ese sentido, Campos ya lo tiene todo, y la ausencia de ambiciones más superficiales es un valor añadido. En el Teatro Alameda, otra velada altamente disfrutable con artistas “menores”, no en calidad sino en fama. El insistente compás pelado del romance es despachado por el joven moronense Daniel Méndez, que a pesar de su planteamiento absolutamente contemporáneo, es incapaz de impedir que se le escapen sonidos que identifican el toque de su pueblo, pero con una pulsación moderna – bello e inteligente maridaje de influencias. De la rica cantera joven granadina, Campos es ahora uno de los más completos, experimentados y respetados. Compás tan sustancioso que alimenta, y nuevamente vemos la importancia de haber aprobado la asignatura de cantar para baile, pero como la mayoría de los cantaores granadinos, también domina el arte de la sutileza y la matización que le sirve para malagueña de Chacón rematada con fandangos de Lucena y Albayzín. Por cantiñas, el granadino tirititranea como el mejor gaditano, lleva a su novia de paseíto, no “por la Muralla Real”, sino ”la Alhambra de Graná”, y remata con alegrías de Córdoba. Detalles personales y conocimientos, la mejor y más sabrosa receta flamenca. Soleá de Alcalá y Triana, siguiriyas, tientos con el esmerado fraseo de los antiguos (para muchos jóvenes, tientos no es más que una introducción de tangos) y bulerías donde no faltó una granaína por fiesta. |