Resumen: XVI Bienal de Flamenco. 'RAÍCES DEL ALMA' Esperanza Fernández 'AL COMPÁS DE SOLER' Rafael Campallo 'FLAMENCO KIDS ' José Luis Montón, …
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Especial XVI Bienal de Flamenco 2010. Toda la información. Programación, reseñas, fotos… “RAÍCES DEL ALMA” Esperanza Fernández Voz: Esperanza Fernández. Guitarra: Miguel Ángel Cortés, David Carmona. Piano: Dorantes. Percusión: Paquito González. Coros y palmas: José Manuel Ramos, Juan Sanjuán, Jorge Aguilar. Dirección musical: Dorantes El última recital que vi de Esperanza Fernández fue en este mismo teatro Lope de Vega en la penúltima Bienal. En aquella ocasión, abandoné el teatro cuando después de una hora, la cantaora sólo había interpretado canciones populares andaluzas, sin rastro de flamenco. Posteriormente mis compañeros me informaron que al final del recital Esperanza había soltado su flamencura y que había estado genial. Lección número uno: hay que aguantar hasta el final, siempre que sea posible. Esta vez no nos hizo esperar. Abrió directamente con una larga nana, y a continuación, soleá y bulerías que figuran en el programa como “Homenaje a Fernanda y Bernarda de Utrera”. Lección número dos: poco importan los estilos o melodías que se canten, y mucho más peso tienen el decir y la voz. El homenaje consistía en recrear los estilos habituales de Utrera que siempre relacionamos con las famosas hermanas, pero incluso metiendo un fandango por solea como tienen costumbre en Utrera, y la bulería “María de las Mercedes” en versión de Bernarda, fue pura Esperanza. La cantaora tiene el exquisito detalle de cambiar de vestido entre cante y cante, ofreciendo a continuación siguiriyas. El admirable acompañamiento lo pone Miguel Ángel Cortés con la jondura añadida de la sexta bajada que tan bien maneja este hombre. Esperanza siempre ha incluido cante abandolao en su repertorio, y aquí remata con un folklórico y acelerado fandango de Albayzín, pero es por cantiñas cuando se hace patente la fuerza de la autenticidad, el cantar lo que sale de las vivencias de uno o una; los cantes de Pinini en todo su esplendor se disuelven en el igualmente sabroso cante romanceado de Lebrija. Otro vestido para cantar al piano de Dorantes “De ti y de mí”, seguido del desacierto de lo que viene en el programa con el título en inglés inventado My “Fanny” Valentine, y ya podéis buscar esa palabra en el diccio, porque el pudor me impide que indique su significado. La falta ortográfica es un insignificante error cómico, a la vez que simboliza el peligro de meterse por caminos ajenos. “Baladilla de los tres ríos” por tangos, y “Manolito Reyes” por bulería remataron el recital con más credibilidad, pero la lección número tres de esta crónica es: cantaora a tus cantes. El bis que fue una conmovedora interpretación de “Gelem gelem” con ánimo de solidaridad con el pueblo gitano dejó el mejor sabor de boca. “AL COMPÁS DE SOLER” Rafael Campallo Texto: Estela Zatania Baile: Rafael Campallo. Cante: Londro. Artistas invitados: Juan José Amador, Antonio Molina “el Choro”. Guitarra: Juan Campallo, Jesús Guerrero. Percusión: José Carrasco, Antonio Montiel. Palmas: Bobote. Unos minutos filmados del añorado Manuel Soler ambientan este homenaje que ofreció el bailaor sevillano Rafael Campallo a aquél genio de compás, baile y flamencura. La poderosa economía de movimiento que fue la impronta permanente de Soler, armoniza y complementa el estilo de Manolo Marín, otro maestro del joven Campallo que ha asimilado y digerido esta soberbia escuela sevillana, devolviéndonosla a través de su propia visión, cosa que no es fácil habiéndose inspirado en artistas de tanta personalidad. El cajón siempre presente en el escenario simboliza la presencia y ausencia del homenajeado. Campallo baila por siguiriyas con vocación de bulerías, ligadas con martinete. El palo es lo de menos, porque es uno solo: Campallerías. El invitado en baile, Antonio el Choro, es un joven bailaor todavía en fase de “promesa”, pero tiene todos los ingredientes para llegar a figura como queda patente en las alegrías que baila. Una farruca de Campallo – posiblemente la única forma del baile flamenco (con la excepción de zapateado) que queda mejor sin cante, como ha querido interpretarla el bailaor en esta ocasión – es motivada por la excelente música de Juan Campallo y Jesús Guerrero a la guitarra. Tientos, y dos largos e imperdonables solos de percusión, uno tras otro, ponen a prueba la indulgencia del público. Por bulerías, Campallo se encuentra, se explaya y realiza unos pellizcos absolutamente sensacionales y originales, logrando evitar el síndrome de “frialdad de virtuoso” que hace unos años disminuía el impacto de su poder comunicativo. Juan José Amador alimenta la máquina flamenca con sus conocimientos y el rico eco de su voz y el equipo de nueve hombres rezuma la jondura de la fiesta más auténtica. Otra vez vemos a Manuel Soler en imágenes filmadas, pero ahora Campallo baila “con” él y nos conmueve la sinceridad de su deseo de homenajear a un hombre grande que se marchó antes de tiempo. El gesto hacia el cielo en los saludos, y la cara emocionada del bailaor fueron un poema visual que todavía duele con sólo recordar el momento. Flamenco Kids Ficha artística: Cante: Ramón Jiménez “El Piti”, Ana Salazar; Guitarra: José Luís Montón; Percusión: Odei Lisazo; Flauta y Coros: Cristina Fernández; Narradora: Teresa Del Pozo. Texto: Gonzalo Montaño Peña Flamenco Kids muestra a los niños un mundo llamado “quillolandia” donde viven numerosos animales que disfrutan de la música. La verdad es que resulta maravilloso llegar al teatro y ver el aforo totalmente lleno de niños. Creo que debería formar parte del curriculum escolar, al menos una vez al mes se debería llevar a los estudiantes al teatro. Así formaríamos espectadores acostumbrados a asistir a obras, con lo cual se fomentaría la cultura… pero bueno está claro que en cultura y educación tenemos lagunas bastante importantes. Centrándonos en la obra: Flamenco Kids, me pareció un intento flojo de acercar el flamenco a los niños, principalmente porque la obra tiene poco flamenco, está aflamencada, eso sí, pero con poco contenido musical que acostumbre a los niños a oír las melodías básicas del cante. Si acaso algún “quejío”, pero eso también lo oyen por sevillanas. Las composiciones aunque no son muy flamencas, están bien hechas y las letras también, pero realmente no engancharon al público infantil. Los personajes tienen su gracia y los audiovisuales ayudan a los niños a entender un poco a los personajes. La duración es justa para los peques, apenas cuarenta y cinco minutos que pudieron parecerles a veces mucho más, sobre todo cuando cantaban más de la cuenta letras que los niños no oían del todo bien. En resumen un nuevo intento flamenco-didáctico que ni flamenco ni didáctico, pero que al menos llevó a los niños al teatro y los hizo escuchar música durante un rato.
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