XV Festival flamenco 'La Yerbabuena'. Homenaje a Vitorio & Luccino Las Cabezas (Sevilla)

 

XV Festival
Flamenco
«La Yerbabuena»

17 de junio, 2006. Plaza de Atocha, Las Cabezas de San
Juan (Sevilla). 2230h

Cante: José de la Tomasa, Esperanza Fernández.
Baile: Concha Vargas. Guitarra: Antonio Moya, Paco Fernández,
Juanito de Clemente. Fiesta: “Oripandó, el compás
de Utrera, Arcos y Morón” con María Peña,
Fabiola, Natalia Marín, Merche Morón, Agustín
de la Chica, Rubio de Pruna. Grupo “Las Cabezas” con
Clemente, Javi, Afri, Guiti y Medina.

Texto: Estela Zatania

La temporada en Andalucía de los grandes festivales
de verano dedicados al flamenco se ha inaugurado el pasado fin de
semana, y el Festival de la Yerbabuena en Las Cabezas de San Juan,
celebrado el día 17, siempre es de los primeros.

El presentador Manuel Bohórquez empezó con palabras
para la recientemente desaparecida Rocío Jurado, la homenajeada
de la edición anterior, y con todo el público en pie
pidió un aplauso para ella.

Un espléndido cuadro de jóvenes pero experimentados
artistas rompió el hielo con un golpe decisivo. Muy lejos
del típico simpático pero desabrido cuadro telonero
de aficionados, cada elemento derrochaba personalidad, empaque y
flamencura con el perfume inconfundible de la campiña y la
“frescura” de la que tanto se jactan artistas con menos
fundamento. El grupo “Oripandó”, “sol”
en caló, así bautizado por la dinámica Tere
Peña, una de las organizadoras del festival, gozaba de las
originales voces del Rubio de Pruna, María Peña, Jesús
de Frasquita, Fabiola y Natalia Marín, el baile de Merche
Morón y las guitarras de Antonio Moya y Agustín de
la Chica, “Utrera, Arcos y Morón” como decía
el programa, cada uno con su sello, su particular mensaje. Entre
bastidores había ansias por que terminaran porque la media
hora programada se convirtió en 65 minutos, pero la sentida
ovación del público sólo indicaba una marcada
sensación de “miel en los labios”.

Empaque y flamencura con el perfume
inconfundible de la campiña

José de la Tomasa.
Foto: Paco Sánchez ©

La primera figura de la noche, José de la Tomasa cumplió
con su noble estirpe y deber acompañado a la guitarra por
Antonio Moya. Es un cantaor capaz de sorprender por su capacidad,
y la noche del sábado tenía detalles excelentes con
un repertorio basado en los cantes más allegados al Bajo
Guadalquivir: soleá, siguiriya y bulerías con aire
romanceado.

Se llevó a cabo el acto de homenaje a “dos príncipes
de la moda andaluza”, Victorio y Lucchino, con la imposición
de la Yerbabuena del Plata, y después de un breve descanso
cantó por soleá y fandangos el único representante
jerezano de la noche, “El Almendro”, ganador del noveno
Concurso de Cante Flamenco de la Peña Cultural Flamenca Fernando
el Herrero.

Esperanza Fernández completaba el sencillo cartel con su
voz, su baile, su exquisito mantón de manila color añil
y su brillante hermano Paco a la guitarra. Esta mujer presenta una
interesante mezcla de cante aprendido mediante la vía tradicional,
es decir, de su familia y entorno, y cante claramente asimilado
a golpe de grabaciones y repeticiones. La malagueña de la
Peñaranda con remate abandolao por ejemplo, corresponde a
ésta segunda categoría y como es de esperar, no convence
igual que las “alegrías” del Pinini (las comillas
obedecen al hecho de que no son alegrías sino cantiñas,
pero por tradición se dice “alegrías”),
cante de Lebrija donde la cantaora tiene lazos familiares. Las siguiriyas
al siete por medio logran interesar principalmente debido al toque
de Paco, que con sumo gusto dejó aparcados sus instintos
vanguardistas para acompañar el cante con madurez y gran
sensibilidad. Esperanza se sirvió de su saber estar en un
escenario para dar la estructura perfecta a las bulerías
cantadas y bailadas con las que terminó su intervención.

Cortita y repetitiva, elemental, racial,
instintiva y todo menos superficial

El baile de la lebrijana Concha Vargas es un gusto adquirido. Es
cortita y repetitiva, elemental, racial, instintiva y todo menos
superficial. Templada por la voz dulce de su hija Carmen de quince
años y apoyada por un sólido atrás que incluía
la guitarra de Antonio Moya, logró poner en pie al público
con su soleá, y la larga noche pudo haber acabado allí,
pero fue rematada con el grupo “Las Cabezas”, artistas
locales con un repertorio joven y festero.

XIV Festival
de la Yerbabuena 2005

XIII Festival
de la Yerbabuena 2004

Manuel Mairena & José de la Tomasa. DVD
Puro y Jondo

José de la Tomasa
'Flamenco'

Esperanza Fernández

.

 



Salir de la versión móvil