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‘ORIGEN’ |
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ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Gonzalo Montaño Peña Guitarra: Cañizares; Segunda Guitarra: Juan Carlos Gómez; Percusión: Rafa Villalba; Baile: Ángel Muñoz. Juan Manuel Cañizares trajo “Origen” al Teatro Central de Sevilla, en una propuesta con la que el músico pretendió mostrar su yo más interno (musicalmente hablando). Una formación reducida (trío con baile) y sin voz a la que acompañar, todo pensado para reforzar el sonido de la guitarra. Dejaron anoche un recital de música flamenca, contemporánea y hecha de modo inteligente. No se puede negar que los cambios que revolucionaron en su tiempo la guitarra flamenca moderna, promovidos sobre todo por Paco de Lucía y Manolo Sanlúcar dejaron un estrecho margen de maniobra a la generación que le siguió. Y no porque toda la música estuviera con ellos ya inventada, sino porque fue tal el apabullamiento que los jóvenes sintieron ante tal despliegue de ideas y de conceptos técnicos que no encontraron otro modo de tocar que no fuera una reproducción casi idéntica de lo que los maestros hicieron. Sin embargo Juan Manuel Cañizares siempre demostró tener una visión propia del sonido, aunque influenciada, como no puede ser de otro modo, por la marea musical de los “monstruos”, pero con un sonido que le caracterizaba. Tras “Suite Iberia” un interesante trabajo de transcripción y adaptación a guitarra de la obra de Isaac Albéniz, el guitarrista catalán venía para mostrarnos el origen de su música, las influencias que le marcaron y le formaron. El repertorio se movía dentro de los márgenes del flamenco clásico, Colombianas, Bulerías, Tanguillos, Alegrías… hasta diez temas en los que todo giró entorno a la sonanta, incluso el baile reproducía rítmicamente las notas del instrumento. El espectáculo estuvo muy bien montado desde el principio hasta el final e ideado como un viaje a los orígenes de la música de este compositor, en el que la armonía sirvió como medio de transporte y la melodía como la fuerza que lo movía. El viaje comenzó por Colombianas, para llevarnos luego por unos preciosos fraseos por bulerías, el despliegue técnico del guitarrista aquí es impresionante. En el Zapateado el baile de Ángel Muñoz se asemejó bastante a lo que el sonido insinuaba, unas formas flamencas dentro de un discurso con conceptos de música y baile clásicos. La formación académica de ambos es notoria, a la vez que una búsqueda en el flamenco de su personalidad creadora. Por su parte la percusión de Rafa Villalba demostró tener bien aprendido el sitio donde su sonido debe ubicarse, esto es, proporcionar un cómodo colchón rítmico para que la melodía se recueste y se luzca cómodamente. También la segunda guitarra de Juan Carlos Gómez estuvo acertada en sus intervenciones, como en los tangos en los que el “sonido Cañizares” ganó en fuerza armónica con sus aportaciones, pero la buena comunicación de estos guitarristas quedo patente en “Toca Madera”, composición para dos guitarras. Tras unos delicados fandangos titulados “Palomas”, y luego un tema por rumbas con una fuerza impresionante, el concierto llegó a su fin y el público en pié pidiendo un poco más de la música de este gran guitarrista. Soy de los que entienden la guitarra flamenca como un instrumento de acompañamiento al cante, ya que a veces los instrumentistas tienden a complicar tanto su discurso musical a base de recursos técnicos que los recitales pueden hacerse aburridos( si no eres guitarrista o gran aficionado). Sin embargo hay que decir que anoche la guitarra de Cañizares cantó en el teatro Central y los setenta minutos que duró el concierto no se hicieron largos, sino todo lo contrario. Lástima que no se llenara el teatro.
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