XV BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA ‘FLAMENKITA, LA NIÑA QUE PERDIÓ EL COMPÁS’ |
ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Gonzalo Montaño Peña Flamenquita: Blanca Puente; Flamenquín: Antonio Labajo; Palmerito: Jonatan Lande, Kuky Santiago; Profesora Flamenca: Lidia Cabello; Sonanto: Joaquín Linera; Cantarina: Samara Montañez; Cajoncito: Edu Gómez. La compañía gaditana “La Flamenkita” tiene en esta historia un divertido reclamo para el público infantil, con el objetivo de familiarizar a los pequeños con el sonido y los compases que caracterizan al flamenco. A través de una historia teatral a modo de “Clown” los protagonistas enseñan a los niños los patrones básicos del compás flamenco. “Flamenquiita” es una niña que tiene pocas cualidades para el flamenco, lo cual hace que esta se entristezca. Sin embargo sus amigos “Flamenquín” y “Palmerito” la ayudarán en su búsqueda del compás. De este modo los personajes presentarán al público infantil palos tan serios como los Tientos o la Siguiriya y a través de repeticiones los niños tocarán las palmas acompañando al toque y al cante. Si bien el aprendizaje en tan poco tiempo de unos patrones rítmicos un tanto complicados es muy difícil, el éxito de este montaje radica en el buen rato que los niños pasan durante el espectáculo. También me parece interesante el modo en que se presenta el baile a través de un divertido personaje hace que el baile pierda ese carácter serio y un tanto alejado de lo que los niños consideran llamativo. Todas las iniciativas de acercar el flamenco a los niños son bien acogidas, sobre todo por la ausencia de ideas pensadas para este público. Pero el carácter didáctico de esta obra quizás no esté asegurado. Los niños aprenden repitiendo, lo que ven y oyen en esta obra es flamenco, no cabe duda, pero esto es sólo una hora. Hasta que en las escuelas no se fomente la audición cotidiana del flamenco y lo que es más importante si los padres no oyen flamenco el resto es como matar mosquitos a cañonazos. Así que se debe fomentar la educación musical con el flamenco como música principal, pero también se debe educar a los mayores para que, al menos, conozcan la música de su tierra. Es lo que Antonio Mairena llamaba el “Conservatorio Natural”, aludiendo a la educación musical que adquirían en sus casas los niños gitanos de la baja Andalucía y que no es más que una costumbre de ver y oír flamenco desde pequeño.
|