‘EL PINTOR DE SONIDOS’ Estreno absoluto |
ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Juan Diego Martín Cabeza Una cosa es la intención, la idea primigenia sobre la que Nicasio Moreno quiso construir este espectáculo, y otra cosa muy distinta es el resultado. El pintor de sonidos alude a una investigación en torno a la guitarra flamenca, a sus posibilidades en la afinación y las armonías. Hay una pretensión estética y musical muy clara en su planteamiento inicial, tanto en el título como en el texto que escribe en el programa de mano. Pero todas esas intenciones se van diluyendo en un espectáculo que está sobrecargado. A medida que van pasando artistas sobre el escenario se va alejando más y más de la meta que pretende alcanzar. La obra se abre con un sencillo encuentro entre la guitarra de Moreno y la Vina, instrumento hindú al que Gualberto saca las melodías desgarradoras de la malagueña del Mellizo. A partir de ahí, con parones y faltas de ritmo en las entradas de los artistas, se van sucediendo “temas” flamencos en los que el violonchelo de Nicasio Moreno entreteje melodías sobre las que flotan las voces flamenquísimas de Encarna y José Anillo. Se trata, una vez más en esta bienal, de canciones que sugieren apenas los estilos flamencos en el compás. El programa anunciaba a Diego Carrasco, que finalmente no acudió, y no es de recibo no corregirlo o justificar esta ausencia de alguna manera, sobre todo porque, por lo que se vio, tenía un peso considerable en la obra y fue suplido por una cantante-cantaora que no alcanza ni de lejos a hacer lo que puede llegar a hacer el jerezano. En la sucesión de “temas” hasta diez bailaores intervienen aportando cada uno lo que puede en cortísimas actuaciones. Algunas propuestas musicales son más bailables que otras, se les puede sacar más o menos partido, pero en general es difícil conseguir conectar con un baile que implora un asidero flamenco más firme sobre el que expresarse. Además, la mezcla de géneros distintos entre los que se incluyen jazz, rock, pop, danza africana y del vientre… no ayudan a concentrarte ni a ser capaz de digerir la propuesta.
Muchos artistas se han tomado en serio el eslogan de este año de la Bienal, el de “Las músicas del flamenco”, que es tan engañoso y vacuo como aquel otro que dice que “la historia del flamenco sucede en la bienal”. Así que muchos músicos buenos se han propuesto arriesgarse, contribuir a seguir haciendo historia, poniendo música a poemas “cultos” que no terminan de encajar como cantes por más que se esfuercen. Nos hablan de riesgos, de experimentación, y a algunos nos parece que el que de verdad se arriesgará y revolucionará este “festival de festivales” será quien sea capaz de sentarse a cantar flamenco. El que haga esto cambiará, qué paradoja, la historia de esta bienal.
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