XV BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA
‘EL DUENDE Y LOS RECORTABLES’ |
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ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Gonzalo Montaño Peña Cante: Emilio Cabello; Bailaores: Reyes León, Juan Martín; Guitarra: Alberto Rodríguez “El Zayas”; Percusión: Raúl Botella La segunda de las propuestas de la bienal dedicadas al público infantil llenó las gradas del teatro Alameda de niños ofreciendo una imagen muy poco habitual en un recital de cante y baile flamenco. Unos fabricantes de juguetes muy flamencos se dan cuenta que el duende de su arte ha dado vida a los recortables en los que estaban trabajando. Estos dibujos irán presentando diversos palos del cante (Soleá, Siguiriya, Martinete, Garrotín, Tangos…) así como objetos que rodean al baile (castañuelas, pericón, bastón, sombrero…). La historia en sí es bonita, con esa nostalgia de los recortables. Pero no creo que los niños de ahora sepan lo que es un recortable, porque estos juguetes son de otra época. La duración del espectáculo (50 minutos) está pensada para no aburrir a los niños, sin embargo en los últimos cantes ya se podían ver muchos niños moviéndose y andando por las filas de asientos de modo impaciente. En cuanto al espectáculo en sí hay que decir que la calidad de los componentes es bastante aceptable. Los bailaores cumplen bien papel artístico a la vez que actúan haciendo gestos que diviertan a los pequeños. El guitarrista y el percusionista también estuvieron acertados y el cantaor Emilio Cabello demostró tener una muy bonita voz y un uso muy flamenco de esta, logrando que hasta las sevillanas gozaran de “jondura”. Con esto tenemos un espectáculo de flamenco de buen nivel al que si le quitas las vestimentas pensadas para atraer la atención de los niños podría hacer pasar un buen rato a cualquier aficionado de edad adulta. Este es otro de los intentos que pretenden acercar el flamenco a los chavales, con toda su buena intención, no lo dudo. Además lo hace con intérpretes de calidad. Sin embargo creo que para poder crear vínculos entre los niños y el flamenco se deben de implicar diferentes profesionales acostumbrados a tratar con ambos. Esto es, interpretes del arte y profesionales de la educación como pedagogos, maestros y educadores en general. Me pareció que esta era la carencia de la obra.
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