‘PERSONALIDAD’ |
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ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Estela Zatania Cante: El Chozas, Antonio Reyes, José Méndez. Guitarra: Rubén Levaniegos, Antonio Higuero, Juan Diego. Palmas: Diego Montoya, Pedro de la Chana. Baile: Angelita Vargas con Juan José Amador y Luis Amador al cante, Ramón Amador y Eugenio Iglesias a la guitarra y Bobote a las palmas. En medio de un mar de propuestas extravagantes y arriesgadas (palabra tan sospechosa como “puro”), la organización de la Bienal de Flamenco de Sevilla ha comprendido la necesidad de facilitar estos oasis de flamenco de andar por casa. Cante y baile para el aficionado que se enamoró del género hace más de treinta años cuando, sin guión ni mensaje más allá del impacto de las voces, cuerpos y guitarras expresando y sintonizando un mismo compás, sentías la extraña sensación del vello erguido. Vale, me habéis pillado…todavía me suena a gloria el flamenco tradicional. Pero no es culpa mía, los gustos tienen vida propia y no logro vencer los míos, porque también los críticos tenemos nuestra preferencia, a la vez que tenemos la sagrada obligación de ponerla a un lado cuando nos toca hablar de algo ajeno a ella. Los espectáculos ofrecidos en el Hotel Triana suelen corresponder a este flamenco amigo que no pide más que ser escuchado, visto y disfrutado. La presentación (no se puede llamar “obra”) reflejaba el formato de un típico festival de verano, pero reducidito de cartel y extensión, como media ración para quitarte el hambre sin empachar. Primer plato, José Méndez. Por segunda vez consecutiva, el escenario del Hotel Triana ha recibido a un representante de los Méndez de Jerez, “los Paquera”, porque José es otro sobrino de Francisca Méndez Garrido. Recreando algunos sonidos y cantes que te recordaban a su majestad, con el acompañamiento de Juan Diego y hablando de “mi tía”, el cantaor interpretó cantes de la tierra: soleá por bulería, siguiriyas, bulerías. A continuación, los dos Antonio, Reyes e Higuero, cantaor y guitarrista. Es un feliz y estable matrimonio artístico, dos jóvenes experimentados y consagrados, haciéndolo cada vez mejor. La reconfortante voz aterciopelada de Reyes nos entregó cantes por soleá, un surtido de tangos que Higuero acompañó ‘por arriba’ con un fandango y algún retal de canción metidos, y bulerías rematadas con el baile de Patricia, esposa de Antonio. José Antonio Muñoz “el Chozas”, no confundirsus con el desaparecido “Chozas de Jerez”, Juan José Vargas. El cantaor sevillano tuvo su auge en la época de los festivales cuando llegó a realizar varias grabaciones, pero como otros, quedó algo olvidado cuando el flamenco clásico dejó de llevarse. Su decir mairenero se ajustó a unas siguiriyas y fandangos pero resultó menos apta para una milonga. Le acompañó el guitarrista Rubén Levaniegos. Con el baile como broche de oro, Angelita Vargas, con un excelente atrás a base de Amadores, más notablemente el cantaor, Juan José (como figura en una grabación de los años setenta), vino a dejar su impronta. Soleá, baile de bailes y cante de cantes, fue el vehículo que la señora eligió para expresar su temperamental personalidad. Fin de fiesta por bulerías, con niño prodigio incluido, y el flamenco que me embobó hace tantos años sigue reivindicando su relevancia.
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