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“Pasos para dos” – Rosario Toledo y Ana Salazar |
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ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Estela Zatania Baile: Rosario Toledo. Cante y baile: Ana Salazar. Guitarra flamenca: Daniel Méndez. Cante: David Palomar. Guitarra eléctrica: Israel Sandoval. Bajo: José María Posada Popo. Batería y percusión: Guillermo McGill. Percusión: Raúl Botella. Colaboración especial: Herminia Borja. Dirección: Pepa Gamboa. Dirección musical: Guillermo McGill. Composición musical: Guillermo McGill y Daniel Méndez. Dirección coreográfica: Juan Carlos Lérida. Coreografías: Juan Carlos Lérida, Ana Salazar, Rosario Toledo No es bueno cuando un artista se enamora de su obra, o de determinados elementos de una obra. La creación teatral “Pasos para dos” presentada la noche de domingo en el Teatro Central, demuestra lo que ocurre cuando se hace caso omiso de este consejo. Es un espectáculo con dos protagonistas, “amigas del alma” nos informa el programa, que cuenta con algunos detalles estupendos. Como la fingida borrachera de carnaval de las dos gaditanas, Rosario Toledo y Ana Salazar, con su particular comparsa y sabroso festín por bulería, o el escenario rodeado de agua de verdad, cual bahía de Cádiz, donde Salazar se refresca después de un número, o el baile por alegrías de las dos, haciendo gala de una coreografía retro. También es altamente disfrutable el baile por derecho de Rosario por soleá.
Pero son momentos breves hilvanados con guata, y la marcha de la obra sufre la ruda intrusión de música de jazz que llega pisando fuerte para comerse al cante, baile y guitarra. La predilección de Ana Salazar por una estética cabaretera al estilo de Liza Minelli, termina de romper cualquier feeling flamenco, andaluz o español. El flamenco es una criatura delicada con un conjunto de características que admite modificaciones discretas, cuidadosamente aplicadas. “Pasos para dos” no deja respirar al género, y décadas de evolución son sacrificadas para el efectismo teatral. Por otra parte, la Salazar tiene mucha personalidad, pero no tiene el nivel de baile de Rosario, ni el nivel de cante de David Palomar o Herminia Borja. De hecho, se podía haber hecho un pedazo de recital con Rosario, cante y guitarra. Espera…es precisamente lo que hizo no hace mucho en su magnífico espectáculo “Los aires de Cádiz”, una perfecta joya de arte y buen gusto. Pero la tentación de arreglar lo que no está roto, ha superado el sentido común. Se pasa un rato entretenido con “Pasos para dos”, pero el extranjero que ha venido a esta representación para ver flamenco, no puede sentir sino decepcionado. Tiene su ironía que las ansias de globalizar el flamenco puedan conducirnos al punto en que personas de una multitud de países vengan a la Bienal de Flamenco de Sevilla para encontrarse con una música internacional que no difiere mucho de la que tienen en casa.
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