XV BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA Dulce Estrella |
ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Gonzalo Montaño Peña Voz: Estrella Morente y Dulce Pontes. Guitarras : Armindo Neves, Montoyita, Monti, Felipe Lucas. Oboe/ Corno Inglés: Oscar Viana. Percusión : Beto Betuk, Pedro Gabarre, Enrique Heredia. Viola Fado: Paulo Feitera. Coros: Antonio Carbonell, Ángel Gabarre, Enrique Morente “Kiki”. Era esta una de las actuaciones mas esperadas de toda la bienal, sobre todo por lo inusual de la mezcla. No es normal ver juntos a una artista de fado con una cantaora flamenca. Habíamos oído cantar fados flamencos, pero no cantar flamenco a una fadista y eso despertaba gran curiosidad.
La duda quedó disipada rápidamente. Salen las dos juntas, tras de sí un escenario repleto de músicos de gran nivel. Primero una composición portuguesa a dos voces y Estrella parece haber cantado portugués toda su vida. Las tesituras de ambas son similares y se acoplan perfectamente. Luego Estrella canta una toná y Dulce responde a los fraseos con un pregón portugués, que permítanme decirles que no sirve como respuesta a este cante. Si bien la cantaora supo adecuarse al fado, cuando la portuguesa hubo de aflamencar el fado mas bien me pareció que lo que hacía era “enfadar el flamenco”. Entiendanme bien, no pretendo poner en cuestión la capacidad de Dulce Pontes como cantante, puesto que esto está fuera de toda duda, lo que quiero decir es que los artistas flamencos están acostumbrados a ser versátiles, a dominar no uno ni dos sino muchos cantes, a ponerlos al servicio de otras músicas fluyen conjuntamente con nuestro arte. Pero a la hora de que un cantante de otra música intenta cantar flamenco las carencias se hacen bastante notorias, incluso cuando es un prodigio como Dulce Pontes quien lo hace. En su parte en solitario Estrella estuvo bien, en su línea. Elegante y guapa como ella sola cantó por granaina con la guitarra de Montoyita, rica en armonía y sobrada de fuerza. Dejó también la Morente los tangos marca de la casa y una soleá en la que se acordó de Juaniquí. Luego en las bulerías se puso de pie para poner de manifiesto su particular manera melódica de ejecutar los cantes clásicos. En el baile estuvo seductora y en los remates recordó a una Escarlata O´hara jurando no pasar más “duquelas”. Volvió Dulce Pontes para, en esta parte en solitario, sacar lo que de verdad ella es, una artista de talla mundial. Acompañada solo de una viola fado, una guitarra y un contrabajo su voz sonó potente, sensual, su forma de bailar y moverse por el escenario lo llenan por completo y los temas parecen deslizarse por nuestra garganta como una cucharada de miel. Simplemente Dulce como ella sola. Pero faltaba el clásico “CanÇao do mar”, la gente lo esperaba. Unos quejíos por siguiriyas a los que le respondían unos lamentos lusos, la percusión nos trae la arena y el oboe la mar de Portugal. Las dos divas exprimen sus pulmones en esta preciosa composición que nos lleva de viaje desde el Algarve hasta las playas de las islas griegas. Estrella y Dulce, Dulce y Estrella dos mujeres y dos gargantas portentosas que anoche nos hicieron disfrutar de su fuerza temperamental y su belleza. |