XV BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA ‘ALQUITARA. LA ESENCIA DE LOS SENTIDOS’ |
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ESPECIAL BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA 2008 Texto: Estela Zatania Guitarra y dirección musical: José María Gallardo del Rey. Flauta: Ezequil Cortabarría. Clarinete:Vicente Sabater. Viola: Eva Martín. Violonchelo: Michal Dmochowski. Contrabajo: Germán Muñoz. Percusión: Roberto Vozmediano. Colaboración especial: Paco del Pozo (voz), Pilar Ortega (baile), Félix Grande (recitador). Un septeto de guitarrista clásico, instrumentos de viento, cuerda y percusión. Exquisitez en la composición, interpretación y ejecución de un cuidadosamente elaborado programa de temas conocidos u originales. Un cantaor y una bailaora. Un poeta. Son los ingredientes del plato combinado que José María Gallado del Rey quiso servir anoche en el Teatro Lope de Vega dentro del marco de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Hace años que las grandes compañías de baile como las de Mario Maya o Manuela Vargas formalizaron el divorcio entre la danza clásica española y el baile flamenco, ofreciendo, desde finales de los años sesenta, las primeras obras teatrales basadas íntegramente en las formas del flamenco, una fórmula repetida desde entonces por incontables grupos, grandes y pequeños. El sevillano maestro José María Gallardo del Rey, concertista de guitarra clásica, llega ahora, décadas después, con la firme intención de volver a unir ambos mundos. El concepto no carece de mérito, pero no se lleva a cabo mediante declaraciones como “Este espectáculo es un múltiple y fervoroso homenaje al Flamenco”, frase que figura en el lujoso folleto promocional y el programa de mano. El repertorio recogió algunos de los temas más queridos del acervo clásico español, y más interpretados por los ballets históricos, desde Argentinita, Pilar López, Antonio o José Greco, hasta la flamenquísima Carmen Amaya. Si “Sombrero de tres picos”, “El amor brujo” o “La vida breve” de Falla mezclan una sensibilidad clásica con sonidos contemporáneos andaluces, “Sevilla” y “Córdoba” de Albéniz son temas atractivos y conocidos y todos llevamos dentro las melodías de las canciones arregladas y grabadas por Lorca, como el “Anda jaleo”, “La Tarara” o “Los peregrinitos”. Todo esto, y también las composiciones originales del mismo Gallardo del Rey y un homenaje al músico argentino Astor Piazzolla. Pero ni al experimentado cantaor, Lámpara Minera Paco del Pozo, ni a la espléndida bailaora Pilar Ortega, les fue permitido meter mano al flamenco. Carmen Amaya tuvo a su Sabicas, pero estos dos artistas tuvieron que buscarse en músicas y compases no acostumbrados, y ya sabemos lo quisquillosos que son los duendes. Del Pozo hizo lo que pudo con el encargo, llevando melodías clásicas hasta su terreno con una voz y decir inconfundiblemente flamencos. La bailaora quedó peor parada; bailo bien, pero no encontró un lenguaje para adaptarse a la natural delicadeza de la música. Las personas menos entendidas posiblemente no distinguen entre la guitarra flamenca y la clásica, pero para los aficionados de una y otra, son dos universos absolutamente independientes. La pulsación del guitarrista de clásico es otra, hay otras técnicas, especialmente en los rasgueados y picados, y por supuesto, las formas o palos del flamenco no están presentes en lo clásico. Un bis de sevillanas con el baile de Pilar con el percusionista, puso la guinda casi flamenca, pero la hermosa música de este hermoso espectáculo marcó otro tanto para el equipo no flamenco, y el género está un poquito más cerca de la dignificación terminal que tan intensamente se está cultivando.
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