XLVIII Fiesta de la Bulería – 2015

Fiesta de la Bulería 2015

Fiesta de la Bulería 2015

Texto: Estela Zatania
Fotos: Marta Vila Aguilà

Sábado, 5 de septiembre, 2015. 2200h. Patio de San Fernando, Alcázar, Jerez de la Frontera

La Fiesta de la Bulería sigue reinventándose en su 48ª edición

LOLE MONTOYA, Guitarra: José Acedo. ARTE AÑEJO DE SANTIAGO A LA PLAZUELA. Cante: Tío Chico Pacote Francisco, Ruiz Méndez, Lorenzo Gálvez 'Ripoll', Alfonso Carpio `Mijita padre'.Baile: Tía Rosario `La Majuma' y Manuela de Pastilla. Guitarras: Domingo Rubichi y Periquín 'Niño Jero'. Palmas: 'Cabero' y 'El Chusco'. REMEDIOS AMAYA. Guitarra: Juan Requena. Palmas y jaleos: El Pelón y Joaquina Amaya. Percusión: Alejandro Amaya. EL COMPÁS «MANUELA CARPIO Y SUS GENTES». Baile: Manuela Carpio. Guitarra: Juan Diego Mateos. Cante: Enrique 'El Extremeño', Manuel Tañé, Miguel Lavi, Joaquín Marín 'El Quini'. Palmas: Israel Carpio 'El Cachorro' e Iván Carpio. «JEREZ POR BULERÍAS». Todos los artistas. Presentador: Pepe Marín

 

La Fiesta de la Bulería, más que un festival, es un rito.  Un rito eminentemente jerezano que le sirve a esta ciudad para recordar, reforzar y sobretodo conservar una serie de costumbres y creencias relativamente nuevas, a la vez que queridas, que ayudan a componer la identidad de la ciudad del vino, de los caballos y por supuesto, del flamenco.

Esta misma noche había la competencia del venerable Festival de Mairena, que al final fue aplazado para la semana que viene debido al agua que caía en aquella zona a cien kilómetros de Jerez.  En la Bulería hemos pasado frío.  Pero frío en serio.  Unos 17 grados, y un mal intencionado viento que desafió a los artistas a calentar el ambiente, cosa que lograron a medias.

Después de varias ediciones de este evento en una diversidad de lugares…la plaza de toros, el estadio municipal, la céntrica plaza Mamelón…había sido como el cuento de Ricitos de Oro: o demasiado grande, o demasiado pequeño, o simplemente no el lugar adecuado.  Pero esta vez, la ubicación en el patio del histórico Alcázar de Jerez, se ha sentido como acertada por su ambiente empapado de tiempos pasados, sus dimensiones y hasta la acústica en la que los grandes muros parecían atrapar y aumentar el sonido de forma natural.  El aforo (con gradas supletorias) de 2500,  no se llenó del todo, pero casi. Una entrada de 20 euros, y un amplio dispositivo de seguridad, han mantenido el decoro que en otros años ha estado ausente.

El programa fue estructurado en apartados bien definidos e independientes.  Primero, Lole Montoya, aquella que fuera la mitad de «Lole y Manuel», ofreció sus formas de siempre, melancólicos versos por tangos, alegrías o bulerías repletos de referencias silvestres reflejando el movimiento hippie de los años setenta, y por supuesto, la sensibilidad de su pareja de entonces, Manuel Molina, recientemente fallecido.  Algunos dirían que es música desfasada, pero sigue gustando y fascinando a una nueva generación de aficionados más acostumbrados al tosco decir de un Torta o un Capullo.  

Sobre el telón de fondo se proyectan imágenes de programas antiguos de este mismo festival, y de los más queridos artistas flamencos desaparecidos.  El presentador Pepe Marín, en su vena más poética, habla de Juan de la Plata, uno de los mayores responsables de la primera Fiesta de la Bulería hace casi medio siglo.

A continuación, el obligado cuadro de los veteranos, este año todos hombres representando las grandes sagas de Jerez, el hilo sinfín que mantiene la marcha de la máquina flamenca. Una docena bien despachá de personas cuyas edades rondaban los 75 años nos da una cuenta colectiva de casi mil años de vivencias en un solo escenario.

Remedios Amaya suscitó la mayor anticipación.  Muy querida en Jerez, deleitó a los que habían venido de lejos para verla, y a todos nosotros, con su voz metálica y dulce a la vez, sus tangos y bulerías de canción, y su baile canastera descalza.  Dedicó su actuación: «para la gloria de los genios que están en el cielo,  Moraíto, Torta,  Manuel, Paco,  Camarón y tantos otros».

La segunda parte del evento fue a cargo de la bailaora Manuela Carpio que se presentó con un nutrido atrás de buenas voces en el que se destacó el gran veterano Enrique el Extremeño, el joven maestro Miguel Lavi y la guitarra de Juan Diego.   Baile rancio, rítmico y racial nos dio Manuela por bulerías y por soleá, y los que resistieron el frío pudieron disfrutar del clásico fin de fiesta con la participación de todos los artistas.

 

 

 


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