XLIII Festival Internacional de Cante de las Minas. La Unión – Murcia. Historias de arte – CHANO LOB

 

XLIII
FESTIVAL INTERNACIONAL DEL CANTE DE LAS MINAS

«Historias de arte»
Matilde Coral, Chano Lobato, Juan Habichuela
Miguel Poveda & grupo con Sonia Poveda

La Unión, sábado
9 de agosto 2003

 

Noche de lujo para los amantes del
flamenco tradicional, con dos visiones bien distintas pero
no opuestas.

Doscientos
catorce años de vivencias reúnen Matilde Coral,
Chano Lobato y Juan Habichuela colectivamente y vienen más
a hacer gala de su veteranía que de su arte en sí.
Qué levante la mano el que se atrevería a negarles
el derecho a hacerlo, porque aparte de haber acumulado años,
que eso lo hace cualquiera sin esfuerzo, su época no
fue la de las estrellas fabricadas de la noche a la mañana
a golpe de contratos en el despacho de algún promotor,
sino que han vivido las condiciones más extremadas
cuando no existían los megasueldos de hoy día,
y han sido auténticos trabajadores en el flamenco.
Nunca mejor dicha la trillada frase «por el amor al arte».

 

 

Emociones… Chano Lobato & Matilde Coral

Entonces los realistas, los no románticos, los que
no se conmueven ante la imagen de la sevillana Matilde Coral
con la cara hecha un nudo para aguantar la emoción
que le brota cuando abraza a Chano después de que éste
le cante por las alegrías de su tierra, que se abstengan.
También desaconsejado tajantemente para los que no
disfrutan con el toque sabio, sólido y granadino de
Juan Habichuela, ni por descontado del baile del que fuera
bailaor en sus comienzos, hace más de medio siglo.

«Esto no es la catedral del cante como dicen…¡es
el mismísimo Vaticano!» Ese Chano con sus ocurrencias
gaditanas. Luego un verso dedicado a «Los 4 Juanes»,
famosos en Granada: Juan el Habichuela, Juan Maya Marote,
Juan el Ovejilla y Juanillo el Gitano. Chano canta por tangos
metiendo un fandango en el mismo compás cuando nadie
está mirando, y las cuerdas de la guitarra de Habichuela
dibujan recuerdos de las zambras donde tanto servicio han
prestado. «Este de aquí es capitán general
de la guitarra» explica Chano haciendo de portavoz y
señalando al Habichuela, el más discreto de
los tres, pero no menos a gusto a juzgar por la traviesa sonrisa
que luce.

Chano Lobato
Juan Habichuela
bailando

Luego se hablan de las rivalidades entre los pueblos del
flamenco, pero al final los años han unido a lo mejorcito
de Sevilla, Granada y Cádiz. «¡Bailamos,
cantamos y tocamos por prescripción médica!»
exclama doña Matilde, y mil quinientos feligreses se
ríen encantados con la espontaneidad del trío
que va intercalando anécdotas con cantecitos y bailecitos,
todo 'ito' porque ya no hay que competir con las figuras del
momento y el flamenco les sale con la misma naturalidad que
el aliento. Soleá, fandangos de Huelva, bulerías
con…¿qué?…con cartagenera clásica
por fiesta…»¡Es que estamos en La Unión,
prima!» le dice Chano a Matilde cuando ésta le
regaña. Tanguillos de Cádiz con colombiana insertada
nadie sabe cómo, fin de fiesta por bulería,
lágrimas, abrazos, aplausos sinceros y emocionados.
«Venimos a darles un poco de historia a la gente nueva»…di
que sí Matilde…

Descanso, y volvemos a tomar asiento en el presente con el
grupo del catalán Miguel Poveda. Pero el joven Poveda,
hace tiempo que ha aprendido bien la lección y su cante
está lleno de matices de tiempos pasados: Caracol,
Marchena, Aurelio, Talega, El Gloria…los clásicos
desfilan por sus experimentadas cuerdas vocales. Viene acompañado
de gente buena, notablemente su guitarrista habitual y paisano,
Juan Gómez 'Chicuelo', otro joven que siempre ha mirado
por encima del hombro hacia el pasado antes de asimilar las
llamadas 'nuevas tendencias' que sabe dosificar con inteligencia.

Poveda se presenta 'de primera comunión' vestido de
blanco deslumbrante. En una ocasión el jerezano cantaor
Luis el Zambo comentó que Miguel Poveda «dice
los cantes de Cádiz como los gaditanos, los de Jerez
como los jerezanos y los del levante como los levantinos»,
tamaño piropo para un catalán, y bastante acertado
como demostró el joven con las alegrías y cantiñas
con las que empezó. No obstante el cantaor es relativamente
poco conocido entre la afición andaluza, todo lo contrario
de La Unión donde la Lámpara Minera que se llevó
en 1993 con sólo veinte años fue una de las
más sonadas de la historia del festival.

Miguel Poveda
Sonia Poveda

«Toda mi actuación esta noche se la dedico al
maestro Pencho Cros que fue el que me enseñó
a cantar por mineras…tenía muchas ganas de volver
a estar en mi segundo pueblo que es La Unión»
anuncia Miguel, y no sabe a coba. Una serie de malagueñas
cantadas con extraordinaria sensibilidad y un ligero exceso
de gestos histriónicos que recuerdan a Caracol. Siguiriyas
con los 'cuarenta' principales, «a clavito y canela…»,
«mi hermana Alejandra…»…estudioso el muchacho,
pero tampoco se olvida de teñir los cantes con su propia
personalidad. Fandangos del Gloria entre otros, y una larga
serie de bulerías a palo seco, con empaque y flamencura.
«Era catalana y se llamaba Carmen…», el clásico
cuplé ligeramente, pícaramente modificado para
el caso.

Luego el ritmo decae notablemente con la bailaora Sonia Poveda,
hermana del cantaor con el que comparte una sorprendente semejanza
física. Ofrece un baile por taranto…correcto,
pero largo y académico como tanto se lleva actualmente.
El baile no se cuaja, pero la bailaora es indultada por el
público con aplausos educados, al parecer debido al
cariño que siente por su hermano.

La actuación se despide con un bis por bulería
a petición de los presentes con la participación
de los cantaores El Londro y Encarnita Anillo, y abandonamos
el mercado catedral para coger sitio delante de la escalinata
para el cante de Rocío Díaz y el toque de Pedro
Sierra. Y sólo vamos por el segundo día de actuaciones….

 

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Texto & Fotos:
Estela Zatania

Discografía del festival:






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