XLI Fiesta de la Bulería |
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Texto y fotos: Estela Zatania Cuatro décadas y contando… Había corrido la voz de que esta podría ser la última edición de la venerable Fiesta de la Bulería. A lo mejor por eso todo el mundo se ha esforzado para que saliera bien. A lo mejor por eso no había incidentes a pesar de las seis mil personas congregadas, el espectáculo empezó puntualmente y el Torta no defraudó. La idea de abrir con la compañía de Antonio el Pipa también funcionó. Una versión de su exitosa obra “De Tablao”, bastante adaptada para la ocasión, hizo que la plaza casi se llenara para la hora anunciada del comienzo, desalentó el ruidoso botellón que suele armarse en las gradas y deleitó a la multitud. Ni la Cornejo, ni la Ledesma, ni siquiera la tía Juana, sólo el vistoso baile de Antonio, el competente atrás y el chispeante cuerpo de baile…¿pa’ qué queremos más?
Elu de Jerez, estupenda a pesar de la presencia del violín y coro de voces que vio oportuno llevar. La Bulería no es lugar para estos refinamientos, ni la portentosa Elu necesita depender de ellos. De hecho, es una cantaora tan sobrada de poderío y pulmonería, que en escenarios más reducidos el producto suele resultar tan excesivo como una orquesta sinfónica en un piano bar. Con el acompañamiento de Pascual de Lorca y Miguel Salado interpretó tangos variados, bulería por soleá con mucho sabor y fandangos de pie y a’lante antes de terminar por bulerías. El Torta, con Juan Manuel Moneo a la guitarra, había venido, como comentó nuestro presentador y amigo José María Castaño, con más ganas que nunca, y cumplió. Fue recibido con una calurosa ovación antes de desplegar sus dotes por alegrías cantiñas, bulería por soleá, siguiriyas, tangos populares de canción y bulerías con toda la fuerza de su carismática personalidad.
A continuación, «Jerez Joven por Bulerías». El característico sonido orientaloide de la guitarra por bulerías ‘por medio’ no dio tregua durante cosa de una hora para un maratón festivo a cargo de José Carpio «Mijita», el Quini, Pedro de la Fragua, Luís de Pacote, Antonio Peña «El Tolo», Manuel de la Fragua, Davinia Jaén, Tamara de Tañé y Felipa la del Moreno, cada uno su numerito, con Miguel Salado y Pepe del Morao a la guitarra. La duración fue excesiva y la oferta repetitiva hasta para el público local que no suele saciarse de las bulerías. Se anunció a “una artista foránea” que resultó ser Esperanza Fernández. Así es Jerez, y hasta una trianera (Google dice que estamos a 67 minutos en coche) es un elemento exótico. La señora, vestida de amarillo, comenta que es la primera vez que canta en la Bulería. Con sus alegrías de Cádiz, siguiriyas, tangos de Triana y bulerías, y la excelente guitarra de Miguel Ángel Cortés, se ganó plenamente al exigente público. Apostando por lo seguro, la organización dejó al popularísimo Capullo de Jerez para el remate. Con la punzante guitarra de Manolito Jero, empezó alrededor de la socorrida mesa de tabanco, cantó por capulladas y dejó al entusiasmado público coreando “Apágame la luz” y “Son de lunares”, clausurando el eventazo a las 3.35 de la mañana.
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