Cante:
José Mercé, Pansequito, Mariana Cornejo, David
Sánchez “El Galli”. Guitarra: Moraíto,
Pascual de Lorca, Paco Iglesias, Agustín de la Chica.
Baile: Mercedes de Morón y su grupo.
Texto y fotos: Estela Zatania
Un excelente gazpacho y un pésimo sonido han caracterizado
el cuadragésimo aniversario del Gazpacho Andaluz de
Morón de la Frontera. Si cuando se celebró el
primer Gazpacho la amplificación espantosa en los festivales
era una constante, también lo solían ser las
emociones fuertes gracias a una amplia y variada plantilla
de intérpretes, la espontaneidad de los mismos y quizás
su mayor afición. Los aficionados hemos exigido la
profesionalidad, y se ha cumplido nuestro deseo aunque también
es posible que se haya perdido algo en el proceso y vemos
actuaciones casi siempre de una calidad aceptable de artistas
que cumplen, cobran y cogen la puerta. A estas alturas la
tradición de la fiesta después del trabajo es
poco más que una anécdota para la mayoría.
El hombre de El Puerto que fuera
en su día el único rival artístico de
Camarón de la Isla
Esta edición del venerable festival abrió con
un cantaor local pero profesional que a menudo interviene
con el grupo de Antonio Canales. David Sánchez el “Galli”
cantó por soleá con ecos de Joselero de Morón,
siguiriya con cabal, tangos con el violín de Bernardo
Parrilla y bulería de una gran variedad, todo con un
planteamiento plenamente contemporáneo. Le apoyaron
Paco Iglesias a la guitarra, la percusión de José
Carrasco (hermano de Manuela) y las palmas de Bobote.
En el año 2000 José Cortés “Pansequito”
cerró este mismo festival y un público cansado
y hastiado apenas hacía caso del hombre de El Puerto
que fuera en su día el único rival artístico
de Camarón de la Isla. En esta ocasión su paso
por el Gazpacho ha sido bastante más sonado y aprovechado.
El presentador abrió el apetito colectivo hablando
de su línea caracolera, su voz afillá, “esos
alargamientos”, “regusto y sangre”, un retrato
a grandes brochazos de la identidad cantaora de Pansequito.
Empezó con un amplio surtido de cantiñas, algunas
francamente exóticas, con mucho sabor y su inconfundible
sello. Por soleá cantó por Serneta y el Mellizo
de una manera más convencional que lo habitual en él,
posiblemente debido al no sentirse totalmente a gusto con
el guitarrista Pascual de Lorca que no tiene costumbre de
acompañarlo. Por taranto, dos letras con ritmo, y libre
el tercero para terminar con cartagenera, siempre con la dimensión
añadida de su voz tostada. Por bulerías nuevamente
lo hemos notado poco compenetrado con el tocaor en un palo
que domina plenamente. Para terminar, fandangos personales
y nunca mejor dicho, sin amplificación, su voz llegando
al último rincón recordando un tiempo cuando
se cantaba en las plazas de toros sin megafonía.
El cuadro local de Mercedes de Morón gozaba de dos
excelentes voces de fuera, la de Antonio Campos de Granada
y la de María Peña de Utrera además de
la autóctona del Moisés de Morón, cantaor
del grupo Son de la Frontera. A pesar de la mala amplificación
gozamos del aire de la guitarra moronense de Agustín
de la Chica respaldado por Paco Iglesias. La ausencia de amplificación
para los pies, ese invento que exigen los bailaores hoy en
día, hizo que Mercedes no pudiera mandar como quiso,
destacando cómo la tecnología transforma el
arte en sí.
Carisma, el infeccioso compás
gaditano y un sabor al más auténtico cante añejo
de su tierra.
Descanso seguido del homenaje a uno de los fundadores del
festival, y se presenta Mariana Cornejo cuyo repertorio y
decir son muy del gusto de los moronenses que tan cerca de
la sierra viven, donde el fandango, el cante de ida y vuelta
y las chuflas a lo Cornejo son especialmente apreciados. Si
no es una cantaora que levanta el vello, ofrece una personalidad
expansiva capaz de llenar cualquier espacio con su carisma,
el infeccioso compás gaditano y un sabor al más
auténtico cante añejo de su tierra. La señora
da las gracias al pueblo por el homenaje que le fue rendido
el mes pasado y redondea su intervención con “la
cantiña de la rosa y un poquito por alegrías”.
Aquí sí que luce espléndidamente Pascual
de Lorca, su guitarrista habitual.
Mercé y Moraíto, vestidos de pistacho y de
tomate respectivamente, deliciosos y nutritivos para el aficionado
con hambre de cante. Malagueña de Chacón y del
Mellizo, soleá, siguiriya, fandangos con el del Gloria,
y cómo no, bulerías para terminar. José
conoce la importancia de no abandonar el cante tradicional,
y estos hombres mantienen un nivel muy alto, difícil
de criticar aunque muchos lo hacen. La actuación supo
a poco, pero con buena voz y guitarra, compás y conocimientos,
sin trampa ni cartón, no han decepcionado y han sido
el perfecto colofón al Gazpacho Andaluz del 2006.
Más información:
XXXXIX
Gazpacho andaluz de Morón de la Frontera – 2005
XXXVI Gazpacho andaluz
de Morón de la Frontera – 2003
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José Mercé
«Lo que no se dá»
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Capullo de Jerez
'En Directo'
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