Salomé Pavón fue la encargada de abrir la
última jornada del Festival Flamenco Caja de Madrid.
La carrera como cantaora profesional de Salomé es corta,
pues comenzó a subirse a los escenarios hace pocos
años. Por ello compartir cartel con cantaores de la
nueva generación, que llevan curtiéndose mucho
tiempo en las tablas, como Mayte y Arcángel, era todo
un reto para ella. Ser descendiente de dos de las más
importantes dinastías flamencas como los Pavón
y los Caracol la avalan, pero también ejercen la presión
de tener que estar a la altura. Salomé se entregó
de lleno. Cantó tientos bajo la solemnidad del chelo
de Sebastián Fuenzaliza, rematándolos por tangos.
Recordando a su gente Salomé se atrevió con
la seguiriya. Cantó por soleá, animándose
a cantar a capela algunas letras. Por último hizo unas
sevillanas “muy flamenquitas” como ella misma
señaló y de nuevo se lanzo a cantar sin micro,
incluso la debla de su antepasado Tomas Pavón. Sin
duda Salomé arriesgó y es de admirar. Tiene
una voz suave, cálida, flamenca y canta con sencillez,
aunque tendrá que madurar más en algunos aspectos,
pero pasó la prueba para el público, que aplaudió
su tesón.
Arcángel fue el artista que más se extendió
en su repertorio, como expresó ante el público,
estaba a gusto. Comenzó cantando una canción
por bulerías.La tesitura de su voz es alta y se mantiene
ahí con aparente facilidad logrando en esos tonos una
gran variedad de matices.En la malagueña, muy bien
secundado por Miguel Ángel Cortés, se recreó
en algunos de sus tercios con poderío. Cantócon
soltura caña, seguiriyas, tangos. Las alegrías
resultaron cautivadoras por su variedad de tonos y de registros,
embelleciéndolas suavizando con esmero los cambios.
Para finalizar hizo su palo fuerte los fandangos de Huelva.
Mayte Martín, a pesar de que a mitad de su actuación
se excusó por estar muy acatarrada, cantó tan
bien como acostumbra. Quizás no pudo esforzarse lo
que es habitual en ella, pero siempre suenan a gloria: su
vidalita, sus malagueñas rematadas por abandolaos,
la seguiriya, el garrotín o la guajira. Su cante desprende
jondura, dulzura, candor. Ante los aplausos del público
el bis fue la canción por bulerías “Ten
cuidao” de su disco Querencia, un tema de enorme belleza.
