Resumen: XIII Festival de Jerez. Juan Diego, Ángel Muñoz, Adela Campallo 'Inspiración' Mª José Franco 'Bailando para mí'
XIII FESTIVAL DE JEREZ 2009 Juan Diego, Ángel Muñoz, Adela Campallo “Inspiración” |
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Texto: Estela Zatania / Fotos: Ana Palma Juan Diego “Inspiración” El joven guitarrista jerezano Juan Diego presentó un discreto pero digno espectáculo en el Teatro Villamarta el segundo día del Festival de Jerez 2009. Poco después de la Creación del mundo, cuando se empezó a bailar flamenco, quedó establecida una jerarquía de la división de poderes: el cantaor cantaba, y si alguno quisiera bailar, lo hacía en segundo plano mientras el guitarrista, en caso de que lo hubiera, venía detrás uniendo ambos, poniendo el acompañamiento apropiado para arropar sin estorbar. Luego, se inventó la compañía de baile para ajustarse al gusto del gran público, y los bailaores crearon complicadas coreografías que cantaores y guitarristas tuvieron que aprender a base de muchas horas de ensayo: de ahí, los términos “cantaor de atrás”, aquel que se dedica a cantar para el baile, y “concertista”, el guitarrista que se dedica a tocar en solitario. Hoy en día la guitarra está de moda, y ha adquirido un protagonismo que la coloca a la cabeza de la cadena. Los grandes concertistas actuales aderezan sus grabaciones y actuaciones con cante y baile, y el concepto de una obra que gira en torno a un guitarrista se está viendo cada vez más. Quizás, lo más destacable de “Inspiración”, como se llama este trabajo de Juan Diego, es el papel de la guitarra relativamente reducido; con consumadas figuras como Ángel Muñoz y Adela Campallo, el baile no es aderezo sino plato principal. Los cantaores Eva Durán y Londro, también defienden sendas personalidades con energía y entrega en este trabajo que se remite al flamenco clásico, gracias al buen gusto de Juan Diego. Seguiriya, soleá por bulería, tangos, alegrías, guajira, bulería, soleá… La guitarra de Juan Diego tiene un “decir” dulce, con armonía contemporánea, y siempre la búsqueda de la tonalidad redonda del instrumento. Una trompeta que pudo haber sido un desastre, aporta una interesante dimensión, y la guitarra acústica y percusión también son sabiamente administradas. Pero claro, cuando ese indefinible Tomasito se apodera del escenario con sus travesuras a compás, sálvese quién pueda, todo queda relegado a un segundo plano y todos los aplausos son para él. Finalmente, abandonas el teatro habiendo disfrutado de un buen espectáculo de flamenco variado, contemporáneo y de calidad. Mª José Franco “Bailando para mí” Baile: Mª José Franco, Juan Ogalla. Cante: Luis Moneo, José Anillo, Manuel López-Creo. Guitarra: Juan Manuel Moneo, Pedro Pimentel. Violín: Sophia Quarenghi. Percusión. Raúl Domínguez. Desde que la gaditana bailaora María José Franco se independizara de la compañía de Antonio el Pipa para formar compañía propia, es la segunda vez que llega al Festival de Jerez, a esta misma Sala la Compañía, con una obra que se podría calificar como ambiciosa. Gracias a una completísima preparación, además de los años que pasó al lado del Pipa, la Franco exhibe un exquisito saber estar, y una profesionalidad intachable. Lleva a un experimentado atrás, y es currante y luchadora como queda patente en el alto nivel técnico de sus pulidas coreografías, la atención hacia los detalles escenográficos, el vestuario y todo lo que rodea la presentación de una obra de esta naturaleza. Es hermosa y elegante de cara, y su figura de tallo largo parece creada ex profeso para el baile. Entonces ¿por qué, igual que pasó con la primera obra, la cosa no se cuaja? Los bailes se sienten como muy largos, no hay comunicación con los músicos, no hay carisma ni calor. El artista invitado, el admirable Juan Ogalla, casi se deja contagiar por la ausencia de comunicación, como si no quisiera superar a la protagonista, pero al final es incapaz de contener sus talentos y proporciona los mejores momentos del espectáculo, especialmente por bulerías a palo seco. Hacia el final, María José se suelta y se inspira brevemente, pero es demasiado poco y demasiado tarde. A mi parecer, esta bailaora se desenvuelve mejor fuera del contexto de una obra, como la hemos visto en el Baluarte de su tierra el año pasado donde emocionó a dos mil aficionados exigentes, incluida la que escribe.
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