Resumen: XIII Festival de Jerez Jesús Aguilera 'Momentos flamencos' Antonio Márquez 'Antonio' PEPE HABICHUELA Y DAVE HOLLAND
Jesús Aguilera “Momentos flamencos” |
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Fotos: Ana Palma Jesús Aguilera “Momentos flamencos” Texto: Estela Zatania Baile: Jesús Aguilera. Cante. Juan José Amador, padre e hijo. Guitarra: Pedro Sierra. Percusión: Antonio Montiel. El sonido grabado de una saeta en la calle, y de debajo de una mesa cubierta de terciopelo sale el bailaor, cual costalero que vuelca la mesa para taconear encima del interior de la misma. Jesús Aguilera de Alcalá de Guadaíra quiso presentar el baile flamenco sin rebuscamientos, pero no fue capaz de resistir un poco de teatro, y de haber seguido el hilo, igual hubiera dado mejor resultado. Pero el resto del espectáculo mantiene un tono muy igualado a través de taranto y tangos, soleá, alegrías, martinete y siguiriya: oscuridad, farruquismo y mucho taconeo. Hacia el final, una mujer vestida de bailaora, o pudo ser una bailaora de verdad, no se sabe, aparece muy brevemente en un espléndido vestido de lamé de oro y blonda antigua. Además de impresionar, promete un cambio de ambientación, pero después de un minuto o dos de braceo sutil, se retira sin que se ofrezca pista alguna del motivo de su presencia. Jesús Aguilera, que viste traje y corbata para bailar – todo un nuevo look que francamente no desagrada – es un bailaor interesante, no cabe duda, pero como el zapatero que no se limitó a sus zapatos, no ha sabido montar un espectáculo coherente, aunque comprendemos el coste que supone contratar a director, coreógrafo, luminotécnico, etc… Pero precisamente por eso, tenía que haberse limitado a una presentación más sencilla, cosa que hubiera dado un resultado seguro gracias al buen cante de Juan José Amador, y la brillantez de la guitarra del maestro Pedro Sierra. Restando todavía más coherencia, pero agregando vida y “ange” a toneladas, al final aparece un pequeño ejército interprovincial (Cádiz y Sevilla) de caras conocidas. Incluso en la oscuridad pude distinguir a Lorenzo Gálvez “Ripol”, Javier Heredia, Bo o Luis Peña entre la multitud. La fiesta llegó para rescatar el espectáculo aburribundo de un prometedor joven bailaor. Antonio Márquez “Antonio” Baile: Antonio Márquez, Paco Romero (colaboración especial). Cuerpo de baile: Trinidad Artiguez, David Sanchez, Daniel Fernández, Javier Sánchez, Joana Flores, Rocío Chacón, Carmen Alférez, Merche Recio, Verónica Soriano, Francesco Bucchi, Juan F. González, Víctor Rodríguez. Cante: Daniel Fernández. Guitarra: David Durán. Percusión: Rafael Hermoso «Poti». Voz: Francisco Valladares.Guión: Eva Leiva. Música: Salvador Barcarisse, Isaac Albéniz, Padre Soler, Juan Vert, Eduardo Lalo, Reveriano Soutullo. Texto: Estela Zatania Pura nostalgia la noche de viernes en el Villamarta. El nivel de la producción no estaba a la altura de la última aparición de Antonio Márquez en el escenario del Villamarta en el 2005 cuando la presentación ganó el premio de la Cátedra de Flamencología al mejor espectáculo del festival. Pero la magnitud de las intenciones prácticamente se ha sostenido sola. Antonio Ruiz Soler, el Gran Antonio, Antonio el Bailarín o El Chavalillo – el tamaño de su personalidad ha requerido más apodos de lo normal – ha impactado con tanta fuerza en el baile flamenco y la danza española, que a estas alturas, un joven ve las coreografías y dice “pero si es lo de siempre, no hay nada novedoso”. Claro. Hoy en día ningún bailaor ni bailarín español puede negar la influencia de Antonio, porque creó una estética que ha entrado a formar parte del ADN de la cultura española. A lo largo de un dilatado programa, algunos de los hitos coreográficos de Antonio están recreados con mayor o menor eficacia, pero es el veterano maestro Paco Romero, que había formado parte de la compañía del legendario bailaor y siempre ha lucido sus maneras, que da coherencia y pone el punto más emotivo, dirigiendo un ensayo, recordando coreografías, bailando… Hay un informal hilo biográfico. Aunque no acabas de sentir la importancia de la persona de Rosario (Florencia Pérez), la otra mitad de Los Chavalillos, una colaboración artística que duró 22 años, sí quedan representados los primeros años en Sevilla, la estancia en Nueva York, ensayos, clases… La parte flamenca se desarrolla poco; lo que más cunde es el tanguillo con el cante grabado de Chano Lobato que dio la vuelta al mundo con Antonio, pero lucen más “Triana”, “Antonio el Camborio”, “Asturias” o el “Zapateado” de Sarasate. Echas de menos la “Farruca del Molinero” y el “Amor brujo” en general, y apenas sientes el martinete, bailado por primera vez por el protagonista, quedando registrado en 1952 en la película Duende y misterio del flamenco de Edgar Neville. Para algunos ha sido una producción excesivamente sensiblera, pero para nosotros de cierta edad, fue un merecido homenaje a una de las figuras más grandes de la historia del baile y de la danza española. PEPE HABICHUELA Y DAVE HOLLAND Guitarra: Pepe Habichuela; Contrabajo: Dave Holland, Segunda guitarra: José Miguel Carmona; Tercera guitarra: Carlos Carmona; Percusión: Piraña y Juan Carmona. Texto: Manuel Moraga Los amantes de la buena música gozaron con esta formación encabezada por dos veteranos maestros, Dave Hollan y Pepe Habichuela. Es curioso cómo las distintas propuestas atraen a públicos diferentes: anoche cerrabas los ojos en Los Apóstoles y era el inglés y el alemán los idiomas más escuchados entre las mesas. Mucho más que el castellano o el japonés. Y la media de edad resultaba más bien alta. Tardaron un poco los músicos en sentirse a gusto en el escenario, mientras el sonido de monitores se iba corrigiendo. No debe ser fácil tampoco sonorizar bien tantos instrumentos en un escenario tan reducido. Pepe Habichuela abrió por soleá con ese toque clásico, grave y bonito que le caracteriza. A continuación dúo entre Dave Holland y Pepe Habichuela en tarantos llenos de emoción: el contrabajista suplía al cante y el Habichuela le acompañaba. Siguió el británico en solitario dejando patente su talento jazzístico. No en vano, Holland ha trabajado con grandes nombres como Pat Metheny, Herbie Hancock, Anthony Braxton, John Scofield o Jack DeJohnette. Siguiriyas repletas de ideas y con una rítmica implacable y rica, fandangos de Huelva profundos, tangos, bulerías, rumba, las piezas del repertorio Habichuela se fueron sucediendo y el calor entre la banda fue en aumento. Disfrutaban unos con otros y el público disfrutaba con todos ellos. Como diría aquél: bravo por la música. Especial XIII Festival de Jerez 2009 – Reseñas / Previos / Noticias / Fotos |