Resumen: XIII Festival de Jerez. Eva Yerbabuena 'Lluvia' / Moraíto 'Homenaje a La Paquera de Jerez'
XIII FESTIVAL DE JEREZ 2009 Eva Yerbabuena “Lluvia” |
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Texto: Estela Zatania / Fotos: Ana Palma Eva Yerbabuena Ballet Flamenco “Lluvia” El decimotercer Festival de Jerez, con sus 59 espectáculos y 38 cursos, arrancó anoche con el estreno mundial de la obra “Lluvia” de Eva Yerbabuena. En la presentación de la obra el día anterior, la señora comentó “sé que hay gente que me quiere, y gente que no me quiere”. Pero hay un tercer grupo, el más numeroso diría yo: los que queremos y admiramos a Yerbabuena, pero que no disfrutamos del desfasado baile “contemporáneo” con el que suele llenar la primera mitad de sus obras. Hemos aprendido a tomarlo como el precio de admisión a la grandeza bailaora que inevitablemente llega al final. Se podría hablar de un género independiente,“baile contemporáneo español”, compuesto por pantomima, desfallecimientos y gestos del cine mudo, en un contexto salpicado de elementos españoles. En términos generales, es un planteamiento que convence poco, agravado por una escenografía trillada: la calle oscura, el baúl, la mesa, la socorrida voz en off… Los aplausos reservados confirman estas impresiones. Es una oferta depresiva y plana, y no es que en el flamenco no haya lugar para la pena, sino que la pena flamenca duele bien, es un dolor rebosante de vida y energía, un desafío a las leyes naturales. Pero cuando la compañía descompone y repone sillas y micrófonos en un frenesí de movimiento que resulta francamente divertido, dejando el clásico semicírculo de un cuadro flamenco, el estirado ambiente se empapa de flamencura, y todo lo anterior se perdona. Hay luz y color, hay compás, la hermosa música de Paco Jarana luce bien, el buen cante de Enrique el Extremeño, Pepe de Pura y Jeromo Segura, y muchos toques de humor. Tanguillo de Cádiz, un baile que se ha aprovechado muy poco, anoche encontró su lenguaje en la excelente coreografía de Eva Yerbabuena, que lo dotó de sensualidad caribeña gaditana, y un aroma a antiguo. Ahora son aplausos espontáneos, estruendosos, emocionados. Alegrías con los cantaores turnándose, y otra vez el flamenco clásico marca un tanto. La soleá. No es que Eva baile bien por soleá, que lo hace. Es que aquí se entrega a las formas desarrolladas por incontables maestros anteriores, décadas de evolución paulatina, la bata de cola, el compás tan cómodo como unas zapatillas viejas. Aquí Eva Yerbabuena no tiene más que llenar el recipiente de su extraordinario talento, cosa que hace tan sublimemente, que ni la pincelada de Miguel Poveda, tan querido en Jerez, cantando “Se rompió el amor” puede borrar la intensidad de la experiencia. Moraíto “Homenaje a la Paquera” Jerez es la única tierra del flamenco donde sus artistas son profetas, y Manuel Moreno Junquera, “Moraíto”, es uno de ellos. A través de mente y manos, su guitarra despacha el elixir “aire jerezano” que mueve la maquinaria flamenca de esta ciudad donde todavía circulan los espectros de grandes figuras de un pasado glorioso y reciente. Figuras por ejemplo como La Paquera, cantaora de la Plazuela que el hombre de Santiago ha querido homenajear con este recital. El compás sin miramientos, esa banda infinita de pulsaciones que es la fuerza motriz del flamenco. Siguiriyas sólidas con falsetas tradicionales y originales, terminando en escala mayor para evocar la siguiriya cabal. Llegan los cuatro palmeros, y una introducción bella, fantasiosa, da la entrada a una soleá clásica. Bulerías, sentidas y auténticas, y la cara de Moraíto se ilumina. El cantaor Jesús Méndez, sobrino de la Paquera, se presenta para soleá por bulería con versos originales de Moraíto compuestos para la ocasión. “Ali ali ali anda”, pero el decir llano del joven recuerda poco al portento de la irrepetible tía Paca. Violín, bajo y percusión, bulerías en distintas posturas y escalas, y no suenan a repe gracias a la creatividad y musicalidad del intérprete. Otra vez Miguel Poveda de artista invitado para interpretar una canción por bulería en escala menor que cantaba La Paquera. El recital se cierra con los tangos “Rocayisa”, ya todo un clásico, y todo desemboca y el inevitable fin de fiesta de una fiesta que no tiene fin.
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