XIII Bienal del Flamenco de Sevilla. 'Piano con duende' Pedro Ricardo Miño

 
“Piano con duende”
Pedro Ricardo Miño

Domingo , 26 de septiembre, 2004. 21:00h.
Teatro Central, Sevilla

 

 

EL seguimiento diario
de la Bienal de Flamenco es patrocinado por:

Texto : Kiko Valle

Piano: Pedro Ricardo Miño.
Cante; artistas invitados: Fernando Terremoto y Segundo Falcón.
Percusión: Juan Ruíz y José Carrasco.
Palmas: Bobote y “El Eléctrico”
Saxo: Rafael Garcés.

El Duende y el Piano.

Poco más de medio aforo para presentar su primera
obra. Algo más que una reunión de amigos. Pero se
intuía la complicidad. Sobraron las presentaciones. El aplauso
de bienvenida era cálido. Las tablas del Central se vistieron
de gala para recibir al jovencísimo artista. Flamenco por
los cuatro costados. Nada de ojana. Lo lleva en la sangre y le brota
hasta por el brillo de los ojos, que se adivinaban entre la luz
tenue que recogía la timidez necesaria para una entrega.
El silencio buscado es la musa y quién sabe qué hay
en su cabeza, en el corazón, pero lo cedió en cada
nota del pentagrama, como si cada instante fuera el último
en que su piano pudiera sonar.

El taranto. La inspiración se adueña de sus pulsaciones
y su toque parece tan asumido como el respirar. No suena el ensayo
sino la dedicación, la sensibilidad derramándose por
blancas y negras. Se mete por soleá en la “Taberna
del Altozano” y teje uno de los mejores momentos de la noche.
Profundo, delicado, dramático… se pierde por melodías
cantadas que reproduce con el piano, llenándolas de “fraseos”
con aires trianeros. Si es que hasta las carnes duelen cuando habla
el piano de Pedro Ricardo.

Le mete mano a la caja de resonancia y hace compás. Percusión
por alegrías. Para el “Tío Beni”. La gracia
se paró anoche en Sevilla y se encontró con el piano.
Y no le faltaron las escobillas. Fernando Terremoto entra después
y le dan la salía por malagueñas: tremendo, precioso.
Se contagia el cantaor de la sonoridad del instrumento y su eco
se alarga. El sosiego hace el cante menos brillante aunque lleno
de matices descubiertos. Pedro Ricardo le escucha y el acompañamiento
no es egoísta: le deja su sitio y queda en segundo plano,
aunque inevitablemente, por peculiar, por el protagonismo que en
esta noche posee y por la calidad de su toque, destacó igualmente.

Por seguiriyas interpreta un tema “A la memoria del Niño
Ricardo”, donde intercala con maestría y con gusto
algunas falsetas de la guitarra del gran tocaor. ¡Qué
bien suena! Y es que en un panorama donde todo vale y el flamenco
viene siempre de la mano de otras músicas, como si no supiera
andar solo, se agradece encontrar a pianistas, tocaores, cantaores…
que se busquen y recuerden, que ahonden en la flamenquería
que tan inagotable es y que a muchos hoy les parece una fuente seca
o de la que hay que escapar un poco por el tedio de la repetición.
Más bien será porque los recursos de algunos son limitados
o no consiguen llegar a las entrañas de ese flamenco menos
heterodoxo y vanguardista que tanto se lleva. Y Pedro Ricardo sabe
andar por terrenos nuevos creando, pero a dosis calibradas. Suena
flamenco, se escucha el diálogo, “la letra” y,
aunque a veces parece imitar a la guitarra, cosa que de la forma
que lo hace es más una virtud que un “defecto”,
sigue embrujando el alma con eso que parece de siempre, aunque sea
nuevo. El piano de Pedro Ricardo sabe a viejo, a Triana, a soleá,
a lamento, a juergas, tristezas, recuerdos…

Y se sale por bulerías. Le faltan tiempos y teclas en el
piano. Un ritmo trepidante, asombroso: está sembrao. Toca
limpio, con fuerza. Entran ganas de bailar, de cantarse unas letritas.
Luego Segundo Falcón por fandangos sube y baja jugando con
la voz como le viene en gana, con buen gusto, con pellizco y perfectamente
compenetrado con el piano, que lo acompaña sumiso y generoso.
Los tanguillos de “Casa el Manteca” y el final por tangos
abrochan la actuación. Saxo, palmas, contrabajo, cante, percusión…
El Duende y el Piano. La ovación, el bis.

 

 

Productos relacionados:

Piano con duende
Pedro Ricardo Miño
   
 



Salir de la versión móvil