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EL seguimiento diario de la Bienal de Flamenco es patrocinado por: |
Guitarra: Tomatito. Voz: Mari Ángeles Fernández.
Bajo, voz y mandola: Diego Amador. Percusión: Lucky Losada.
Violín: Bernardo Parrilla. Guitarra y mandolín: El
Paquete. Arreglos orquestales de Joan Albert Amargós y Enric
Palomar.
Hace poco, en la ocasión de la presentación
de la nueva grabación de Paco de Lucía, Tomatito declaró
“Paco es Dios”, una referencia a la universalidad que
había encontrado en el maestro de Algeciras y que quedó
formalizada con la reciente concesión del premio Príncipe
de Asturias a éste. Con la ascensión de Paco a figurón
mundial de la guitarra (cosa que había sido durante años
para la mayoría de la afición flamenca), llega su
mayor protegido y admirador para ocupar el sitio que dejó
vacío, el de genio de a pie, maestro en ascendencia.
“Sonanta Suite” es un proyecto de gran envergadura
para el almeriense que ostenta un currículum impresionante
a sus bien llevados 46 años. Con 12 años llegó
a Málaga donde tuvo la oportunidad de intercambiar material
de Paco de Lucía con un aficionado local, e incluso realizar
experimentos con el sitar cuando este instrumento aún no
se había empleado en el flamenco. Esas semillas, combinadas
con su natural inquietud y los espléndidos conocimientos
que ya llevaba consigo desde Almería se cuajaron acertada
y espléndidamente en un guitarrista excepcional, primero
de acompañamiento, y después, debido a la pérdida
de su Camarón, de concierto.
Tomatito -Foto: Rafael Manjavacas
La noche del 6 de septiembre dentro del marco de la Bienal de Flamenco
de Sevilla Tomatito se sentó con su guitarra en el escenario
del Teatro de la Maestranza. Treinta o cuarenta sillas vacías
tras él auguraban cosas importantes a punto de acontecer.
La primera parte fue dedicada al trabajo en solitario y con su sexteto.
Taranta, tangos, minera, soleá, rumba y una brillante bulería
con guiño inconfundible hacia Sabicas en toda la parte final
en tono menor.
El legado de Paco de Lucía, los tonos limpios, la técnica
depurada más allá de lo que se creía posible
hace tan sólo unas décadas, compás creativo
que no se hace pescar sino que siempre está en la superficie…todo
esto hace que el toque de Tomatito sea de lo más elevado
en el flamenco hoy en día.
La voz dulce, joven y gitana de Mari Ángeles Fernández,
hija de Tomatito, decora la música con absoluta certeza.
Fue Vicente Amigo que popularizó la costumbre de emplear
la voz humana para acompañar el toque en lugar de la situación
inversa, y se ha convertido en una dimensión nueva a explorar.
El polifacético Diego Amador cambia de instrumento con cada
tema…”tema”, esa palabra que tanto le extrañaba
y finalmente molestaba a Juan Maya ‘Marote’ porque indica
música escrita y perfeccionada, pero precisamente de eso
se trata, y no podemos juzgarla como flamenco tradicional porque
sería injusto y absurdo.
La segunda parte insiste aún más en esta elevación
del flamenco al ámbito de la música culta con los
arreglos de Joan Albert Amargós y la colaboración
de la Orquesta Sinfónica de Cádiz. Causa impresión,
no cabe duda, observar como treinta o más músicas
van dando la vuelta a sendas partituras para acompañar la
soleá, taranta o alegrías de Tomatito – es quizás
el desenlace final e inevitable de la apertura musical del flamenco
inaugurada por Paco de Lucía.
Texto: Estela
Zatania
“Músicas y Pasos
de Pasión”
José Luis Ortiz Nuevo
Banda Municipal y Cuadrilla de Costaleros de Sevilla
Agrupación Musical de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla
Capilla Musical de Carmona
Escuela de Saetas de Marchena
Incensarios de Loja
Saeteros: El Sacri, Rocío Díaz y Diego Clavel
Huele a incienso en septiembre.
Primera chicotá de los gitanos. La Bienal pone
la carrera: el patio del Conservatorio Superior de Música.
¡Ole los valientes! ¡A pulso aliviao! “Pasan los
Campanilleros” ; los costaleros a compás. Despacito,
saboreando en la trabajadera cada nota de la Banda Municipal. En
Sevilla huele a incienso en septiembre. Se ilumina la noche con
la luz de unas velas. Tiembla la brisa con el crujir de la madera
del Paso de Cristo de la Hermandad de Veracruz. Una voz joven sale
desde una ventana y pesa el aire.
¿Flamenco y Músicas de Pasión? ¿Un
acierto de la Bienal? Para muchos suena a guasa, otros se lo han
tomado muy en serio. José Luis Ortiz Nuevo ha organizado
un espectáculo coherente y no tan fuera de lugar: yo diría
que en su sitio. Se reivindica la apreciación de la saeta
como un palo más del flamenco cuando llega su semana, después
todos se olvidan. Tal como se canta hoy, claro está. Porque
en “Músicas y Pasos de Pasión” se hace
un recorrido por las diferentes saetas que se han cantado hasta
llegar a nuestros días, destacando algunas variantes peculiares
como las de Archidona, Carmona, Loja, Marchena, Puebla de Cazalla
y Sevilla.
La Escuela de Saetas de Marchena nos brinda de la mano de sus
alumnos una representación exquisita de los orígenes,
la trayectoria y la evolución de la saeta. Alternándose
en unos púlpitos colocados a ambos lados del pasillo por
el que discurría la “procesión”, fueron
cantando las cuartas, las quintas, marcheneras… hasta dar paso
a Rocío Díaz, Diego Clavel y El Sacri – este último
fue sin duda el que supo herir – que intercalaron sus rezos cantados
entre marchas y pasitos cortos de los costaleros. ¡Vamos a
trabajá con el corazón! Marcando en el sitio, dejándose
el alma en cada losa. Las justificaciones de la inclusión
de este espectáculo creo que sobran
Incensarios de Loja y su “ronda” de saetas: demasiado
extenso y pesado. Uno tras otro, haciendo cada uno un tercio y ligando
letras y letras hasta aburrir al respetable que, cuando aplaudió
me parecía a mí intuir que lo hacían porque
acabó ese episodio. Quizás hubo alguna marcha de sobra
también, pero poco más. Formidable: un ocho para el
cajón de los votos. Y yo que pensaba que era para elegir
directiva… O para pedir silla en La Campana.
Texto: Kiko Valle
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