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EL seguimiento diario de la Bienal de Flamenco es patrocinado por: |
Texto : Estela Zatania
Baile: Israel Galván, Pastora Galván. Cante:
Chano Lobato, Juan José Amador, Encarna Anillo Guitarra:
Manolo Franco, Alfredo Lago, Eduardo Rebollar. Cajón: Antonio
Barrull. Piano: Pedro Ricardo Miño Sal Marina. Obreros: Manuel
Asencio Padilla, Manuel Acosta Sánchez, Casimiro Sánchez
Franco, Manuel Sánchez Domínguez “Perlo de Triana”.
Dirección y presentación: José Luis Ortiz Nuevo.
Esta vez ni tragedias griegas, ni despampanantes producciones
tipo Hollywood…ni siquiera Lorca. La noche de jueves 7 de octubre,
la Bienal de Flamenco de Sevilla nos trajo una desenfadada presentación
de retales sevillanos, algunos nostálgicos, otros actuales,
una orgía de sevillanismo de la mano de José Luis
Ortiz Nuevo, fundador y primer director de la Bienal.
Ortiz Nuevo ambienta la velada leyendo frases sueltas del periódico
del día, incluyendo noticias de sus propias declaraciones
a la prensa aquella mañana acerca del espectáculo
a punto de comenzar, y ya sabemos que se trata de pasarlo bien,
sin mensajes sociopolíticos ni confusas pretensiones artísticas.
Dieciocho numeritos independientes, todo hilvanado con la temática
de Sevilla. La voz e imagen de Pepe Marchena cantando y recitando
es acompañada por el bailaor más vanguardista del
momento, Israel Galván, y la divertida combinación
de pasado y futuro es una celebración de la amplitud del
flamenco. Una saeta de la Niña de los Peines es interpretada
por la gaditana Encarna Anillo, y Manolo Franco, primer ganador
en 1984 del Giraldillo del toque de la Bienal, toca una composición
de Rafael Riqueni mientras que unos obreros en andamios montan el
portal de la feria de Sevilla.
Una orgia de sevillanismo…una velada
amena, encantadora y auténtica
Las sevillanas no podían faltar, y el grupo Sal Marina interpreta
algunas que han hecho clásicas. El cambio es brusco cuando
la voz de Juan José Amador canta del barrio de Triana donde
ya no hay pluma ni tintero, o de la plaza del Altozano, tonás
antiguas, seguidas del sabor característico de soleá
de Triana.
Pastora Galván, una de las bailaoras jóvenes más
interesantes del momento, hace de Carmen, la de Mérimée
y Bizet, al piano de Pedro Ricardo Miño. Después del
descanso, la fiesta sigue y hasta los tanguillos de Cádiz
son sevillanos esta noche. Ortiz Nuevo lee una reseña del
24 de mayo de 1885 acerca del éxito de un grupo de chirigotas
presentado en Sevilla, y Chano Lobato nos canta los clásicos
tanguillos de Sevilla “la más bonita del mundo entero”
con la guitarra de Eduardo Rebollar.
Los curiosos tangos del Titi, el de Triana, que introduce tonos
en menor y mayor poco típicos en los tangos flamencos convencionales,
reúne los talentos de Israel y Pastora Galván con
el cante de Encarna Anillo y el toque de Alfredo Lago. Seguiriyas
de Triana con Juan José Amador y más sevillanas, esta
vez con baile, de Sal Marina incluyendo “Sevilla tuvo una
niña” del querido y añorado Pali. Quizás
el momento más memorable de la noche, si no de toda la Bienal,
ha sido las sevillanas que bailaba Israel Galván con su hermana.
Nunca se ha visto bailar sevillanas así, ni se verá,
ni se puede describir, inspiración puramente galvánica,
genial, divertidísima, el público enloquece…bailaores
buenos hay muchos, pero Israel es único, en el sentido más
literal de la palabra.
Para el fin de fiesta con todos los artistas en escena Encarna
Anillo canta “Yo me quedo en Sevilla” de Pata Negra
con el acompañamiento de Pedro Ricardo Miño, y así
acaba una velada amena, encantadora y auténtica.