|
EL seguimiento diario de la Bienal de Flamenco es patrocinado por: |
Baile: Charo Cala, El Junco, Juan Carlos Cardoso. Cante: Juan
José Amador, Enrique Soto, Inmaculada Rivero. Guitarra: Salvador
Gutiérrez, Fernando María. Percusión: Tete
Peña, Roque. Contrabajo: Amadeo. Viola: Tamara Cuerda. Vientos:
R. Mustelier.
Cuando los aficionados todavía están comentando
la apoteósica y algo polémica actuación del
maestro Paco de Lucía, la Bienal de Flamenco de Sevilla sigue
ofreciendo una amplísima variedad de espectáculos.
Difícilmente se pega una etiqueta a la obra de la bailaora
Charo Cala, “Para las seis cuerdas”, presentada la noche
de jueves en el Teatro Central, lugar reservado para recibir las
propuestas más vanguardistas o novedosas.
Sueños, impresiones y pura nostalgia
de un tiempo pasado que fue mejor
Charo es hija del tocaor José Cala “El Poeta”,
un nombre que significa mucho para los de la generación anterior,
y poco para la actual. El Poeta fue figura de la guitarra de acompañamiento,
estrella de los festivales de los años setenta y guitarrista
habitual de Naranjito de Triana hasta el año 1984 cuando
cayó enfermo, y no ha vuelto a tocar en público desde
entonces. Entonces “Para las seis cuerdas” es un homenaje
que le ofrece la hija al padre, una obra que lleva dos años
preparándose cariñosamente, y donde se establece un
formato seudobiográfico con elementos teatrales como la voz
en off de la bailaora narrando recuerdos que oscilan entre sueños,
impresiones y pura nostalgia de un tiempo pasado que fue mejor.
Es necesario asimilar este telón de fondo para entrar en
el juego y hacer caso omiso del baile poco notable de Charo Cala.
La estrella de la obra no es ella, porque le queda grande ese papel,
ni siquiera es el sorprendente y original bailaor El Junco, ambos
veteranos de la compañía de Cristina Hoyos que acudió
al estreno. La estrella es la obra en sí, que sin ser un
gran acontecimiento teatral, sí logra cautivar con su sinceridad,
frescura y una hábil mezcla de elementos dispares como las
maletitas transparentes que representan los frecuentes viajes del
padre (“la casa está llena de maletas de todo tipo”
informa la voz) que contienen las típicas muñequitas
de bailaora y barquitos que decoran uno de los números, o
la habanera que baila la Cala.
Flamenco de toda la vida desde otra
perspectiva
Es
una obra basada en el flamenco, no el flamenco metido con calzador
en un concepto teatral como vemos con demasiada frecuencia con tal
de jactarse de un “gran estreno mundial”. Se hace uso
de silencios e imágenes evocativas rehuyéndose del
efectismo para crear un ambiente de flamenco soñado. La habanera
es cantada y bailada como tangos con sabor tropical, el espectacular
baile del Junco por soleá empieza cuando una maleta se convierte
en minitablao al ser tumbado por el bailaor. Siguiriyas, cantes
de trilla, tientos, bulerías…un programa de flamenco de
toda la vida desde otra perspectiva.
Artísticamente lo más notable son las tres voces
de lujo, Juan José Amador, Enrique Soto e Inmaculada Rivero
que prestan mucha credibilidad a una propuesta arriesgada. Para
el discreto fin de fiesta la bailaora se atreve a salir vestida
de colorines y lunares con una flor en el pelo, una imagen folclórica
en el mejor sentido de la palabra y que se echa de menos en la época
actual de tanta obra oscura y negra que sólo logra comunicar
frialdad.
Foto de José Cala:
“Diccionario enciclopédico ilustrado del flamenco”.
José Blas Vega y Manuel Ríos Ruíz
Texto: Estela
Zatania