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EL seguimiento diario de la Bienal de Flamenco es patrocinado por: |
Baile: Mara Martínez, Fuensanta ‘La Moneta’,
Belén Mora, Encarna López, Nani Paños, Alvaro
Paños, Daniel Navarro, Pedro Córdoba. Guitarra: Ricardo
Rivera, Keko Baldomero. Cante: David Palomar, Antonio Campos, Sabrina
Romero. Piano: Sergio Monroy. Bajo, contrabajo: Alejandro Benítez.
Percusión: Sabrina Romero, Isaac Vigera.
Es una señal de cómo han cambiado los tiempos
cuando una música considerada paralela al flamenco hace treinta
años, ahora ocupa un lugar de honor en la Bienal de Flamenco
de Sevilla. El movimiento del flamenco rock que nació en
la década de los setenta fue a su vez una vertiente de la
apertura iniciada por Paco de Lucía y Camarón de la
Isla y la movida hippie mundial que define la época. Aunque
el grupo Alameda con una orientación algo más flamenca
fue el primero en darse a conocer a gran escala, la primera grabación
de Triana salió al mercado cuatro años antes que el
trabajo de aquél, por lo que Triana es considerado el progenitor
del flamenco rock.
Javier Latorre
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Cuando la extraordinaria popularidad del grupo empezaba a decaer,
muere en accidente de tráfico Jesús de la Rosa, cantante,
compositor y líder indiscutible del grupo: la leyenda estaba
garantizada. Del culto de personalidad que ahora lo rodea nace este
novedoso proyecto concebido por Javier Latorre con la colaboración
de Luis Clemente.
Habiéndonos ubicado históricamente, podemos comentar
la obra en sí. El asunto más notable es la coreografía
de Javier Latorre que mete en segundo plano las composiciones instrumentales
y vocales de Triana aunque ciertamente, algunos grupos de baile
flamenco de la época emplearon temas puntuales, tanto de
Triana como de Alameda, para montar bailes de presentación,
siendo muy popular el que abre esta obra, “Abre la puerta
niña”, por otra parte emblemático de Triana.
Imágenes surrealistas, inquietantes
y debidamente psicodélicas para reflejar el ambiente de la
época
Entre
el cuerpo de baile inmediatamente se destaca la granadina Fuensanta
‘La Moneta’, la joven estrella que se está dando
a conocer por su temperamento, energía y proyección
aplastantemente flamenca. La calidad de su baile eclipsa a los compañeros
y la anodina y corta siguiriya con cante tradicional y contemporáneo
que luego baila en solitario nos deja preguntándonos el motivo
de desaprovechar tanto talento.
Un interesante trabajo audiovisual irrumpe tres o cuatro veces
con imágenes surrealistas, inquietantes y debidamente psicodélicas
para reflejar el ambiente de la época y sugerir el trágico
destino de Jesús de la Rosa. Los arreglos y el sonido de
la música en general recuerdan poco la música original
que nos parecía tan moderna en su día, pero al menos
una de las voces sí que nos trae el melancólico decir
del cantante fallecido.
El poco vestuario tiende a gris, escenografía no hay y por
descontado, siendo la moda actual, la iluminación es escasa,
como si así fuera más profunda la cosa. Las coreografías
quedan redondas si las miramos individualmente, pero en conjunto
no hay variedad…a lo mejor esta música no tenía
que haberse bailado. No obstante el bailaor Daniel Navarro alivia
la vista con su estilo original, y una farruca de los cuatro varones
logra fusionar el flamenco con el rock de manera convincente. La
escena final es un baile que simboliza la muerte de Jesús
de la Rosa con velas y un bailaor que cae sobre los brazos extendidos
de sus compañeros recordando una escena idéntica del
roquero Freddie Mercury. El respetable responde educada y discretamente
mientras que uno de los bailaores señala hacia el cielo para
recordarnos donde se encuentra el homenajeado de la obra.
Texto : Estela
Zatania
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