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Cante: Raúl Montesinos, toque: Manolo
Herrera; Cante: Jesús Heredia, toque:
Manolo Herrera; Cante: Melchora Ortega, toque:
Fernando Moreno, palmas: José Carlos Grilo Mateo, Manuel
Romero Guerrero. Cante: Juana la del Revuelo,
toque: Jimenez Silva «Martín Chico», palmas:
Martín Jiménez Jiménez, Carmen Jiménez.
Cante: Rancapino, toque: Fernando Moreno; Remedios
Amaya grupo; Presentador: Alfonso de Miguel
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La Bienal ha empezado.
Sevilla tiene este año dos primaveras. No huye el
verano. Se queda a celebrar el 25 aniversario de
la Bienal de Arte Flamenco que ya conmemorara José Luis Ortiz
Nuevo con su Pregón en las Reales Atarazanas hace unos meses,
arropado por las fragancias del tomillo y el romero. Luego “Más
Flamenco, Más Músicas” y “Más Jóvenes,
Más Flamenco” engalanaron el parque de las palomas
seduciendo cada noche y a cada noche con nuevos valores del arte
que nos gusta. Y en la Plaza de las Lanzas brota el primer quejío,
el rasgeo potente, el taconazo de salida de una Bienal esperada,
polémica entes de su consumación; también de
calidad, al menos la mayor parte de los espectáculos programados
y los artistas que intervienen, no exenta de críticas de
todo tipo. Y las que vendrán después.
¡La Bienal ha empezado, Sevilla!, ni Carmen la del autor
que se les antoje, ni Carmen la de mi barrio, aquella con la que
soñaba que algún día escuchara un fandango
que le había escrito y que nunca me atreví a cantarle
porque de los nervios me temblaban las rodillas, la ha podido parar.
Dejemos que otro año más inunde la capital de metales,
de quebrantos, de alegrías, de candela, de fatigas. Veinticinco
años tiene y parece que fue ayer.
Raúl Montesinos
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Tras una larga y pesada presentación de Alfonso de Miguel,
que quizás duró lo mismo que la intervención
de alguno de los cantaores que pisaron las tablas, abre por granaínas
Raúl Montesinos. Su cante fue sólo “correcto”.
Interpreta después varios estilos en la minera y se luce
un poco más que en el palo anterior. Terminó su pase
por seguiriyas sin dominar los tercios. Hace el cambio a cabales
y no remata bien el cante. Sin embargo, la guitarra del joven Manolo
Herrera vibró con soltura, limpia, siempre acompañando
al cante sin cobrar un protagonismo excesivo, pero haciéndose
notar cuando parecía “necesario”. El papel del
guitarrista cobra aquí más importancia que el del
cantaor, que en esta ocasión no estuvo a la altura.
Sigue al acompañamiento Manolo Herrera y es ahora Jesús
Heredia el cantaor al que aplaude el público. Mariana, liviana
y toná. Un repertorio poco habitual entre muchos artistas.
Jesús supo encandilar al respetable, que atendió los
vaivenes de la mariana y asistió a la llamada a la siega,
voces al campo, cantes de trilla… El martinete y la toná
grande sellan su actuación. La voz pellizcada y el recuerdo
en la garganta.
Melchora Ortega
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La jerezana Melchora Ortega templó por tientos bien acompasada,
después por seguiriya sentían sus carnes con cada
lamento: dramático el cante. Se fue descalza por bulerías
y recurre al manido efecto de retirarse del micro para cantar al
aire. Luego el descanso y Juana la del Revuelo entró por
tangos. Le acompañaba a la guitarra su hijo (Martín
chico) y a las palmas, entre otros, su marido, Martín Revuelo.
Unos fandangos a palo seco le desgarran la voz y con la bulería
teatralizada donde se hace un niño con el delantal y lo mece
en sus brazos mientras le canta vuelve a meterse al público
en el bolsillo. Lo mismo de siempre.
Y se tiznó el escenario. Rancapino da la salía por
malagueña, aliviado en principio. Pero después se
calienta en la soleá. Alcalá de los panaderos: los
estilos de Joaquín el de la Paula, el repertorio de Talega…
y después se acuerda de Utrera para terminar el palo. Con
un empaque incontestable nos mantuvo compungidos ante semejante
derroche de sentimiento. Dijo adiós por alegrías.
Remedios Amaya
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Presentada por Alfonso de Miguel como “Una gitana muy gitana
y que además ejerce”, curiosa expresión la de
ejercer de gitana, cierra la noche Remedios Amaya, que limitó
su intervención a rumbas, tangos y bulerías, con acompañamientos
de coros y jaleos típicos de temas flamencos de corte más
“comercial”. No faltó el fin de fiesta.
Fue un espectáculo que, aunque estuvo bien organizado,
resultó largo por la cantidad de artistas que conformaban
el cartel. ¡Que siga la mata dando!
Texto: Kiko Valle.
Fotos: Estela Zatania (1-2) & Rafa Manjavacas
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