En Jerez de la Frontera cualquier pretexto para gozar
del flamenco es bueno. Desde el Festival de Jerez que cada
año nos despierta del letargo invernal, hasta las Fiestas
de Otoño y la Fiesta de la Bulería, una serie
de ciclos, certámenes, noches de peña y reuniones
varias mantienen la absoluta vigencia de la fama de la capital
del flamenco.
En Jerez cualquier pretexto para
gozar del flamenco es bueno.
Este año las XII Fiestas de Otoño ofrecen un
interesantísimo surtido de flamenco contemporáneo
y tradicional dividido en varios apartados. El día
7 de septiembre, dentro del apartado «Nuevo flamenco»
empezó una serie de actuaciones diarias con Rosario
Lazo 'la Reina gitana», Candié, La Nueva Tropa
Santiaguera, Presagio e Ismael Casado. Desde el día
14 hasta el 17 la Plaza de la Asunción es el escenario
para «Las Guitarras Cantaoras» que incluye las actuaciones
de Gerardo Núñez con Vicente Soto y Carmen Cortés,
Diego del Morao con Diego Carrasco, Paco Cepero con Manolo
Ortas y Moraíto con José Mercé. Y por
si quedara corto, la misma plaza recibe los días 12,
18, 19 y 20 los cuadros del barrio de Santiago con Juana la
del Pipa, Fernando de la Morena y Enrique Soto, el de la Peña
la Bulería de Jerez con Manuel Moneo, el de Fernando
Terremoto con el Capullo de Jerez y el de los «venerables»
con nada menos que Antonio Núñez el Chocolate.
(click para ampliar las fotos)
Alfonso Carpio
& Antonio Carrasco
Cuadro de Santiago
con Juana la del Pipa
El ambiente buleriyero
cuece a todas horas en la plaza de toros.
El viernes 12 de septiembre a las 21.30 pudimos asistir a
la actuación del cuadro de Santiago que ha servido
de primer plato antes del happening flamenco que es la Fiesta
de la Bulería al día siguiente. Después
de un airoso solo de guitarra de Niño Jero Periquín,
los cantaores Enrique Soto, Lorenzo Gálvez, Juana la
del Pipa y Fernando de la Morena se turnaban con un surtido
de cante tradicional llenando la cálida noche del son
jerezano y santiaguero. Después de tan sabrosa entrada
pudimos disfrutar del cante de Abraham el Zambo, Joaquín
el Zambo y el baile de Fernando de Bastiana en la peña
Tío José de Paula, y como hacíamos entrenamiento
para la Fiesta de la Bulería, tampoco hemos perdido
el recital de cante que ofrecía el Barullo la misma
noche en la peña la Bulería.
Treinta y seis años lleva celebrándose la Fiesta
de la Bulería lo cual la sitúa entre los festivales
de cante más longevos. Si es hoy en día el más
concurrido, no tenemos datos al respecto, pero baste decir
que un mar de cerveza y vino de Jerez, una antológica
cantidad de pescaíto frito y demás exquisiteces
de clase media y varios miles de individuos haciendo compás
durante más de seis horas de cante, casi todo festero,
no se ve todos los días, ni siquiera en Jerez.
Fernando de
la Morena & Niño Jero
José
Vargas 'El Mono'
Ese baile gracioso, esos
paseítos que serían la envidia de Chiquito
de la Calzada…
La noche arrancó fuerte con «casi Santiago entero»
como dijo el presentador José María Castaño.
Más de treinta personas de la Asociación Cultural
Flamenca de Manuel Soto Sordera con el toque de Diego del
Morao hicieron tres cuartos de hora de cante y baile festero.
Con el paladar colectivo así ricamente abierto nos
llegó José Vargas el Mono con Parrilla de Jerez
al toque. Veteranos sin ser viejos, ambos han vivido aquellos
años antes del «nuevo flamenco» cuando Terremoto,
el Borrico, el Serna, Tío Parrilla y tantos otros caminaban
por el barrio y el son de fiesta marcaba el ritmo de la vida
cotidiana. Al Mono no le gusta demasiado la etiqueta de «festero»,
pero si quitamos todo rastro peyorativo de la palabra, es
lo que es, y número uno indiscutible en dicha especialidad
que reúne cante, baile, gracia, compás y más
compás en un solo individuo, por lo que nadie tiene
por qué sentirse ofendido por que le digan «festero».
No obstante, queriendo demostrar más amplitud, José
empezó con soleá por bulería e incluso
se atrevió con la única siguiriya de la noche…»atreverse»,
no por falta de facultades, sino por el ambiente buleriyero
que cuece a todas horas en la plaza de toros…dos estilos
trianeros básicos, dichos con dignidad y aplomo. Pero
el Mono por bulerías era lo que querían todos,
y así fue. Ese baile gracioso, esos paseítos
que serían la envidia de Chiquito de la Calzada, esos
cantes rezumando el sabor de los años de vivencias,
y esa mirada traviesa. Festero por excelencia.
Como una lapa el Niño Jero
le sigue los pellizcos contestándole sorpresa
con sorpresa,
y son dos críos con el flamenco por juguete.
La familia Carpio, varones todos, ocupó el escenario
a continuación. Otro aire y el mismo sabor, así
son los barrios y las familias de Jerez. Con Antonio Jero
y su arma mortífera en forma de guitarra, de uno en
uno los cantaores, mayores y jóvenes, ofrecieron sendos
cantes. Por alegrías y por soleá, la malagueña
del Mellizo que tanto se cultiva en Jerez y Cádiz,
soleá por bulería y fandangos.
Mercedes Ruíz
Remedios Amaya
Breve descanso a la una, y todavía llega gente con
sus cestas de comida y bebida, inmejorable ambiente sobre
el albero y en las gradas… La segunda parte abre con baile.
La jerezana Mercedes Ruiz, premio Antonio Gades del XVI Concurso
Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y premio de baile
en la XII Bienal de Flamenco de Sevilla, es una de las más
interesantes jóvenes dentro del panorama actual del
baile flamenco femenino. Mientras que otros de su edad se
pierden en el vanguardismo desenfrenado y confunden el minimalismo
con la frialdad, Mercedes proyecta una original combinación
de influencias. Las contorsiones de la Yerbabuena, destellos
de Canales, pellizcos de Antonio el Pipa, El Güito y
Manolete, temperamento y coquetería, cara picassiana
y una estética que recuerda a Carmen Amaya. Bailó
por siguiriyas vestida de negro riguroso, y por alegrías
clásicas con bata de cola blanca.
Capullo de Jerez
Temperamento
y coquetería, cara picassiana y una estética
que recuerda a Carmen Amaya.
El carismático Capullo de Jerez vino en sustitución
del Torta, pero «por méritos propios» como
nos recordó José María Castaño,
y de hecho, es probablemente el único que pudo rellenar
el hueco dejado por la ausencia del Torta. Jerez le adora,
y el sentimiento es mutuo. A Miguel Flores le gusta hacer
de loco, pero sabe bien lo que hace. Su cante rezuma personalidad
y compás y el cantaor hace gala de un fraseo y un decir
completamente originales, inspiración por bulerías
como pocos. Tango rumba de su disco para cierto tipo de seguidor,
y nuevamente por bulerías con un viajecito por fandangos.
Como una lapa el Niño Jero le sigue los pellizcos contestándole
sorpresa con sorpresa, y son dos críos con el flamenco
por juguete.
La larga noche va de ídolos y la sevillana Remedios
Amaya es la encargada de cerrar por fiesta sobre fiesta. Vestida
de negro la guapa gitana con su vistoso grupo de familiares
empieza por cartageneras a su manera pero pronto vuelve a
sus raíces extremeñas con la bulería
coreada «A la feria de Zafra». Bulerías,
tangos, cante, baile, empaque, elegancia racial de mujer y
todo un repertorio festero para deleitar a sus incondicionales,
cosechar nuevos, y colocar la guinda a esta noche dulce y
flamenca.
