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Última noche del festival flamenco madrileño,
con las entradas agotadas, y el Albéniz convertido simbólicamente
en el jerezano Teatro Villamarta. Capullo de Jerez y Manuel Moneo
al cante, Antonio el Pipa al baile. Buen cartel para un buen final.
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en el escenario Luis de la Tota que se sentará en el cajón,
Tequila de Jerez dispuesto a tocar las palmas y hacer algún
coro, Diego Amaya con su guitarra… y el Capullo de Jerez. Comienzo
por soleá, con un compás bastante bien marcado, voz
potente y rota a su peculiar estilo. Fandangos también de
estilo personal, para irse a un popurrí de tangos en los
que el dominio de la esencia rítmica se hace patente. Miguel
Flores se permite el lujo de irse del compás para volver
sobre él (cosa nada fácil), y comenzando y terminando
con “esto no es vivir”, nos presenta futuros temas discográficos
como “no me gusta el pan” o “la culpa no la tuve
yo”. Diego Amaya toca su guitarra con mucho compás,
lo cual provoca algún que otro aplauso.Bulerías con
arte, las letras en que afirma sobre Alejandro Sanz que parte corazones,
y una versión del “Dicen de mí” camaronero.
Aplausos y ovaciones para un Capullo con arte que terminó
cantando sin micrófono y echándose su pataíta
correspondiente, su actuación se hizo corta y nos dejó
con ganas de más… pero el festival es así y hay
que repartir el tiempo.
Moneo entró con simpatía y actitud de ganarse al público.
Tanto Manuel como su hijo Juan a la guitarra hicieron un repertorio
anclado en todos los conceptos en un Jerez de hace varias décadas,
quizás pueda resultar una apuesta poco original y vetusta,
pero también se hace necesario que haya artistas así
que conserven ciertas formas puesto que para mirar bien al futuro
hay que tener referencias del pasado. Una soleá bien cantada,
unas seguiriyas con una falseta de guitarra bastante interesante,
fandangos, y bulerías. Al final, típico fin de fiesta
con los tres palmeros jerezanos y baile con gracia del guitarrista.
De este modo se dio paso al descanso.
es la primera vez que lo digo, Antonio el Pipa es luz. Impactantemente
blanco al abrirse el telón, Antonio baila al compás
del sonido de su propio aire, su cuerpo hace sonar la bulería
que no necesita más instrumentos para ser escuchada. Despacito
va entrando el sonido suave de la guitarra, hasta ir derivando en
una bulería con todo el grupo en acción. Posteriormente
de un momento de protagonismo para Juana la del Pipa cantando tangos
con su característica voz profunda, sale Antonio de nuevo
vestido de negro con esencia torera. Alegrías con más
pies que manos, en las que rompe suavemente el aire con cada movimiento,
y Juana canta con gusto. Enrique “el Extremeño”,
cantaor que aún no ha tenido un merecido éxito discográfico,
habla en sus letras de Joaquín el de la Paula haciéndole
homenaje con su estilo de cante alcalareño. Destacable además
otro momento de Enrique en la actuación en que afirma llorar
por no ver a Pastora, Pinto y Tomás en la Campana sevillana.
Volviendo al bailaor jerezano, se mueve por soleá entrando
en escena María José Franco con un baile muy femenino
y bastante cuidado. El público desde las gradas ovaciona
y aplaude, el espectáculo está comenzando a ser lo
más destacable del festival a estas alturas. La soleá
se convierte en bulería para pasar posteriormente a la seguiriya.
Se produce el ya habitual encuentro entre Antonio y la tía
Juana que provoca sentimientos entrañables, y todo va sucediendo
de tal manera que el publico despidió el evento en pie y
de manera triunfal. El baile de Antonio el Pipa ha sido el espectáculo
con más aplausos en el XII Festival Flamenco Cajamadrid,
ahora toca esperar que nos ofrecerá la organización
para la próxima edición.
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Fotografías: Rafael Manjavacas
Todas las Reseñas XII Festival Flamenco Caja de
Madrid.
Reseñas
del XI Festival Flamenco Caja de Madrid – 2002.