Texto y fotos: Antonio Conde
XII Encuentros flamencos de Granada.
XII ENCUENTROS FLAMENCOS |
Es posible que los efectos de la ‘prensa rosa’ no hayan sido suficiente para que la bailaora Cecilia Gómez termine de despegar en su carrera en solitario como figura solista. Tras el bombazo mediático de su obra ‘Cayetana, su pasión’ su nombre es conocido fuera de las fronteras del flamenco. Pero no parece que sea suficiente el peso de su nombre para llenar un teatro de las características del ‘Isabel la Católica’. Con las dificultades que entraña en estos tiempos crear compañía propia, la linense ha aprovechado su tirón mediático para poner en marcha el sueño de todo artista. Su ‘Ballet flamenco’ pisó las tablas del proscenio granadino con poca afluencia de público, quien, a pesar de todo, supo reconocer su valía artística. Entrando en materia, su argumento no dista, en esencia, del utilizado en otras grandes compañías. Dado que en la primera parte del espectáculo se vio poco a la artista, apenas pudimos disfrutar de ella, sin embargo, la noche fue de menos a más. Por otro lado, el elenco artístico y musical rellenó vacíos a lo largo de la noche. Bulerías de ‘intro’ y retazos de soleá acelerada que rápidamente se convirtió en bulería en un paso a dos; coordinación perfecta y unión de danzas, aunque con una coreografía poco apropiada para este cante. Un paso a tres del cuerpo del baile, con figuras masculinas, realzaron el ‘totum’ de la obra cargada de excesivos espacios coreográficos grupales. Alegrías en las que en el silencio apareció la bailaora, motivada en su ejecución más por el convencionalismo que por otros elementos estilísticos. Lo grupal prevaleció por encima de lo individual y esto puede ser indicio de falta de argumento o falta de ideas. Tras un solo de percusión, una nueva coreografía del trío de bailaores muy en la estética taurina fue de lo mejor de la velada. Individualismo versus colectividad con música en off y ecos de Diego Carrasco. Tras los abandolaos y sin apenas contemplar a la artista, fue en la seguiriya donde realmente apareció y con la que se deshizo en elogios al buen baile. A pesar de un vestuario poco acertado y de algún fallo de iluminación, Cecilia guardó para el final lo mejor de sí misma. Continuos guiños a la fiesta nacional, imaginativos contoneos de cadera y un braceo mesurado. De aquí al cambio por toná en tanto que ella se destapó, por fin, dándolo todo. La noche del lunes, la copla, como viene siendo habitual en los últimos encuentros flamencos, tuvo su cita. ‘Como una ola’, ‘Mi amigo’, ‘Se nos rompió el amor’, ‘tus cinco toritos negros’, ‘Señora’ o ‘Como yo te amo’ fueron algunos de las coplas elegidas por Erika Leiva para con, portentosa voz y una gran carrera por delante, homenajear “ a la más grande”
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