Resumen: X FESTIVAL DE OTOÑO DE GRANADA. Juan Andrés Maya, Montse Cortés, Fuensanta la Moneta, Iván Vargas, Juana del Revuelo, Repompa de Málaga…
X FESTIVAL DE OTOÑO DE GRANADA |
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Texto y fotos: Estela Zatania En los años sesenta del siglo pasado, un famoso reclamo turístico pregonaba en diversos idiomas: “España es diferente”. Ahora, cincuenta años más tarde, flamencamente hablando, se podría decir “Granada es diferente”. En Andalucía occidental, el poderoso triángulo formado por Sevilla, Jerez y Cádiz representa un tipo de flamenco que para muchos es el único y verdadero. Pero hacia el este, existe todo un mundo de cante minero o abandolao, tangos variadísimos, baile enérgico e intenso o una escuela de guitarra que nunca se olvida de la rica herencia de los Habichuela y los Marote. Granada es el centro neurálgico de este flamenco alternativo “exótico”, que sigue padeciendo una injusta mala prensa y el abandono casi total del sector público que cuenta con la Alhambra para garantizar un turismo abundante y permanente. Uno de los pocos eventos flamencos en Granada que anualmente goza de subvenciones públicas, es el Festival de Otoño, celebrado en el puente de la Constitución. En esta décima edición, un diverso programa que incluye presentaciones de libros, una exposición fotográfica, trasnoches en la peña La Platería, una sonada presentación amenizada por José el Francés, un concurso coreográfico para jóvenes y cinco noches de galas flamencas ha tenido lugar entre finales de noviembre y primeros de diciembre. “SALVAJES” 4 de diciembre La primera noche de las galas principales fue centrada en dos grandes damas del flamenco festero tradicional. Señoras experimentadas y rancias que ofrecen su flamenco vivencial sin ambages: Juana del Revuelo y Repompa de Málaga, occidente y oriente de Andalucía, dos maneras de abordar la subestimada faceta festera del arte jondo. Un larga primera parte con música y baile hindú, del vientre o de acordeón que quiso representar algo de las raíces del flamenco que las dos veteranas iban a interpretar, el himno gitano Gelem gelem y una boda gitana con reyerta incluida fueron referencias que sobraron ante la veteranía y autenticidad de Repompa y Juana. Los espectáculos de Juan Andrés Maya, director artístico del festival, son celebraciones sinceras e inocentes de raza y herencia presentadas con una exuberancia que no flaquea. Siguiriyas, alegrías, fandangos, solea por bulería. Pura energía granadina que queda contrastada con la aparición, después de más de una hora de espectáculo, de Juana la del Revuelo. El estilo sevillano con el apoyo de su hijo, el excelente guitarrista Martín Revuelo hijo y el padre de éste, frente a la vitalidad malagueña. Es el repertorio de siempre que Juana ha logrado convertir en evocación permanente del ambiente de casa de vecinos de Triana. Por su parte, Repompa recuerda las bulerías y tangos clásicos de su malograda hermana Enriqueta. Después de la medianoche, los aficionados se reunieron en la venerable peña La Platería para el recital de cante de Mercedes Hidalgo con la guitarra de Ramón del Paso y el cuadro de Estela Rubio.
“DE CASTA” 5 de diciembre Iván Vargas, el que fuera joven promesa hace cuatro años cuando ganó un importante premio en La Unión, se ha presentado en su tierra con una elegante obra. Con el apoyo de tres excelentes voces, tres igualmente admirables guitarristas, además de la colaboración de una de las bailaoras más interesantes del panorama actual, Vargas ha reivindicado su merecido lugar entre las figuras del baile flamenco masculino. Pocos peros se pueden poner a esta cuidada presentación que logró el difícil equilibrio entre la espontaneidad y el control, y entre lo moderno y lo clásico. Mucho ha tenido que ver el trío de voces. David el Galli de Morón, Simón Román de Marbella y Miguel Lavis de Jerez apoyan los bailes con la entrega de cantaores solistas. Iván se mostró oscuro e intenso por tonás y siguiriyas, y su baile por alegrías fue de lo mejorcito que he visto en mucho tiempo. La artista invitada, Fuensanta la Moneta, fue un gran acierto. Es otra joven granadina cuyo arte fue reconocido en La Unión hace unos años. Llevamos desde entonces esperando la templanza que sabíamos que llegaría con el tiempo. Madura, hermosa, intensa y creativa por solea. Cante por bulerías con los tres cantaores y el magnífico violín de David Moreira dio ejemplo de cómo un espectáculo de baile puede incluir un solo de cante sin que parezca relleno. Iván Vargas remató bailando una vidalita con toda la personalidad de la figura que es. Después de la actuación, nuevamente en La Platería, hubo un recital extraordinario de dos jóvenes representantes de dos familias flamencas. El cantaor Kike Morente, con el acompañamiento de Juan Habichuela nieto, dejaron constancia de la vitalidad y continuidad del flamenco granadino. El jóven vástago de la casa Morente empezó tímidamente, con un repertorio variado, los gestos del padre y el decir de la hermana, adquiriendo fuerza sobre la marcha gracias al apoyo incondicional del público y el sobresaliente acompañamiento del Habichuela nieto.
“TRES VOCES Y UN BAILAOR” 6 y 7 de diciembre Una voz en off, un actor vestido de frac de época, un cuadro ambientado en la época de Goya, un “minero” que baila por taranto, un número sentimental cantado por el bailaor protagonista vestido de bata de cola, y otros elementos diversos dan fe de la fecunda imaginación de Juan Andrés Maya. Es quizás una sobrecarga de sensaciones sin planteamiento claro que tiene el efecto de ocultar el considerable talento de uno de los mejores bailaores que ha salido de Granada, que ya es decir. “Tres voces y un bailaor” es el título descriptivo de esta obra. Tres cantaoras de mucho empaque, Montse Cortés, Chonchi Heredia y La Nitra, amenizan, arropan, calientan y dan cohesión al baile temperamental de Juan Andrés. Las tres reunidas en el escenario, turnándose por bulerías con la clásica canción “Tres Puñales”, es un bello tsunami de flamencura racial que provoca la sentida ovación del público. Juan Andrés baila por siguiriyas en bata de cola negra, maquillado de mujer, con el acompañamiento de percusión y un saxo tenor que hace las veces del cante. Un número experimental sin miramientos que desemboca en una escena seudo conceptual seudo autobiográfica en la que el bailaor acaba cantando a una madre desaparecida que luego es encarnada por Raquel Heredia “Repompilla”. El número más fuerte del espectáculo es sin duda el baile por soleá de Juan Andrés Maya con el cante dulcemente doliente de Montse Cortés. Al final, el buen baile, buenas voces y la buena música, elementos de toda la vida flamenca, dan el mejor resultado en esta variada obra que finalizó la serie de galas al quedar suspendida por motivos técnicos la actuación de Belén Maya el día 8.
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